Te juro que es verdad esta mentira”.
Ricardo Arjona
Este pasado fin de semana encontré las calles y los autobuses de Acapulco tapizados de publicidad política. Se supone que está prohibida, por lo menos mientras no comiencen las precampañas, pero quienes buscan candidaturas al gobierno de Guerrero o a la presidencia municipal de Acapulco han contratado todos los espectaculares y espacios disponibles para promoverse. Las campañas se justifican porque, nos dicen, los aspirantes están rindiendo cuentas sobre su gestión.
Quien claramente tiene más recursos, y más se anuncia, es Manuel Añorve, actualmente diputado federal priísta. Añorve dejó la presidencia municipal de Acapulco en 2012 con una deuda pública de 2,500 millones de pesos, según el actual presidente municipal, el lopezobradorista Luis Walton, aunque Añorve afirma que dejó un saldo de sólo 806 millones de pesos después de haber heredado un pasivo de 919 millones de pesos de su predecesor, el perredista Félix Salgado Macedonio.
El puerto está lleno también de anuncios de otros políticos, entre ellos algunos jóvenes con nombres muy conocidos. Ahí está, por ejemplo, Rubén Figueroa. Su padre y abuelo, que comparten su nombre y apellido paterno, fueron gobernadores de Guerrero. El nuevo Rubén Figueroa, de apellido materno Smutny, es diputado local y también se está adelantando a las precampañas para promoverse. En un Guerrero dominado por dinastías familiares, otro de los que se anuncian es Ángel Aguirre Herrera, también diputado local, hijo del actual gobernador, el hoy perredista Ángel Aguirre Rivero.
Un apellido que no se ve en los anuncios es Ruiz Massieu. Claudia, la hija de José Francisco, el ex gobernador asesinado hace 20 años este próximo 28 de septiembre, y actual secretaria federal de Turismo, no parece interesada en el gobierno de Guerrero. En contraste Julieta Fernández Márquez, diputada local y esposa del aspirante a la candidatura del PRI al gobierno del estado, Añorve, sí quiere ser candidata tricolor a la alcaldía de Acapulco. Si los dos ganan, ¿se imagina usted las reuniones en la casa familiar para resolver disputas entre el municipio y el estado? No veo anuncios, en cambio, de Armando Ríos Piter, el senador por el PRD que muchos ven como favorito para llegar al Palacio de Gobierno en 2015.
La proliferación de anuncios políticos recalca que en México el que hace la ley hace la trampa. Los informes son una simple excusa para que los políticos se promuevan para candidaturas. Los aspirantes no pueden ya comprar tiempos de radio o televisión, pero nadie les impide promoverse en espectaculares y anuncios diversos en tiempo de informes. Parecería que la ley electoral se hizo para favorecer a los dueños de espectaculares. Ciertamente no ha impedido la autopromoción de los políticos.
Guerrero no es el único estado con precampañas ilegales pagadas con dinero de dudoso origen. En todos los estados con elecciones en 2015 se han visto anuncios de promoción personal. Y no sólo en ellos. El gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, del Partido Verde, no ha tenido empacho en comprar espacios de autopromoción en todo el país. El panista Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, dejó de hacerlo, pero no por una cuestión de principio, sino porque el escándalo por la muerte de un niño en el desalojo de un bloqueo de la autopista Puebla-Atlixco lo ha obligado a bajar su perfil.
Los políticos le dan la vuelta a la ley. Por eso los acapulqueños, y muchos más, son sometidos a precampañas no sólo costosas y fuera de toda normatividad sino generadoras de una enorme contaminación visual. Mejor sería tener una ley menos restrictiva, más transparente y más pareja.
Impuesto al carbono
Políticos del mundo uníos. Un impuesto a los combustibles fósiles, como el que se propone en la ONU, será imposible de aplicar a nivel mundial. Aun si fuera factible, no reduciría el calentamiento global. Sin embargo, a los políticos les gustan las soluciones que, aunque no funcionen, les dejen dinero en los bolsillos.
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