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“La tolerancia cero debe ser aplicada en Brasil”.
Piara Powar
No deja de ser extraño que quienes dicen combatir la intolerancia exijan tolerancia cero contra quienes utilizan un lenguaje que no les gusta. Pero esto es exactamente lo que propone Piara Powar, director ejecutivo de Fare Network, una organización cuyas siglas quieren decir Football Against Racism in Europe.
Esta organización ha pedido a la FIFA, la Federación Internacional de Futbol Asociación, que inicie un procedimiento para sancionar a la selección mexicana de futbol por el conjuro que los fanáticos nacionales emiten en los despejes contra los porteros rivales y que concluye con un sonoro “Puuuutoooo”. El grito es homofóbico, dice Fare Network. La FIFA ha señalado que ha abierto un proceso disciplinario contra México por la “conducta impropia” de sus aficionados y que está recabando pruebas. Se ha abierto también una investigación contra Brasil ya que su torcida imitó a la mexicana en el partido del 17 de junio y utilizó el mismo conjuro con su grito final.
La información parecería una broma a muchos de los mexicanos que siguen en Brasil el esfuerzo de la selección nacional, excepto que la experiencia nos dice que la FIFA sí tiene facultades para sancionar severamente a un equipo nacional por faltas reales o imaginarias cometidas por sus hinchas. Lo peor de todo es que la FIFA goza de un monopolio absoluto en el futbol: es a un mismo tiempo procurador, juez y magistrado de apelación en estos procedimientos.
¿Es realmente homofóbico el grito de los hinchas mexicanos? Supongo que en su origen lo es, pero miles de fanáticos lo utilizan en los partidos de futbol sin intención de insultar o acosar a nadie. Su propósito es simplemente pasar un buen momento utilizando conductas catárticas. De la misma manera emplearon la expresión los fanáticos brasileños que la aprendieron en el juego contra México y la utilizaron no sólo en los despejes sino también en los saques de mano de un Memo Ochoa que les detenía todos sus disparos.
Los censores, sin embargo, tienen poco sentido del humor y hoy buscan tapar la boca a miles de fanáticos. Amenazan para ello a la selección. La FIFA puede amonestar primero al equipo y después quitarle puntos si la fanaticada no cede a la censura.
Me parece injusto que se castigue a un equipo por no poder controlar comportamientos colectivos de sus fanáticos. Es más injusto todavía si se considera que el comportamiento no es ofensivo más que para algunas mentes cerradas.
Fare Network considera que la forma de eliminar la discriminación es censurar el lenguaje. Yo simplemente estoy en desacuerdo. La censura no ayuda nunca a resolver un problema de discriminación. A lo mucho lo oculta. Pero el tema de fondo aquí es que el grito objetado no es ni siquiera un insulto homofóbico. Los mismos homosexuales lo usan en los partidos. Es una forma de diversión.
Habrá que ver la decisión de la FIFA sobre el tema. No sorprenderá que la organización opte por algún castigo. Ése es su estilo. Lo que más inquieta, sin embargo, es que prevalezca el punto de vista de que la mejor manera de combatir la intolerancia es hacer gala de intolerancia.
Yo, por mi parte, seguiré defendiendo el derecho de los homosexuales a la igualdad en la educación, en el trabajo, en los servicios sociales, en el matrimonio y en la adopción de niños, que es el tema de fondo, pero también el de los hinchas del futbol a divertirse y gritar lo que quieran. Les recomiendo a los censores que se tomen una dosis de sentido del humor... para que se les cure el entripado ante un comportamiento inofensivo.
El que saltó
El joven mexicano, uno entre alrededor de 3,500 mexicanos a bordo del crucero MSC Divina que sigue a la selección, había estado bebiendo de un ánfora al parecer llena de mezcal. Estaba completamente borracho. A quienes se encontraban a su alrededor en la cubierta del piso 15 les dijo que le tomaran video con sus celulares porque se iba a lanzar al mar. Nadie le hizo caso... hasta que saltó por la borda y desapareció.
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