Pablo Hiriart |
A las pruebas presentadas por El Universal, la respuesta de la oficina de comunicación social de López Obrador fue procaz: “como periódico del régimen, está haciéndole el trabajo sucio a Peña y al PRI”.
Listo. Con descalificar al medio, AMLO se ahorra la explicación: ¿cómo fue que recibieron contratos por más de 100 millones de pesos, sin licitar, para empresas fachadas de su movimiento?
Son empresas fachadas, de papel. Las direcciones que ponen como domicilio legal no corresponden a la verdad. Ahí no los conocen ni saben de qué se trata.
El notario que dio fe de la constitución de las empresas SAD, AFK y AAR es el mismo que ahora dio fe de que se habían entregado —para la compra del voto— dos guajolotes en Guerrero, un borrego en Veracruz, dos gallinas en Zacatecas…
¿No requiere eso de, al menos, una explicación?
López Obrador dice que a él le importa su nombre. Que nadie puede decirle que ha estado en malos manejos.
Pues ahora ya se lo dijeron, y con pruebas.
El fundador de la empresa SAD —Héctor Muñoz Ibarra—, que recibió contratos sin licitar por 88 millones 242 mil 846 pesos, es también presidente de Austeridad Republicana, uno de los dos puntales financieros del movimiento de López Obrador.
Pero eso no es todo: durante la administración de López Obrador, Muñoz Ibarra fue director del Registro Público de la Propiedad. Y luego recibió contratos para digitalizar los archivos.
Austeridad Republicana recibió el contrato para digitalizar la base de contribuyentes del Distrito Federal.
¿No hay nada que explicar?
¿En manos de quiénes está el padrón de contribuyentes del DF?
¿Quién tiene la copia, en su mano, de la versión digitalizada del Registro Público de la Propiedad?
La propia Secretaría de Finanzas del GDF hizo público su extrañamiento porque “no tengamos cotizaciones de ninguna otra empresa”, y hubo la observación, en el órgano técnico, porque el programa que desarrolló SAD “ya se lo pagamos, el hecho de que todavía esté cobrando mensualmente por administrar el programa, dando claves de usuario, acceso a los programas, ya debería ser responsabilidad de la Dirección General de Informática…”
Tal vez todo esté correcto, no lo sabemos, pero deberían explicar.
La respuesta a un trabajo serio, con pruebas documentales, recibió de López Obrador una respuesta de desdén: es el diario del régimen haciéndole el trabajo sucio a Peña.
Además de explicar, AMLO tendría que guardar un poco de respeto hacia el diario en que escriben destacados integrantes de su movimiento, como Alejandro Encinas, Manuel Camacho, Juan Ramón de la Fuente, Jesús Zambrano y Rogelio Ramírez de la O, entre otros.
phl@razon.com.mx
Twitter: @phiriart
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