Pablo Hiriart -- Las pruebas

¿Ya vieron la foto de la Expo Fraude 2012? Mueve a risa, pero en el fondo es indignante. Pusieron como “pruebas” del fraude, en el Zócalo capitalino, una gallina, una chiva y un cartón con pollitos recién nacidos.

Según el relato de la Expo, con esos pollitos el gobierno de Zacatecas compró votos para Peña Nieto, quien ganó abrumadoramente en esa entidad donde había gobernado el PRD por 12 años consecutivos.

Como se aprecia en la fotografía de Jorge González (La Razón de ayer), esos pollitos acaban de nacer, y el periodo de incubación es de 21 días.

O sea que tal vez a los zacatecanos les obsequiaron la promesa de un huevo que se convertiría en pollo hace dos meses a cambio de que votaran por el candidato Enrique Peña.

Indignante, por donde se le mire.

Con esas y otras patrañas han montado un escándalo nacional para descalificar unas elecciones en las que perdieron por más de tres millones 300 mil votos.

El PRD sacó un anuncio en televisión en el que acusa la existencia de un fraude electoral a través de la compra de votos, y que la elección debe invalidarse.

Los jerarcas de la coalición perdedora escriben y difunden que “el país está dividido”, pues “una parte piensa que ocurrieron graves irregularidades y que se compró el resultado de la elección”.

Claro que hay gente, de buena fe, que piensa eso. Y lo piensa porque ellos, los jerarcas de la coalición derrotada y su candidato presidencial, así se lo dicen todos los días.

No tienen idea del daño que le están haciendo a México. Y si lo saben no les importa: el objetivo es que le vaya mal al país para que a ellos les vaya bien

Qué poca vergüenza inventar pruebas de la “compra de votos”, que ellos afirman alcanzó la cifra de cinco millones de personas que se vendieron, y luego poner cara de asombro y afirmar: cuidado, hay mucha gente que cree que estas elecciones se compraron.

Esa maldad contra el país ¿se va a quedar sin castigo?

Deben castigarse con rigor los excesos en los gastos de campaña.

Y debe castigarse con firmeza el intento de engaño a la sociedad con el cuento de la compra masiva de sufragios con pollitos que no existían ni en la mente del gallo a la hora de las elecciones.

Han falsificado estados de cuentas bancarias para engañar a la sociedad y sembrar la confusión.

Enviaron al IFE tres comales, mandiles, cachuchas y unos pepsilindros para “probar” la compra de votos.

Mintieron con las tarjetas de Soriana que no eran alcancías con dinero, sino tarjetas de descuentos y puntos.

¿Hasta cuándo van a seguir el chantaje y la mentira?

Hasta cuando la autoridad electoral les ponga un alto, y ya es tiempo, para que no se repita nunca más.

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