jueves, 9 de octubre de 2014

Salvador García Soto - Ayotzinapa, escándalo mundial.

Jueves 09 de octubre de 2014

El escándalo por la masacre de estudiantes normalistas de Ayotzinapa rebasó
ayer las fronteras del país y se volvió un escándalo internacional; la
publicación de notas y editoriales en los diarios de varios países, así como
diversos actos de protesta en sedes diplomáticas de México —en capitales como
Londres, Madrid y otros seis países— hicieron que ayer el canciller José Antonio
Meade tuviera que hablar del tema y garantizar que, como antes lo dijo el
presidente, habrá castigo a los responsables de la desaparición de 57 jóvenes en
Iguala, Guerrero.



Mientras en el mundo la noticia corría, en el centro, oriente, occidente y
sureste del país se registraron también movilizaciones de organizaciones civiles
y familiares de las víctimas; lo mismo en las calles de Chilpancingo que en
Chiapas con la marcha de los pasamontañas del EZLN, en avenidas de Oaxaca y
Michoacán con las protestas de la CNTE, con la toma de una facultad de la
Universidad de Veracruz en Jalapa, que en las calles de Guadalajara o en el
Zócalo de la Ciudad de México, donde el común denominador de todas esas
manifestaciones fue la exigencia de justicia para los jóvenes asesinados y
desaparecidos, además de la situación de violencia e inseguridad que vive el
estado de Guerrero.


En el contexto de protestas por Ayotzinapa, un reducido grupo de jóvenes
encapuchados, que se autonombran “anarquistas”, interrumpieron por casi dos
horas la vialidad en la avenida de los Insurgentes, al sur de la ciudad de
México, para quemar objetos y lanzar bombas molotov, mientras los contingentes
de organizaciones capitalinas y familiares procedentes de Guerrero marcharon
desde la glorieta de El Angel hasta la Plaza de la Constitución, donde
efectuaron un mitin para exigir justicia por los jóvenes masacrados.


La presión de las calles se hizo sentir también en las cúpulas del poder. Al
mediodía, en la Secretaría de Gobernación, tuvo lugar una reunión a la que
asistieron altos dirigentes del PRI, entre ellos los coordinadores
parlamentarios del Congreso, en la que el tema a tratar fue una salida política
para Guerrero. El secretario de Gobernación, Miguel Osorio, encabezó el
encuentro en el que se discutieron escenarios para resolver la crisis en el
estado y, según confirman algunos asistentes, la licencia del gobernador Ángel
Aguirre Rivero se volvió a poner sobre la mesa.


En San Lázaro la masacre de los normalistas también fue ayer tema. La Comisión
Especial de Diputados creada para investigar la muerte y desaparición de
estudiantes normalistas en Iguala sesionó por más de tres horas y sus
integrantes de todos los partidos acordaron una investigación imparcial de los
hechos, mientras que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados
citó a comparecer a los titulares de Gobernación, de la PGR, al secretario de la
Defensa y al director del Cisen para que expliquen no sólo el caso de los
normalistas desaparecidos en Iguala, sino también la matanza en Tlatlaya, Estado
de México, perpetrada por militares y por la que han sido acusados y consignados
tres soldados del Ejército mexicano.


A estas alturas empieza a quedar claro que harán falta algo más que discursos y
ofrecimientos por parte del gobierno federal, o el “perdón” y las “disculpas”
del PRD, para calmar el clamor de justicia e inconformidad que ha desatado el
caso de los normalistas de Ayotzinapa. La movilización y las protestas en
distintas regiones del país y en varias naciones del mundo son un claro
indicador de que este caso puede despertar un elemento no considerado ni deseado
en el discurso del “México de oportunidades y de reformas” del presidente
Enrique Peña Nieto: la subversión.


NOTAS INDISCRETAS… La corriente de Los Chuchos paga un alto costo por el
escándalo de Ayotzinapa por no haber atendido las denuncias que, desde mayo de
2013, se hicieron sobre los vínculos de José Luis Abarca con el crimen
organizado. La corriente mayoritaria del PRD no quiso escuchar los señalamientos
que entonces hizo René Bejarano —ahora resulta que el “bueno” es Bejarano— por
el asesinato de tres dirigentes locales del PRD y un líder de la Unión Popular
de Guerrero, porque en ese momento estaba de por medio el proceso interno del
partido y expulsar al alcalde les hubiera hecho perder delegados. Así que ahora,
su flamante dirigente, Carlos Navarrete, ha empezado con el pie izquierdo y con
su presidencia abollada y estigmatizada por sus infames “disculpas”… Los dados
repiten Serpiente. Mala racha.

Fuente: http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/10/109206.php

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