Una versión de allegados a Tomás Yarrington afirma que el ex gobernador de Tamaulipas, finalmente buscado en México por la orden de aprehensión librada por un juez, ya se les fue y que se encuentra en territorio de Estados Unidos desde donde prepara no sólo una defensa legal a las acusaciones que allá se le formulan por vínculos con el narcotráfico, sino que Tomás ya habría planteado una negociación al gobierno estadunidense y podría dar información a cambio de reducción de cargos en su contra.
Fue tanto lo que en la PGR y el gobierno calentaron el tema Yarrington que el ex mandatario priista tuvo tiempo suficiente para pensar qué estrategia seguir y hoy que ya lo buscan formalmente, difícilmente lo encontrarán aquí. ¿Pero si Tomás habla en Estados Unidos, como suponen sus allegados, qué puede decir y a quiénes puede involucrar?
Ahí surgen muchas dudas que deberían preocupar a más de un priista. Por ejemplo, uno de los testigos protegidos que acusan a Yarrington en la corte de Texas es Antonio Peña, un empresario que hizo una gran fortuna desarrollando centros comerciales en México y el sur de Estados Unidos. Antes de acusar al ex gobernador, Peña hizo con él un gran número de negocios y la relación entre ambos llegó a ser cercana. ¿Cómo conoció al empresario que después lo acusaría?
En el año 2000, siendo gobernador de Tamaulipas, Yarrington recibió una llamada del alcalde de Nuevo Laredo, Horacio Garza, que le avisaba que a su rancho cinegético iría a cazar el secretario y entonces aspirante presidencial Francisco Labastida Ochoa. Labastida pedía que los acompañara el gobernador y anunciaba que no iba solo, lo acompañaba un amigo: Antonio Peña. Fue en esa cacería que Yarrington conoció al empresario con el que después se vincularía en negocios inmobiliarios que ahora le son investigados en Estados Unidos y su antiguo socio y amigo es uno de sus acusadores.
En el PRI dan por descontado el caso Yarrington y calculan que no tendrá para ellos un costo político fuerte. Desde hace meses, Enrique Peña Nieto y su equipo marcaron un deslinde del caso y le dejaron en claro al gobierno de Calderón que si tenían elementos en su contra debían proceder. Eso fue lo que le dijo el líder priista Pedro Joaquín Coldwell al Presidente cuando se reunieron en Los Pinos, a mediados de febrero de este año, y ahí Calderón le confirmó que el priista contra el que había “pruebas contundentes” de sus vínculos con el narco era Yarrington y la PGR iba sobre él.
Unos días antes de ese encuentro en Los Pinos, el 30 de enero, cuando surgió la versión de que habían girado una orden de restricción de salida del país no sólo para Yarrington sino también para Manuel Cavazos y Eugenio Hernández, el asunto sí encendió focos rojos en la campaña de Peña Nieto. El candidato personalmente mandó llamar a los tres ex gobernadores para que le explicaran qué traían en el closet. A la cita, en una casa de campaña en Las Lomas, acudió Hernández que llevó documentos y explicó su versión; también se presentó Cavazos que hizo lo propio ante Peña; el que nunca acudió al llamado de dar explicaciones fue Tomás Yarrington.
Tal vez ya desde entonces había cruzado la línea y preparaba la estrategia con la que el ex gobernador priista podría sorprender a la PGR, al gobierno federal y al PRI. Negociar con la DEA y cantar desde el otro lado del Río Bravo canciones que salpicarán hasta este lado de la frontera.
NOTAS INDISCRETAS… El tema de Tres Marías, al que algunos ya llaman “Tres Marines”, ya empezó a tener efectos en los acuerdos de cooperación México-EU. La Comisión Permanente, en su última sesión del martes, omitió subir una petición de la Secretaría de Marina que pide autorización del Senado para que un buque con 159 marinos y oficiales a bordo viaje a Miami a donde los marinos mexicanos van a recibir un adiestramiento especial de la US Navy. El permiso no fue discutido y ahora tendrían que aprobarlo los nuevos diputados a partir del 1 de septiembre; el problema es que el barco tiene que estar en Florida el 3 de septiembre ¿se irán sin permiso?.. Los dados cierran con Escalera. Buena semana.
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