Esta fue una de las preguntas que el Centro de Investigaciones Pew hizo a una muestra de casi 50.000 personas mayores de 18 años en 44 países. Pew estableció tres categorías: los países con economías avanzadas (los de Europa, EE UU, Japón, Corea del Sur), economías emergentes (como Argentina, Brasil, China, Colombia, India, México, Nigeria, Rusia, Pakistán o Suráfrica) y economías en desarrollo (Bangladesh, Nicaragua, Kenia, Ghana).
Corea del Sur, Alemania y EE UU son los países avanzados con un mayor porcentaje de respaldo a la economía de mercado. Entre los emergentes, Jordania y Argentina tienen los mayores porcentajes de rechazo. Entre las economías en desarrollo, que son las más pobres, donde hay más repudio al mercado es en Uganda y El Salvador, mientras que las que más lo apoyan son Bangladesh (una de los más altos porcentajes de apoyo en el mundo), Ghana y Nicaragua (otro país con un Gobierno socialista).
En general, el mundo se inclina a favorecer el mercado (66% de los encuestados), pero donde más apoyo hay es en los países más pobres (80% en Bangladesh, 75% en Ghana o 74 % en Kenia). Entre las economías emergentes, en China el 76% de los encuestados piensa que a la gente le va mejor en una economía de mercado. En India es un 72%, un 67% en Venezuela y un 60% en Brasil.
La encuesta mundial del Centro Pew arroja otros interesantes resultados. Asia, por ejemplo, es la región más optimista con respecto al futuro económico de los niños de hoy y las perspectivas de que tengan una mejor situación que la de sus padres. Los más pesimistas son Europa y EE UU. El país con las expectativas más negativas es Francia (el 86% de los encuestados cree que a sus hijos les irá peor que a sus padres) seguido de Japón (79%) e Italia (67%). En cambio, el 94% de los vietnamitas, el 85% de los chinos, el 77% de los chilenos y el 71% de los bangladesíes cree que las nuevas generaciones tendrán una vida mejor.
Pero de acuerdo con este estudio, ¿qué determina el éxito económico de una persona? A los encuestados se les ofreció una lista de posibles factores de éxito y se les pidió que los clasificaran en un rango que va desde cero (“nada importante”) a 10 (“muy importante”). El 60% de las personas opinaron que “obtener una buena educación” es muy importante. Entre las economías avanzadas, los españoles son quienes más valoran la educación como factor de éxito: el 71% la califica de muy importante. En cambio, solo un 24% de los franceses lo cree así, lo cual los coloca como el país que menos importancia le da. Es interesante notar otra ironía: la calidad de la educación en Francia es muy superior a la de los países donde altos porcentajes de encuestados le dan la máxima valoración (el 87% de los venezolanos, por ejemplo).
La mitad de todos los encuestados considera que “trabajar duro” es muy importante para tener éxito. “Conocer a la gente adecuada” es muy importante para el 37%, “tener suerte” para el 33%, “venir de una familia adinerada” para el 20%; ser hombre es determinante para el 17% y sobornar a otros, para el 5%. Los países donde es mayor el porcentaje que cree que venir de una familia adinerada es muy importante son Túnez (46%) y Nigeria (45%). Curiosamente, estos también son los dos países donde es más alto el porcentaje de encuestados que cree que el soborno es necesario para tener éxito.
Hay un dato muy interesante acerca de la ventaja que confiere el ser hombre: en 32 de los 44 países donde se llevó a cabo el estudio, los hombres opinan en porcentajes significativamente superiores a los de las mujeres que ser hombre es un factor muy importante para el éxito. La proporción de mujeres que opina así es mucho menor.
La brecha entre hombres y mujeres sobre esta cuestión es tan sorprendente como la que hay entre las políticas que adoptan los Gobiernos y el tipo de economía que su población prefiere. Está claro que tanto los hombres como los Gobiernos sobreestiman su propia importancia.
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