martes, 20 de noviembre de 2012

Katia D`Artigues - Ahí viene Morena, García Luna y el adiós a la SSP


En el Deportivo “Plan Sexenal”, inaugurado en 1938 por Lázaro Cárdenas, ayer lunes Andrés Manuel López Obrador dio un paso grande para lograr que el Movimiento Regeneración Nacional, su Morena, se convierta en un partido político.
De entrada, en el único evento público, con acceso a prensa, tiró línea: —“Nada de politiquería, impedir los vicios en Morena. (Tenemos que) Cuidar, entre todos, que no haya individualismo, oportunismo, nepotismo, amiguismo, influyentismo, sectarismo, clientelismo, ninguna de esas lacras de la política”.
No faltará quien diga que el único “ismo” aceptable es el andresmanuelismo. Otros que el fanatismo. Quizá nosotros llevamos ya muchos años escuchando a López Obrador y no se nos hace muy extraño, pero, ¿no es raro que en un discurso un político hable de que deben “ser un referente moral”, que hable de “virtudes”, que la razón de ser de Morena será “convertir en forma de vida el ideal de que se puede ser feliz buscando la felicidad del prójimo”?
En fin, hoy siguen los trabajos del Congreso Nacional. Tras elegir ayer a los consejeros nacionales, hoy nombrarán al primer Comité Ejecutivo Nacional y a la Comisión de Honestidad y Justicia.




Será interesante, histórico, ver quién pertenece a este primer grupo de dirección del futuro partido. AMLO es un personaje controvertidísimo, pero lo que nadie puede negarle es que es uno de los líderes sociales más significativos de las últimas décadas.
Sin duda uno de ellos será Martí Batres, quien en pleno Buen Fin renunció al PRD para sumarse a Morena. Jesús Zambrano, líder del PRD, insiste que no esperan una desbandada. Que “sólo” es Martí. Veremos.
Qué manera de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, de terminar el sexenio. Y con la historia, también, de la Secretaría de Seguridad Pública, creada por el gobierno de Vicente Fox. Tras escándalos como la recreación de la captura de Florence Cassez (caso no cerrado que se discutirá en enero en la Suprema Corte), la millonaria producción de la serie El Equipo, patrocinada en parte por esa secretaría para promover la imagen de la Policía Federal, este fin de semana llega el caso Tres Marías.
Luego de la zozobra sobre qué sucedió en un enfrentamiento en esa localidad, donde fue atacado un vehículo de la embajada estadounidense, ahora, gracias a la PGR, sabemos que a cinco elementos de la División de Seguridad Regional de la SSP se les giró orden de aprehensión, por presunto encubrimiento hacia agentes de la Policía Federal.
De acuerdo con Victoria Pacheco, subprocuradora de la PGR, los agentes que fueron citados a declarar, llegaron en patrullas de la corporación y uniformados.
Aunque el día del ataque iban vestidos de civil, falsearon la declaración, y por recomendación de sus jefes declararon que iban con el uniforme reglamentario.
Pobre García Luna. Esto y luego enterrar a la secretaría que dirigió porque Enrique Peña Nieto ya decidió que sus labores regresarán a Gobernación.
En fin, no es la primera institución que le toca enterrar. Él también creó la AFI —¿la recuerda? ¿Esa que era nuestra versión de Scotland Yard?—, que desapareció para dar lugar a la Policía Federal.
Lo cierto es que, por eso lo pongo en punto y aparte, esta descoordinación entre las instancias encargadas de nuestra seguridad queda, con el caso Tres Marías, por si faltara, más clara que nunca.
La PGR acusando a la SSP, que se defiende. Es la historia del sexenio, las rivalidades entre sus titulares. 
Hace poco, en una entrevista con Carlos Marín, el presidente Calderón hizo una declaración interesante y dura, que seguramente será su talón de Aquiles en los años por venir. Tras aceptar que sí era deseable mayor coordinación, también dijo que había delegado en el secretario de Gobernación el gabinete de Seguridad. Y dijo: “En este caso tuvimos muchas vicisitudes con los secretarios de Gobernación, digo, dos de ellos fallecieron en accidente aéreo, en fin” (cómo me hubiera gustado que siguiera desarrollando ese “en fin”).
Y luego, con respecto a la coordinación de Defensa y Marina, contestó: “Sí hubo (coordinación), pero, Carlos, quien puede coordinar al secretario de la Defensa y al de Marina es el Presidente de la República, porque es el único que les puede dar órdenes”.
Y pues sí. Hoy Calderón vivirá su última experiencia como presidente en el desfile del aniversario de la Revolución Mexicana. Y al final del sexenio, termina con una aprobación de 64 por ciento de los consultados según una encuesta de El Universal.

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