A pocos días de la tragedia de Iguala –cuyos resultados todos conocen–,
políticos de todos los partidos se llenaron la boca con declaraciones
grandilocuentes de que México y la política serían uno antes y otro
después de Iguala. Algunos, incluso, dijeron que aquellos que no leyeran
correctamente la lección de Iguala asumirían las consecuencias en las
urnas.
Lo curioso es que concluidos los actos de fe por Iguala y una vez que
los golpes de pecho no sirven para el lucimiento mediático y que llegó
el tiempo de la política real –a la mexicana–, todos los compungidos que
pedían perdón con los brazos al cielo hoy confirman que nada importa la
lección de Iguala, ¡que les vale madre! ¿Por qué?
Porque de nueva cuenta se impuso la descarnada lucha del poder por el
poder –que todo justifica y compensa–, y porque prevaleció el
maquiavélico principio de que “el fin justifica los medios”.
Y frente a esa realidad todos los políticos y sus partidos olvidaron los
actos de fe y las compungidas expresiones de perdón por la tragedia de
Iguala, y al final de cuentas los “mejores candidatos” a puestos de
elección popular nuevamente son los que más pagan, los que más tienen,
los más populares; los amigos, compadres y las novias. Y otra vez fueron
echados los mejor capacitados y aquellos que podrían engrandecer a la
política y a los políticos. En pocas palabras, ¡nadie se acordó de
Iguala! ¿Tienen duda?
En un milagro propio del más fantástico pasaje bíblico, políticos del
PRD, PAN y PRI hicieron posible no el milagro de los panes y los peces,
sino “el milagro de las ratas y los chapulines”.
En el Distrito Federal los jefes delegacionales de casi todas las
demarcaciones buscarán un nuevo puesto, sea como diputados federales o
como diputados locales. Lo curioso es que casi todos –la mayoría son del
PRD– han sido acusados de pillerías y transas dignas de “ratas de la
política”. Pero por obra y gracia de esa política mexicana pasaron de
“ratas de la política” a “chapulines políticos” que saltan en busca de
espacios de impunidad, como el Congreso de la Unión o la Asamblea
Legislativa del DF.
¿Y qué dicen de ese grosero engaño los prohombres de la política, los
líderes partidistas y aquellos que colocaron a Iguala como punto de
partida para un mejor país, una mejor política y mejores candidatos a
puestos de elección popular? No les importa Iguala, tampoco lo que digan
los potenciales votantes y menos la fastidiosa opinión pública. Sólo
importa el poder por el poder.
Por eso buscarán un espacio de impunidad pillos como Mauricio Tolero, de
Coyoacán; Elizabeth Mateos, de Iztacalco; Jesús Valencia, de
Iztapalapa; Alejandro Fernández, de Cuauhtémoc; Jorge Romero, de Benito
Juárez, y Víctor Hugo Romo, de Miguel Hidalgo, y muchos otros.
En el PRI no se quedan atrás. El tricolor apresuró el destape de su
candidata al Gobierno de Nuevo León, la senadora Ivonne Álvarez, cuyo
único mérito es la popularidad de haber sido conductora y desnudista de
un programa grupero de televisión. ¿Por qué el PRI eligió al peor
producto de sus filas en Nuevo León? Por una poderosa razón: porque en
Nuevo León el gobernador Rodrigo Medina requiere que le cuiden las
espaldas. ¿Y quién mejor que la maleable ex conductora de televisión?
Pero el remedio podría resultar peor que la enfermedad. Y es que muchos
recuerdan que en Nuevo León el gobernador Rodrigo Medina fue incapaz de
ganar para el PRI de Peña Nieto en 2012. En Nuevo León ganó Josefina
Vázquez Mota. ¿Y la lección de Iguala?
Y en el PAN tampoco venden piñas. El partido azul, en manos de Gustavo
Madero, regaló las 15 candidaturas plurinominales –que hoy aseguran que
serán diputados federales– a una banda de pillos pertenecientes al grupo
del propio Madero, al grupo del advenedizo tricolor poblano venido a
panista, el gobernador Rafael Moreno Valle, y al grupo de otro de los
gobernadores del PAN más cuestionados por sus raterías; Guillermo
Padrés, de Sonora. ¿Y por qué la triada de privilegiados? Porque entre
Madero, Moreno Valle y Padrés está el próximo candidato presidencial del
PAN. Por eso dejaron fuera a Margarita Zavala ¿Y la lección de Iguala?
Pero la joya de las trapacerías se cocina en Guerrero. ¿Por qué tiró la
toalla el candidato del PRD al Gobierno estatal, el senador Armando Ríos
Piter? ¿De verdad condicionaron su candidatura? Se bajó porque se
enteró de que el PRI no dejará el Gobierno de Guerrero al PRD. ¿Y
entonces? Poca cosa, que “El Jaguar” podría ser candidato del PRI-PVEM
¿A poco no les vale madre Iguala? Al tiempo.
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/les-vale-madre-iguala-1421225012
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