martes, 11 de noviembre de 2014

Bulmaro Pacheco - La izquierda en su laberinto: entender lo que pasa


Primero fue Cuauhtémoc Cárdenas el que recibió ataques y abucheos de manifestantes en la Ciudad de México, cuando acudió a participar en la marcha organizada por diversas organizaciones políticas y estudiantiles para demandar la presentación de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.


Cárdenas -el ícono de la izquierda histórica más consistente de la actualidad- quizá pensó -de buena fe- que su presencia en la manifestación de los jóvenes ayudaría en algo y calmaría la irritación existente contra su partido; el mismo que postuló a José Luis Abarca  Velázquez a la alcaldía de Iguala. Pero nunca imaginó ni calculó el estado de ánimo y la percepción de los manifestantes en torno a su persona y al partido en que milita, y las cosas terminaron mal.Casi lo linchan.










Cárdenas a sus 80 años, presencia obligada en las posturas de las izquierdas, ajonjolí de todos los moles políticos, acostumbrado a las manifestaciones, con todo y su experiencia y concentrado en la consulta energética, no alcanzó a percibir la gravedad del momento y quizá tampoco entendió de fondo lo que estaba pasando.Quizá no evaluó que la crisis del PRD va más allá de sus fracturas y la lucha por la dirigencia nacional y le explotó-al igual que al resto de los partidos-entre otros,su sistema de reclutamiento de cuadros.

Posteriormente Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional del partido Morena, también trató de deslindarse de Abarca argumentando que no conocía al alcalde con licencia de Iguala, cuando en distintas fotografías difundidas en las redes sociales se le mostraba juntos en eventos de la campaña presidencial en 2012. A AMLO incluso lo ligaron con un fuerte aspirante al gobierno estatal del gabinete del gobernador Aguirre y que fue en los hechos el que recomendó a Abarca como candidato.

A López Obrador no lo agredieron en las calles, pero lo lincharon en las redes.
Recientemente fue el ex dirigente nacional del PRD Jesús Zambrano el que recibió abucheos y gritos juveniles al acudir a la Facultad de Derecho de la UNAM. Los gritos y los insultos no se hicieron esperar contra quien apenas el mes pasado entregó la dirección nacional del partido a Carlos Navarrete otro de los suyos, del llamado grupo de los Chuchos.
Después se le vino el mundo encima al senador Armando Ríos Piter, el seguro candidato del PRD al gobierno de Guerrero antes de los hechos de Iguala. En redes sociales y medios de comunicación, con la intención de golpearlo y desacreditarlo, se le mostró en mítines apoyando en campaña al defenestrado alcalde con licencia; hoy preso en un penal de máxima seguridad.
Más tarde el golpeteo y las explicaciones le han tocado al recién desempacado dirigente nacional del PRD. Navarrete arribó a la dirigencia del partido en medio de turbulencias, y no parece tener respuestas a la crisis que enfrenta su partido. Desde un principio ha dado bandazos: Mostró tibieza ante la demanda de desaparición de poderes en Guerrero por parte del PAN. Titubeó originalmente -quizá midiendo más los costos políticos que la demanda de justicia- apoyando a su gobernador Aguirre Rivero en los peores días de la crisis política estatal. Le falló la propuesta de la secretaria de Desarrollo Social del gobierno estatal para sustituir a Aguirre y ante eso, tuvieron que apoyar al secretario general de la UAG Rogelio Ortega, y no hizo mayores gestos ante la postura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al rechazarles la propuesta de consulta popular sobre los tres artículos constitucionales de la reforma energética impulsados con todo y la faramalla de las firmas por el PRD y Morena.
El último en aparecer fue el ex dirigente Jesús Ortega Martínez, llamando a la cordura y a denunciar el “linchamiento mediático” contra su partido. Argumentó que, en efecto, ellos postularon al alcalde de Iguala, pero que el PRD como organización política no respondía por sus actos... ¿Y? Explicación no pedida...
Muchos fierros en la lumbre y demasiadas tensiones internas para un partido que a 7 meses de la próxima elección al parecer se le vino el mundo encima.
Primero la fractura por la irrupción de Morena en el escenario político, con desbandada de perredistas asegurada. Después la crisis por la renovación del liderazgo nacional y ahora el caso Guerrero y el rechazo a su consulta popular.
Todo eso,porque en ese partido no alcanzan a entender a cabalidad lo que sucede en México, o porque insisten en tratar de proyectar otra imagen ante el riesgo de perder mucho en las próximas elecciones. Al PRD lo envolvió una realidad que no vislumbró, le hizo crisis su propio sistema de reclutamiento de cuadros, y por lo visto,no le encuentran tampoco salidas ni explicaciones.
Tanto Cárdenas como López Obrador y Zambrano -viejos lobos de mar en materia de manifestaciones- mantuvieron la ecuanimidad y lograron salvar sus momentos de crisis, pero las señales que mandaron esas agresiones contra ellos no pueden ser ubicadas solo en la “conspiración” el “linchamiento”, o la intolerancia que denuncian.
Más allá de los abucheos, hay algo de fondo y ahí es donde los  del PRD-o- no cuentan con toda la información, o no alcanzan a entender lo que les sucede.
Hasta ahora soslayan una realidad que los ha atrapado,que los arrincona y donde lo único que han hecho es buscar culpables externos. Lo peor es que no hacen autocrítica y les ha dado por repartir culpas por todos lados.
No se sabe todo lo que irá a declarar Abarca, sus señalamientos, sus compromisos, sus reuniones con los principales dirigentes, su relación con el gobernador Aguirre y sus aportaciones familiares al partido.Ese será otro ingrediente.
En tanto las investigaciones sobre el asunto de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos no concluyan a cabalidad, la suerte del partido del Sol Azteca estará invariablemente ligada a esa crisis, por más que sus más conspicuos militantes hablen de conjuras o linchamientos. La crisis actual con las izquierdas y la reedición de un conflicto que después de muchos años,ahora involucra a estudiantes, y  que ha despertado a una parte del México bronco que muchos consideraban muerto. “No está muerto,nada más duerme,cuidado con despertarlo” dijo alguna vez en 1977 Jesús Reyes Heroles.
Como ayer y ante la crisis política y moral que los sacude en forma recurrente, así como su carencia de herramientas para procesar lo que está sucediendo, y ante la revoltura de acontecimientos, recurren nuevamente al gastado expediente de trasladar las culpas y las responsabilidades al Jefe del Estado Mexicano. Recordemos que en 1995 y en plena crisis económica de inicios de sexenio del presidente Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas promovía la formación de un “gobierno de salvación” y exigía la renuncia del presidente de la República que había ganado con una diferencia de 8 millones de votos.
Ahora-casi los mismos- le echan la responsabilidad al gobierno de la República y tratan de inducir la misma tesis. ¿Quién o quiénes ganan con eso? Nadie. 
Ahora tratan de reciclar y echar a andar la nada original tesis de “Crimen de Estado” un concepto comodino, que envuelve muchas cosas, que ahorra explicaciones y resuelve para ellos cualquier aprieto. Una versión simplificada de la realidad y la crisis para señalar culpables y de una vez por todas tratar de deslindarse del problema. Según Gramsci,en el Estado cabemos todos. ¿Que más da?
Antes, en 1968,1988 y 1994, las luchas de las izquierdas fueron por una mayor democracia y por  la ampliación de los derechos humanos y las libertades.
La dinámica de los movimientos sociales era otra, más clara y entendible. Ahora no. La violencia, la injerencia de los poderes facticos como el hampa organizada y el narcotráfico en los partidos y los gobiernos, el uso político que de ellos ha hecho la delincuencia,los hechos recurrentes de violencia,la ruptura del tejido social, el dinero sucio y la corrupción desde el poder, han puesto a todos los partidos,sus dirigencias y la clase política ante dilemas difíciles de abordar por su complejidad y alcances.Vivimos el México inédito del siglo XXI con una auténtica “caja de sorpresas” en todos los órdenes,como alguna vez expresara Octavio Paz en referencia a las naciones liberadas con la caída del Muro de Berlín que creían que con eso iniciaban una era de progreso y libertades totales.
No estará fácil. Ante la burocratización partidista, las luchas internas por el poder y las prebendas y sus pugnas tribales, las izquierdas dejaron de abanderar a los movimientos sociales y tomaron distancia de muchos de ellos.
Por eso su extrañeza, por eso su falta de entendimiento. Dejaron de lado las causas sociales y le entraron a las negociaciones,la renta política y el  reparto del poder. Ya no se les ve en la lucha campesina,tampoco en las colonias populares, en los sindicatos ni en las universidades. Ahora se les ve más en las oficinas negociando con el poder,en pugnas internas y en escándalos que trascienden a los medios de comunicación.
Por eso los rechazos,las agresiones,el deslinde y la distancia de los partidos que las organizaciones en lucha han asumido hasta ahora. Las izquierdas no están en los temas candentes de hoy porque no han sido invitadas. Echaron todos los huevos en la canasta de la conquista del poder,del reparto de prebendas y de la  lucha contra la reforma energética, -un tema a debate que muy poco le interesa al pueblo- y dejaron por fuera lo que fue su esencia y origen: La lucha social y sus banderas históricas que les daban fuerza y presencia. Ahora y en forma tardía quieren retomar el rumbo y volver a empezar.Por eso los abuchean. 

bulmarop@gmail.com






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