Gral. Roberto Miranda Sánchez |
Son valores inalienables e intransferibles
Tratar sobre el fuero militar y la soberanía nacional es ocuparnos de dos instituciones que le dan fortaleza al sentimiento nacionalista y sentido al destino de un Estado. La doctrina internacional así lo establece y la historia de México lo confirma.
El fuero militar y la soberanía nacional constituyen valores inalienables e intransferibles; el cuestionarse tan sólo de la elevada calidad que les asiste, provoca inestabilidad política; debatir sobre sus alcances, se traduce en confusiones judiciales; permitir su acotamiento o limitación, puede conducir a un controvertido panorama legislativo.
Cuestionarnos sobre la importancia del fuero militar mexicano es dudar sobre nuestra independencia, restringir sus facultades para declarar el derecho, es soslayar nuestra historia, sentirse supeditados a instancias internacionales para el desarrollo del país, es restar valor a la sangre derramada por tantos patriotas, que ahora, a casi 100 años de estabilidad política, se pretende acotar, y de esta manera restringir el adecuado funcionamiento de las instituciones más leales y nobles de nuestro país, como lo son las fuerzas armadas.
Debatir el tema del fuero militar puede proporcionarnos mayores satisfactores que inquietudes, enfocar el debate a su posible acotamiento, nos puede encaminar a un sano fortalecimiento del sentimiento de pertenencia a un gran Estado-nación; sin embargo, participar en ese debate con señalamientos temerarios o subjetivos, puede provocar serias confusiones en agravio de la soberanía nacional, de tal manera que, con las conjeturas superficiales o posiciones irresponsables de prejuzgamiento, señalando que la estructura de las fuerzas armadas implican el funcionamiento de un fuero desapegado de los principios del debido proceso, se especula sobre la existencia de una absoluta subordinación y sujeción al principio de la obediencia jerárquica.
Este tipo de cuestionamientos puede ser resultado de un serio desconocimiento de la autenticidad de las fuerzas armadas mexicanas, o puede derivar de un movimiento ideológico que se sustenta en una plataforma que difiere con nuestra historia y nuestras aspiraciones de nación; esto, en razón de que los principios del debido proceso o estándares internacionales, han encontrado en el fuero militar mexicano, desde 1934, el escenario más esplendoroso para expresar su mayor brillantez; sin embargo, algunos detractores intentan desviar la atención hacia una oscuridad que no tiene cabida en el sistema de justicia castrense.
La aseveración de que los tribunales militares mexicanos cumplen con los principios del debido proceso, en tanto estándares internacionales, se encuentra sustentada técnicamente en las fuentes primarias directamente aplicables al tema, que en este caso, aludimos a dos tratados internacionales denominados Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ambos incorporados a la legislación nacional desde 1981, en los que se aprecia una coincidencia respecto de los principios del debido proceso de que se trata.
Las exigencias que establecen los citados tratados internacionales son en el sentido de que se otorgue a los procesados, entre otras, las garantías de igualdad ante la ley, comunicarse con un defensor de su elección, hallarse presente en el proceso, disponer del tiempo y de los medios adecuados para su defensa, ser juzgados sin dilación indebida, el derecho a ser oídos públicamente por un tribunal competente, independiente, imparcial y establecido previamente a los hechos que sean sometidos a su jurisdicción, y que sus sentencias sean públicas.
Sin excepción alguna, estos principios del debido proceso son observados cabalmente por los tribunales castrenses del país, solamente se requiere que las instancias correspondientes decidan tener más acercamiento con ellos, en el marco del estudio que se realiza pretendiendo acotar al fuero militar, para que perciban directamente la transparencia y objetividad con las que cumplen la encomienda de administrar la justicia, entre las mujeres y los hombres militares que tienen una mística de trabajo y una inquebrantable convicción de servicio, inclusive, su Ley de Disciplina señala que anteponen al interés personal el respecto a la Constitución, la soberanía de la nación, la lealtad a las instituciones y el honor del Ejército, en virtud de que el servicio de las armas exige que el militar lleve el cumplimiento del deber hasta el sacrificio. Es por ello que acotar ese fuero es atentar contra la soberanía nacional.
El autor es general de división
diplomado de Estado Mayor.
Leído en: http://www.siempre.com.mx/2012/08/acotar-el-fuero-militar-es-trastocar-la-soberania-nacional/
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