sábado, 15 de septiembre de 2012

Ángel Rafael Martínez Alarcón - ¿15 de septiembre de 1808 ó 16 de septiembre de 1810?

El domingo 16 de septiembre del 2012, se cumple el bicentenario del primer Grito de Dolores, en memoria del inicio de la Guerra de Independencia; siendo una iniciativa de Ignacio López Rayón, para dar cumplimiento al punto 23 de los Sentimientos de la Nación, firmado por José María Morelos y Pavón. También el presente aniversario del Grito de Dolores, se conmemora el primer centenario de la ceremonia que presidio el presidente constitucional en 1912, don Francisco I Madero, fue la única ocasión en que participo en tan importante ceremonia. Cuentan las reseñas que tuvo una gran aceptación por parte de la población.

El General Porfirio Díaz; presidente de México de 1876 a 1911, con un periodo fuera del cargo entre los años de 1880-1884, para dar cumplimiento a uno de los postulados de la candidatura de Díaz de sufragio efectivo no reelección. Quien nació un 15 de septiembre de 1830. Se conoce popularmente que es quien cambia la fecha del 16 para el 15, así hacer coincidir su cumpleaños. Lo mismo pasó con Agustín de Iturbide, en 1821, que hace coincidir su cumpleaños con la firma del Acta de Independencia




En los Sentimientos de la Nación o 23 puntos dados por José María Morelos y Pavón (1765-1815), para la Constitución del 14 de septiembre de 1813. En el punto 23 establece lo siguiente:...solemnice el 16 de septiembre de todos los años, como el día Aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra Santa Libertad comenzó pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la nación para reclamar sus derechos... Estos son los buenos inicios para la celebración de las fiestas patrias, sin olvidar también el culto de Santa María de Guadalupe, como patrona de la nación mexicana.

Al inicio del siglo XIX, el imperio español, era gobernado por Carlos IV y su ministro Manuel de Godoy, “Príncipe de la Paz,” quien logra firmar convenios con Napoleón Bonaparte, para permitir el paso de tropas por España para invadir el reino de Portugal. En 1808, la península vive una crisis política muy aguda, una primera rebelión de los peninsulares en contra el Ministro de la paz, que logro que Carlos IV abdicara a favor de su hijo Fernando VII, poco días más tarde el ejército francés invade la península ibérica. El pueblo madrileño se levanto en armas el 2 de mayo de 1808, en contra del ejército invasor. Fernando VII renuncia el favor de su padre Carlos IV y este mismo abdica a favor de José Bonaparte, hermano del Emperador Napoleón.

En los cuatros virreinatos americanos, los criollos junto con los peninsulares logran unificar los proyectos en defensa de la monarquía Borbónica, en el exilio francés. Para el caso de la Nueva España, desde el ayuntamiento de la Ciudad de México, se tiene los primeros movimiento a favor de la independencia de México, el virrey José de Iturrigaray, junto con su cabildo no reconocieron al nuevo monarca José Bonaparte, y como lo apodo el imaginario colectivo “Pepe Botellas. El 15 de septiembre de 1808; dan un Golpe de Estado al orden virreinal. Son apresados los líderes: Primo de Verdad, fray Melchor de Talamantes y Francisco de Azcarate. El virrey es depuesto.

El primer gran intento de conseguir la independencia de la Nueva España, está relacionado con los acontecimientos de la intervención de los ejércitos de Napoleón Bonaparte en la mitad del año 1808. El reinado de Carlos IV está marcado por la decadencia del matrimonio regio; la concentración de poder del Príncipe de la Paz, don Manuel de Godoy. En los territorios de la Nueva España ya en ese año de 1808, los criollos empiezan a organizarse políticamente ante los acontecimientos en la península, la noticia que la soberanía ibérica esta en mano de un rey ilegitimo. En Xalapa, Ignacio Allende al frente del ejército novohispano, con el apoyo del hacendado Diego Leño, están más que listo para iniciar la revolución, con el apoyo de funcionarios del ayuntamiento de la ciudad de México y del propio virreinato. Fue el puerto de Veracruz, en junio de 1808, donde se conocieron las fatales noticias de la situación que vivía la metrópolis.

El fraile peruano, Melchor de Talamantes, en agosto de ese año de 1808, presenta un plan conformado por 13 puntos: 1. Nombrar al virrey capitán general del reino y confirmar en sus empleos a todos los demás.
2. Proveer todas las vacantes civiles y eclesiásticas.
3. Trasladar a la capital los caudales del erario y arreglar su administración. 
4. Convocar un concilio provincial para acordar los medios de suplir aquí lo que está reservado a Su Santidad.
5. Suspender al Tribunal de la Inquisición la autoridad civil, dejándole sólo la espiritual; y está con sujeción al [prelado] metropolitano.
6. Erigir un tribunal de revisión de la correspondencia de Europa para que la reconociese toda, entregando a los particulares las cartas en que no encontrase reparo y reteniendo las demás.
7. Conocer y determinar los recursos que las leyes reservan a Su Majestad.
8. Extinguir todos los mayorazgos, vínculos, capellanías y cualesquiera otras pensiones pertenecientes a individuos existentes en Europa, incluso el estado y el marquesado del Valle.
9. Declarar terminados todos los créditos activos y pasivos de la metrópoli con esta parte de las Américas.
10. Extinguir la Consolidación [de Vales Reales], arbitrar medios de indemnizar a los perjudicados, y restituir las cosas a su estado primitivo.
11. Extinguir todos los subsidios y contribuciones eclesiásticas, excepto las de media anata y dos novenos.
12. Arreglar los ramos de comercio, minería, agricultura e industria, quitándoles las trabas.
13. Nombrar embajador que pasase a los Estados Unidos a tratar de alianza y pedir auxilios.


Para el 15 de septiembre de 1808, el hacendado Gabriel Joaquín de Yermo y de la Bárcena con otros españoles da un golpe de estado al orden virreinal, para evitar que el proyecto de independencia llegue a buen puerto. Los integrantes de la conspiración tuvieron las más diversas suertes, el virrey es destituido del cargo, otros son enviados a la cárcel. El ambiente generalizado en eso años era: ¡viva Fernando VII! ¡muera Napoleón!


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