lunes, 9 de junio de 2014

Sergio Sarmiento - Trazos de Uxmal

No hay más que una historia: la historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de ésta”.

Rabindranath Tagore

Visito Uxmal, la ciudad maya del periodo clásico de distintiva arquitectura Puuc. A pesar de ser sábado hay pocos visitantes. Quizá sea la temporada, no lo sé. Mis recuerdos de Chichén están mezclados, en cambio, con la presencia de hordas de turistas nacionales y extranjeros. Fátima Santos Pacheco, una joven arqueóloga maya, me ayuda a comprender Uxmal y su magia.

El conjunto asombra por su elegancia arquitectónica y simetría. La Pirámide del Adivino, que se yergue a la entrada, fue creciendo por capas a lo largo de siglos conforme nuevos caciques construían sobre lo existente para resaltar su poder ante sus predecesores. El llamado Cuadrángulo de las Monjas es una plaza rodeada de edificaciones en sobrio estilo Puuc. El arco por el que entro es ejemplo de puntiaguda bóveda falsa maya. Las recurrentes figuras de Chaac, el dios de la la lluvia, recuerdan la importancia del agua para las comunidades mayas. Una imagen de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, subraya la relación de los mayas con los pueblos del altiplano.









Una cancha con un solo aro sobreviviente nos recuerda que el juego de pelota era común a toda Mesoamérica. Los ganadores, sin embargo, no se llevaban una copa dorada a casa sino que conseguían el privilegio de ser sacrificados.


La tradición nos dice que Uxmal fue construida tres veces, la primera en el siglo VII. El máximo esplendor se alcanzó alrededor del siglo X. Después, el misterio. Cuando el franciscano Diego de Landa llegó a Uxmal en 1573, la ciudad llevaba siglos desocupada y las comunidades mayas de las cercanías no podían explicar por qué esas magníficas construcciones habían sido abandonadas.
A siglos de distancia un México contemporáneo trata de salir adelante. Su población es distinta a la del pasado. Subsisten comunidades descendientes de ese pueblo maya que construyó Uxmal, ahora mezcladas con un pueblo español que irrumpió en su mundo hace casi 500 años. La influencia de los pueblos del altiplano, que se vivió desde tiempos remotos, es hoy predominio total. Son los habitantes del altiplano los que cobran impuestos y establecen las políticas públicas. Con razón durante tanto tiempo Yucatán albergó sueños insatisfechos de independencia.

Realmente no sabemos por qué fueron abandonadas Uxmal y otras ciudades mayas. Uxmal no era simplemente un centro ceremonial. Hay muchos indicios de vida comunitaria activa. La ciudad al parecer llegó a albergar a unos 20 mil residentes.

Una explicación común y lógica es que los habitantes depredaron el ambiente al grado que hicieron imposible sostener una comunidad de tan amplia dimensión. La falta de agua parece haber sido una preocupación constante. Otra razón posible es que el peso de la clase dominante se hizo tan grande que los pobladores se apartaron de la ciudad para vivir en comunidades más pequeñas pero con mayores libertades.

A un milenio de distancia, sin embargo, siguen sorprendiendo la avanzada técnica de construcción y el conocimiento del pueblo maya en temas como el astronómico. El sistema de escritura maya es, por otra parte, el más avanzado de los registrados en la América prehispánica. Lo que vemos hoy de Uxmal, de hecho, es apenas una parte de un conjunto que sabemos fue mucho mayor. La zona tiene todavía edificaciones cubiertas de maleza que requieren de trabajo para ser descubiertas, estudiadas y entendidas. Mientras más comprendamos a ese pueblo, y a otros que siguen formando el sustrato de nuestro país, más entenderemos al complejo México contemporáneo.


México y Brasil
En México “todo es peor que en Brasil” dice el ex presidente brasileño Lula da Silva. La reforma energética en México podrá ser un avance, “pero nosotros ya lo hicimos con Petrobras”. Lula está en campaña para apoyar a su sucesora, Dilma Rousseff, cuya popularidad está cayendo, en parte por los problemas relacionados con la Copa del Mundo de futbol.




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