martes, 14 de agosto de 2012

Rafael Loret de Mola - Revuelta o revoltijo

Rafael Loret de Mola
Algunos hablan de revuelta, esto es si no se invalidan las elecciones como mantienen los incondicionales de Andrés Manuel López Obrador y él mismo dispuesto, dice, a no negociar salvo si el TRIFE actúa como él pretende; y otros de revoltijo porque cuanto más nos acercamos al final del proceso electoral, con el dictamen “inatacable” del Tribunal, se hacen más patentes, mucho más, las intransigencias del icono de la izquierda, la ambigüedad del mandatario Calderón –más sonriente que nunca en su búsqueda de chamba a partir de diciembre-, y el reposo irresponsable de los priístas que no han sabido contrarrestar una realidad incontrovertible: como sea, entre la sociedad se deduce que Enrique Peña Nieto llegará a la Presidencia con la suciedad de la sospecha, esto es igual a como le sucedió a Calderón hace seis años. Y es muy lamentable, sobre todo por las variantes entre unos comicios y otros y la aparición del mismo personaje que firma compromisos, al lado de sus adversarios, y los rompe si no lo benefician. ¿Tiene autoridad moral quien actúa así? 



El revoltijo se formó al momento mismo de culminar el proceso electoral de 2006. Leonel Castillo González, designado presidente magistrado del TRIFE apenas en 2005, sin el menor rubor, leyó un dictamen plagado de inconsistencias y lugares comunes; la falla más grave fue admitir la intervención del presidente de la República, Vicente Fox, durante el lapso de veda, y de los empresarios que financiaron la llamada “campaña negra” aunque considerando que ninguno de estos hechos relevantes fueron “determinantes” para los resultados de una elección supuestamente “ganada” por menos de medio punto porcentual y con evidencias indiscutibles del uso de la parafernalia presidencial a favor del aspirante del continuismo, Felipe Calderón, quien durante toda su administración, hasta hoy, no ha podido romper el estigma y separarse de la condición de “espurio” calificada por López Obrador y esparcida, cada día, a un número mayor de mexicanos incluyendo los votantes de otros partidos. ¿Tendrá que recorrer la misma ruta Peña Nieto si el TRIFE valida las elecciones, como suponen los más de 19 millones que votaron por él Ningún otro mexicano ha sido tan votado en la historia de este país. Precisamente, y ante nuestro asombro, el “récord” lo tenía Ernesto Zedillo, el aspirante sucedáneo sobre la sangre política derramada, con un poco más de 17 millones de sufragios, poco más de dos millones sobre los que obtuvo Vicente Fox, tras una cruzada impresionante que comenzó mucho antes de los lapsos establecidos y con el júbilo de la mayor parte de los mexicanos –incluso cuantos eligieron otras opciones ajenas al gobernante PRI-, por el “derrumbe del muro priísta” como consideraron los observadores del exterior al equiparar nuestro sistema a una dictadura simulada. 

Pero, durante doce años, poco se avanzó en materia democrática aunque se rasguen las vestiduras los panistas sonrientes, ¿acaso porque deseaban quitarse el estigma del poder mal habido? El hecho es que, a diferencia de las últimas administraciones del PRI, corruptas y cuanto queramos decirle, que comenzaron a construir reformas políticas para posibilitar la alternancia cediendo espacios y negociando, como lo hizo Zedillo, con la Casa Blanca, los miembros del PAN cerraron la puerta y, en el caso de Calderón, promovieron una reforma que no habían sometido a consenso –segundas vueltas, candidaturas ciudadanas, reelecciones legislativas-, a sabiendas de que sería rechazada en ausencia de acuerdos y por intereses sectarios de baja calaña. 

¿Y qué hicieron los legisladores, incluyendo la bancada perredista quien se vio confrontada con Andrés porque parecía ilógico asumir escaños y curules para formar un gobierno desconocido por el líder? Sencillamente, tomar posesión de sus cargos, a cambio de “donar” diez mil pesos por cabeza para la “causa”, es decir a López Obrador, y poco a poco –los perredistas- tomar sana distancia. Y después todo confluyó, primero, hacia la intransigencia y, después, a favor de las alianzas...¡con el partido gobernante, históricamente enemigo de las posturas vanguardistas! Así y todo, optaron por el peor de los adversarios con tal de sacar la cabeza en algunas entidades... con ex priístas sacrificados injustamente por su partido. Un revoltijo en serio. 

Para mal, ninguno de los vicios registrados en elecciones pasadas, sobre todo la de 2006, se corrigieron con reformas correctas. Quedó libre el espacio para la derrama excesiva –en la que incurrieron todos, más el PRI-, y votaron a favor de que sólo se sancionara con una multa administrativa. Sólo eso. ¿Entonces por qué reclaman una diferente coerción, nada menos la invalidez, si dicen que su propósito es respetar la ley poniendo a la Constitución por prenda? Nadie puede entenderlo o explicarlo salvo por la decisión de no ceder, dañando visiblemente a la izquierda de cara a las próximas jornadas y específicamente mirando hacia el 2018. ¿Cómo confiar en quienes tergiversan propósitos y confunden a la ciudadanía con alegatos contrarios a lo que marca, específicamente, la Carta Magna y el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales? 

Dicen que en nombre de la democracia se han cometido grandes atropellos, como las reelecciones bajo reformas que son expuestas por los dictadores –un mal ponzoñoso que va avanzando sobre el corazón de Latinoamérica-, igualmente cuando se menciona a la Constitución y a la ley, interpretándolas y manoseándolas a gusto de cada fracción. Si quiere la izquierda unida mostrarse como respetuosa del estado de derecho, entonces tendrían que explicar un hecho relevante: ninguna de las causales interpuestas como irregularidades o “pruebas del fraude” –incluyendo el exceso de gastos, salvo si corroboran que el origen de los fondos es ilegal- son motivo de invalidez. ¿Tendrán López Obrador y los suyos, en serio, el valor y la documentación suficiente para denunciar los presuntos nexos de la clase política, la de todos los partidos, con el narcotráfico? Entonces sí estaríamos en otro camino y ningún tribunal, incluyendo al electoral, podría hacerse de la vista gorda. Es el momento, digo, para actuar en serio y no mediante torpes rounds de sombra. 

Cualquier otra cosa sencillamente es una farsa, pero peligrosísima. Tendríamos que hablar, entonces, de revueltas cuyo destino y fin son intangibles, indeseables; aunque la realidad nos sitúe ya, tras doce años de gobiernos de derecha y otros tantos de presiones de la izquierda y de poca evolución priísta, en los prolegómenos del estado fallido. 

Debate 

Sin duda, la modernización es la clave para que la Iglesia y sus panegíricos salgan del atolladero moral a donde los han conducido un puñado de predadores sexuales. Arraigarse, en sentido contrario, a tradiciones caducas y a criterios obtusos, indefendibles, es tanto como ampliar las condiciones lacerantes que ya se traducen en una seria escisión de feligreses. ¡Hay tantas dudas por responder a la vista del creciente deterioro de una grey sometida a los inalcanzables misterios de la fe! En una inolvidable conversación con Girolamo Prigione, el Nuncio exitoso cuya gestión se tradujo en la normalización jurídica de las Iglesias –luego de las reformas al artículo 130 de la Constitución- y la consiguiente reanudación de relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano, me atreví a deslizar un tema controversial: 

--¿Por qué –le pregunté-, se segrega a las mujeres de ejercer los ministerios, como si no fueran dignas de ello, cuando son ellas, en buena medida, quienes están llamadas a preservar, en el seno familiar, los valores que fundamentan la religión católica? Prigione, contra su locuacidad acostumbrada, meditó su respuesta, acaso tratando de encontrar la más convincente, y replicó a media voz: 

--Bueno... Nuestro Señor, Jesucristo, eligió sólo a doce apóstoles, todos ellos varones, y señaló con ello la misión de éstos y también la de las mujeres que exaltan el don de la maternidad, por ejemplo. Cada género, cada quien en su lugar. 

Y evitó darme el privilegio de la réplica. Pues bien, tal postura ya no es defendible, entre otras cosas porque el entorno de hace dos mil años y el actual son diferentes y los roles han cambiado por efecto de la propia dinámica histórica. 

Así como el uso de los velos nos parece retardatario en cuanto significa opresión y segregación para las damas, la marginación religiosa, con tintes misóginos, ya no es sostenible. En la misma línea puede colocarse el celibato sacerdotal que poco aporta al servicio de Dios y sí, en cambio, reprime a la propia naturaleza humana. ¿Para qué? 

No puede ir la Iglesia a contrapelo de la evolución social y de la superación de atavismos. ¿Acaso negarle a la mujer la posibilidad del sacerdocio no representa la misma línea por la cual se le marginaba de las enseñanzas universitarias y se le privaba del esencial derecho al sufragio universal como si fuera inferior al hombre en cuanto al imperativo de labrar su propio destino? Es evidente, por tanto, la caducidad del criterio discriminador en una comunidad universal que insiste, proclama y sostiene la igualdad de todos los seres humanos. ¿O seguirá cerrada la Iglesia en un plano similar a los fundamentalismos que sólo conducen a la intransigencia y al enfrentamiento? 


La Anécdota 

En otro convento, allá por Moroleón, Guanajuato, el célebre “Padre Pistolas”, mal hablado e incansable pastor, capaz de enfrentar a los caciques aldeanos sin someterse a la enseñanza bíblica de las mejillas escarnecidas, me dijo: 
--Eso del celibato es una enorme tontería. A mí, la verdad, me gustan mucho las viejas, pero no por ello dejo de servir al Señor. 

--Entonces, ¿también estaría usted a favor de que las mujeres puedan ser sacerdotisas? 

El aludido pasó su mano sobre la frente y luego se rascó la caballera. Al fin, respondió: 

--La verdad, no. Imagínese: ¿qué haríamos si nos salen por aquí una decena de Martas (se refería a la señora Sahagún, muy de moda entonces), dispuestas a tomar el poder? Dios bendito, sería terrible. Mejor dejémoslas en los conventos. Las monjitas suelen ser muy serviciales. 

Como si hubiera disparado, sin cesar, una .45 con el cargador lleno. Y no agregó una palabra más. 

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E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx 
LAS FARSAS SIEMPRE, A TRAVÉS DE LA HISTORIA, HAN CAÍDO POR SU PROPIO PESO. LO NEGATIVO ES QUE CUANDO SE VIVEN, EN CADA PRESENTE, PUEDEN LLEGAR A MARCAR NUESTRO DESTINO GERENACIONAL. CUIDADO CON ESO.


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