jueves, 30 de agosto de 2012

Jorge Fernández Menéndez -Las pruebas de López

Jorge  Fernández Menéndez
En las próximas horas, lo más probable es que el viernes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declarará la validez de la elección presidencial y Enrique Peña Nieto será el declarado presidente electo. En realidad nadie cree en la anulación de los comicios como lo pide la coalición lopezobradorista, no lo creen los propios dirigentes partidarios, los gobernadores emanados de esos partidos ni la mayoría de sus legisladores. No tiene bases legales la petición y lo saben los perredistas que, por el contrario, han visto cómo son exhibidos los mecanismos de financiamiento del propio López Obrador.

Lo cierto es que en ese contexto las impugnaciones presentadas por el lopezobradorismo son de risa. Según el Código Electoral, aprobado por todos los partidos desde el 2007 (en una reforma impulsada básicamente por el propio PRD) las únicas causales para la anulación de la elección es que se anulen o no se instalen 25 % de las casillas o que el candidato ganador sea inelegible. Ninguno de esos supuestos se ha dado. El Movimiento Progresista ha presentado un recurso de inconformidad que no está basado en argumentos legales: dice que hubo compra y coacción de votos, gasto excesivo en la campaña de Peña Nieto y parcialidad de los medios a favor de ese candidato. No tiene, en ninguno de los tres casos, forma de documentarlo. 




Sobre la supuesta compra y coacción de votos aportó pruebas sobre la existencia de 9 mil 924 tarjetas de Monex, Soriana y de servicios telefónicos. No comprobó que las mismas se hayan utilizado para compra de votos o para cualquier otro fin (es literalmente imposible determinar que se “compró” un voto) pero en última instancia la diferencia de votos entre el primero y segundo lugar de la elección presidencial, supera los 3 millones de sufragios, poco más de 9 mil resultarían intrascendentes. Hay en el expediente una “prueba” fantástica: una fotografía de Peña Nieto con una camiseta del Santos de Torreón, lo que por la relación del dueño de Soriana con ese equipo es uno de los dueños) demostraría, según la acusación perredista, esa complicidad. Sin rubor, el documento presentado dice que gracias a esa foto “no es posible que se niegue la existencia de una relación contractual”, entre la empresa y “el Partido de la Revolución Democrática” (en realidad quisieron decir el Partido Revolucionario Institucional, así de bien redactada y presentada está la acusación). No es una broma, está en la página 349 de la impugnación perredista. 

Tampoco se ponen de acuerdo en cuánto es el gasto excesivo de campaña. En la página 27, dicen que Peña gastó 374 millones 920 mil 338 pesos con 21 centavos (así de exacta es la cifra). Pero en la 29 hablan de 719,500,989.00; en la 30 de 1,173,486,884.00, una cantidad que aumenta en la página 31 a 1,892,987,873.00 y que hacia mitad de la impugnación crece geométricamente a 4,599,947,837.00 en la 225 y disminuye a 2,294,220,941.00 en la 325. Más adelante dice “desde el inicio de las campañas electorales hasta el mismo día 1 de Julio del 2012... haciende (sic) a la cantidad de $4,599,947,834.00”. Finalmente en la página 429 dice que la suma gastada es de 3,095,953,918.71 sumando “beneficios ilícitos” de Monex, Soriana, Gobierno de Zacatecas, Tarjetas Premium Platino. Allí, por cierto, confunden los supuestos ingresos con los supuestos egresos. 

El tercer punto es la supuesta intervención de los medios a favor de Peña Nieto. No hay tampoco elementos: en la página 36 se dice, como prueba, que la Organización Editorial Mexicana, que edita El Sol de México entre otros periódicos, es “el diario de mayor importancia en México”, y dice que en él hay notas negativas sobre López Obrador y no sobre Peña. Y después presentan una conclusión contundente: “las fotos que se publicaban del candidato lo muestran enojado y serio”.

Hay un argumento sobre las televisoras también increíble. Dicen que hay una relación directa entre la penetración de un candidato en la ciudadanía con la preferencia del auditorio de televisión. Para fundamentar su argumentación, dicen que el canal 4 de televisión abierta, que pertenece a Televisa, tiene cobertura local en el Distrito Federal, pero su influencia en el auditorio es muy baja, y que por eso, en el DF, Peña Nieto tuvo un bajo nivel de votación y que ende López Obrador obtuvo una mayor cantidad de sufragios. No es un invento: está en la página 211. Otra prueba irrefutable de la parcialidad de los medios, como se dice en las páginas 38 y 41 de la impugnación del Movimiento Progresista es la cobertura que recibió la relación sentimental de Peña Nieto con Angélica Rivera. 

Todo esto es demasiado poco serio. Menos aún que las gallinas y cabras que expusieron en el Zócalo. Antes del fin de semana el Tribunal declarará la legitimidad de la elección y tendremos que ponernos a trabajar seriamente, sin éstas burlas, en el futuro del país.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/las-pruebas-de-lopez

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