jueves, 30 de agosto de 2012

Samuel García - El Hallazgo petrolero


A propósito del anuncio que hizo ayer el presidente Felipe Calderón, el columnista del Miami HeraldAndrés Oppenheimer, escribió en su cuenta de Twitter: “Nuevo descubrimiento de petróleo en México puede ser mala noticia. Puede retrasar apertura de Pemex”.

Es probable que muchos más piensen lo mismo que Oppenheimer por una razón: la historia reciente de la política energética en México nos dice que cualquier buena noticia en materia petrolera juega en contra de hacer de Pemex una empresa bien manejada, eficiente y competitiva.




Y ejemplos sobran. Cuando los precios internacionales del crudo han ido a la alza, cualquier intento legislativo por reformar a Pemex o por meterse a fondo con la pospuesta reforma fiscal, han perdido fuerza ante la sola idea del reparto de la suculenta renta petrolera que alimenta los presupuestos estatales y engorda los renglones del gasto corriente de legisladores y del Ejecutivo. Total, ¿para qué le movemos? ha sido el argumento detrás de la reiterada inacción de los rentistas.

Por eso, la buena noticia que ayer dio a conocer el presidente Calderón sobre el descubrimiento de un importante yacimiento petrolero en aguas profundas al norte del Golfo de México fue recibida con un sabor agridulce por algunos comentaristas -como Oppenheimer- conocedores de la mezquindad de la clase política mexicana.

Cualquier razonamiento sensato diría que el hallazgo petrolero reciente es una noticia alentadora que debe impulsar no sólo una mayor inversión de exploración en aguas profundas y someras en todo el territorio nacional, sino que -en cualquier corporación bien administrada- sería el acicate perfecto para autorizar los siguientes pasos en las reformas corporativas, presupuestales y de gestión que le den sustentabilidad a la rentabilidad y competitividad de Pemex.

Enrique Peña Nieto planteó el tema como uno prioritario en su agenda de campaña electoral sin decirnos con detalle hasta dónde quería llegar y cómo lo implementaría durante su gobierno. Pero el hallazgo dado a conocer ayer le obligará a seguir la ruta que ya inició Pemex en materia de inversiones en aguas profundas y someras y llevar el nivel de inversión anual mínimo de 24 a 30 mil millones de dólares o más.

A diferencia de Oppenheimer, tengo la impresión que los incentivos políticos han cambiado y Peña Nieto, y su gobierno, están obligados a ofrecer resultados en un tema que gravita tanto en las finanzas públicas como en la inversión, no sólo por la competencia política interna y la fortaleza de la oposición en el Congreso, sino por la propia competencia por los capitales externos y su impacto en el crecimiento económico y el empleo. Medidas ineludibles de éxito o fracaso de su gobierno.

Por eso creo que los cambios en Pemex comenzarán pronto.

SÍGALE LA PISTA…

El banco de origen canadiense Scotiabank podría ser multado por las deficiencias en sus sistemas internos, que operan vía el SPEI, exhibidos en la denuncia pública del aún senador petista Ricardo Monreal sobre una transferencia interbancaria presuntamente para apoyar la campaña del PRI.



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