lunes, 5 de diciembre de 2011

Pablo Hiriart - El PAN, como en Edomex

Uno está bien. Dos son muchos y tres hacen una multitud. Eso es lo que pasa en Acción Nacional que hoy abrió sus registros para que los interesados se inscriban en la elección interna y saquen al candidato presidencial.

Lo ideal para el PAN es que se bajen dos, aunque eso no va a ocurrir. Es obvio que uno de los tres debe declinar.

Su contienda interesa muy poco. En el país se habla de candidatos, no de precandidatos.

El debate que protagonizaron en internet la semana anterior fue menos visto que un partido del Necaxa.

Algo más llamativo fue el encuentro en Guadalajara, por la polémica entre Josefina y Cordero. Pero así como se dio, pasó.

Muy poco atractivo tienen esos encuentros de opiniones porque los tres piensan lo mismo casi en todo. O sin el casi.

Si tienen diferencias se han encargado de ocultarlas. ¿Por qué? Supongo que para no molestar a quien es el líder natural del PAN, el Presidente.

Además ahí está la única zona de discrepancia interesante: en la forma como ejercer el poder. Dónde harían los cambios. Qué ha funcionado mal.

Pero esas diferencias se las callan, y no precisamente por valor.

Los tres contendientes del PAN saben que Felipe Calderón no es Vicente Fox. Su perseverancia es indoblegable y tiene la mano pesada.

El que no lo crea, que se lo pregunte a Humberto Moreira.

Lo que exhiben, para el escaso auditorio que les presta atención, es falta de programa y de propuestas de campaña atractivas.

—¿Por qué quiere ser Presidente?

—Porque quiero un México mejor, con mayores oportunidades para todos y con más justicia.

Chido.

A juzgar por las encuestas, el PAN tiene la suerte de que López Obrador no ha subido como se pensaba luego de la unidad que lo arropó para lanzar su candidatura por la izquierda.

Pero en cualquier momento se les puede despegar. Y para ello tiene tiempo: de aquí a fines de febrero cuando el PAN ya tenga candidato.

Acción Nacional esperaba que pudiera darse la posibilidad de un pacto con el PRD, para que el abanderado de uno de los dos partidos declinara a favor del otro. Eso con AMLO se dificulta.

Esperaba también que el PRI se dividiera en la selección del candidato presidencial. Tampoco ocurrió.

Así el PAN va por el mismo camino que recorrió en el Estado de México, donde apostó todo a la alianza con el PRD y a la ruptura del PRI.

Van a tropezar otra vez con la misma piedra .

Salvo que en un arrebato de sensatez declinen dos precandidatos, o cuando menos uno de ellos.

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