La caída de Moreira dibuja la fugacidad del momento actual. Por estos días, hace apenas un año, se registró como candidato único para presidir el tricolor. Nadie se atrevió a parársele enfrente. Era el priísta del norte, el paladín que encarnaba cinco características fantásticas para el tiempo que se avecinaba: ganador, operador, disciplinado, joven y “güevudo”.
Ganó todo: Estado de México, Nayarit, Coahuila y Michoacán. Formó parte del diseño para atemperar y encauzar al senador Beltrones, firmó el capítulo de la alianza con la maestra Elba Esther, en fin.
Pero la desventura lo alcanzó por donde menos se esperaba. Peña Nieto no iba a jugarse la delantera por un asunto tan tortuoso y maloliente como el grosero endeudamiento de los coahuilenses. Los coahuilenses de los Moreira.
Así es esto, incluso con los ganadores, disciplinados y “güevudos”. El 2012 se está jugando con el librito. Y Peña Nieto no cree en lágrimas.
Es la hora de los lúcidos, no de los tiernos.
Lo mismo en http://www.vanguardia.com.mx/yesoqueeraganadordisciplinadoyguevudo-1162634-columna.html
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