martes, 11 de septiembre de 2012

Katia DArtigues - Los saludos de Zambrano

Katia DArtigues

Curioso momento eligió Jesús Zambrano para “saludar a algunos amigos”: justo  cuando Enrique Peña Nieto entraba al Museo de Antropología y seguramente pasaría por su mesa. Y sus amigos, claro, estaban completamente del otro lado…
Como para qué, parecía decir. Está bien que el divorcio planteado con Andrés Manuel López Obrador —de mutuo acuerdo, al parecer en buenos términos— ya es un hecho, pero también salir a estas alturas en la foto saludando al presidente electo y no al dueño, digo, creador de Morena, era too much. Ah, la cultura de la foto en los mexicanos… Es más, ni lo escuchó. Se fue antes de que diera su discurso. Aunque claro, puede ser que haya sido por agenda. La comida anual de los “300 líderes de México” seleccionados por la revista Líderes Mexicanos tardó mucho más de lo esperado.




Cobijados bajo el monumental paraguas del patio del museo, Peña escuchó el Proyecto de Nación trazado por cinco hombres —sí, ni una mujer— que le presentaron Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Alejandro Ramírez; director general de Cinépolis; Federico Reyes Heroles, presidente de Transparencia Mexicana; Claudio X. González, presidente de Mexicanos Primero; y Alejandro Martí, presidente de SOS. Luego Peña habló. No llevaba discurso escrito. De memoria dijo lo que ha dicho en estos últimos días de las prioridades de su gobierno. Aseguró que no estaban ensayadas las muchas coincidencias con los planteamientos anteriores: reducir la violencia, dar resultados, dar resultados y dar resultados (en resumen). Pero quizá la nota fue la promesa: “Un presidente no tiene amigos”, dijo. Por favor ayúdenos usted que lo lee a difundirlo porque tantos se presentan como tales…
También que siempre será un presidente que escucha y tomará “decisiones informadas”. Que hará su gabinete —¿dónde lo he escuchado?— con las y los mejores. Y ahí estaba gran parte de su ahora equipo de transición para escucharlo.
Corren las apuestas. Ahora que AMLO ya anunció que hará —bueno que consultará si hace— de Morena un partido político, ¿quién se irá del PRD, PT y MC para acompañarlo en la aventura? Al parecer, por lo pronto, la idea es que nadie se mueva. Así lo dijo Martí Batres: que AMLO les pidió que se quedaran con los grupos parlamentarios por los que fueron electos. No es el mejor momento de AMLO para hacer un partido; pero es el que le tocó. Era ahora o nunca, más si en el futuro quiere tener la independencia —de decisión y económica, de ahí la moderación de su discurso— para hacer lo que quiera.
Será una odisea porque ahora las leyes para hacer un partido son más duras y tendrá que probar —creo que lo logrará— que tiene base. Pero no será sencillo. Recuerde que el PRD nació con base en el registro del PMS… ¿o será que Morena no comenzará de cero? Quién lo diría. Morena resultó ser La Chingada.
Me queda claro que el “Nuevo PRI” —si existe— no es cuestión de edad. Para muestras tres botones recientes encarnados en tres jóvenes gobernadores. Los pongo por edad.
Uno: Roberto Borge, quien en diciembre cumplirá 33 añitos. Para muestra su más reciente informe de gobierno de pesada convocatoria: Arturo Montiel, Roberto Madrazo, y un Carlos Salinas de Gortari que dijo que tendría que tener cirugía plástica para quitarse la sonrisa de que ganó Enrique Peña Nieto; la esposa de Mario Villanueva, Isabel Tenorio; el exgobernador Fidel Herrera… Y, bueno, muchos más, ¡hasta Juan Gabriel y Óscar de la Hoya!
Dos. Javier Duarte de Ochoa, quien la próxima semana cumplirá 39 años. Cuando fue a Tercer Grado, Peña lo puso como ejemplo de precisamente “el nuevo PRI”.
Pero, ¿podría serlo alguien que encarcela tuiteros, intenta pasar leyes que coartan la libertad de expresión, al parecer no conoce transferencias electrónicas pues transporta 25 millones de pesos en efectivo al aeropuerto de Toluca?
Tres. Miguel Alonso, de casi 41, góber de Zacatecas. Al inicio de su gestión lanzó su cacería de brujas contra Amalia García, y ahora, de ser ciertas las informaciones publicadas, creo que sus escándalos se quedan chicos con respecto a la exgobernadora.
Ahora sabemos que a dos años de estar al frente de la gubernatura —mañana los cumple— echó el presupuesto por la ventana a fin de remodelar o reconstruir la casa de gobierno.


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