Martín Moreno.
México humillado, cuando Florence Cassez, secuestradora certificada, es dejada en libertad.
México
humillado, por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN): Olga Sánchez Cordero, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y
Arturo Zaldívar, que votaron por otorgar un amparo "liso y llano" en
favor de la secuestradora, cuando -en lo que hubiera sido una decisión
justa para todos y sin lastimar a las víctimas- pudieron optar también
por el amparo "para efectos", que hubiera regresado el caso al tribunal
unitario para que se "limpiaran" las pruebas viciadas y se abriera nuevo
proceso. Ése hubiera sido el fallo imparcial y de justicia.
México
humillado, porque la AFI foxista ordenó el montaje mediático sobre la
captura de la banda de Los Zodiaco -encabezada por Israel Vallarta y
acompañado de su amante, Florence Cassez- para efectos de lucimientos
personales y que, hoy, fue la llave jurídica para que la delincuente
francesa esté en París. A ellos se debe, en gran medida, esta ofensiva
libertad.
México
humillado, cuando Agustín Acosta, abogado de Cassez, proclama que "hoy,
la Corte liberó a una inocente". Mentiroso. La SCJN jamás declaró
inocente a la secuestradora. Contrario es que, efectivamente, se
violaron los derechos humanos de Cassez con el montaje. Son cosas
diferentes.
México humillado, al agraviar, con la libertad burda y majadera de Cassez, a las víctimas de secuestro.
México
humillado, al ignorar el dolor de Ezequiel Elizalde, plagiado por Los
Zodiaco, quien durante 65 días estuvo cautivo, amenazado. "Las víctimas
quedamos como basura, olvidadas... no valen absolutamente nada en este
caso... son una porquería de instituciones", clamó.
México
humillado, cuando Michelle Valadez, esposa del comerciante Ignacio Abel
Figueroa -secuestrado y asesinado por Los Zodiaco- se quedó pasmada,
indefensa y ofendida a las puertas de la prisión femenil de Tepepan,
cuando era liberada Florence Cassez, entre gritos de "¡asesina...
asesina!"
México
humillado, porque como dice la valiente Isabel Miranda de Wallace, "hoy
la Corte le acaba de abrir la cárcel a los delincuentes y a los
secuestradores. Esto ya estaba concertado y pactado. Las víctimas no
cuentan... lo que vale es el poder, el dinero y las relaciones".
México
humillado, a decir de María Elena Morera que advierte que la Corte
estableció un antecedente grave al liberar a la secuestradora francesa.
"Grave el mensaje que se manda a las víctimas porque en este caso sí hay
pruebas, que están viciadas, pero hay pruebas. No estamos hablando sólo
de testimonios de las víctimas sin pruebas que lo sustenten".
México
humillado, mientras su élite gobernante -incluidos ministros de la
Corte- viaja segura, rodeada de escoltas, ajena a la dramática realidad
ciudadana que enfrenta un país sin leyes imparciales, con miedo
permanente y aterrado por el futuro.
México
humillado, cuando el IFE decidió no multar al PRI con 75 millones de
pesos por el caso Monex. Los consejeros electorales que la rechazaron,
son: Leonardo Valdés -presidente del instituto-, Sergio García Ramírez,
Marco Antonio Baños, Francisco Guerrero y Macarita Elizondo. Allí queda
esa fotografía (tomada por el reportero gráfico Luís Castillo) de García
Ramírez emulando la "roqueseñal".
México
humillado, al observar que en Ayutla, Tixtla y Ahuehuepan, estado de
Guerrero, los habitantes, hartos de secuestros, asesinatos, robos,
extorsiones y ausencia de autoridades, forman comités de defensa, se
arman con rifles y pistolas y someten a la delincuencia. Es, nada menos,
que justicia por su propia mano. Ya lincharon a un asaltante. "Son usos
y costumbres", justifica desde la comodidad de su oficina el gobernador
Ángel Aguirre. ¡Ah, menos mal! Aguirre es incapaz de ofrecer seguridad.
Gobernador de ornato.
México
humillado, entrando a una etapa oscura: una Ley General de Víctimas
inconstitucional, carente de respuesta eficaz hacia las víctimas;
liberando a secuestradoras certificadas como Florence Cassez; perdonando
delitos electorales flagrantes; permitiendo que mexicanos ejecuten el
"ojo por ojo, diente por diente"; con la violencia que no cesa: en 55
días de gobierno peñista, van...¡más de mil muertes violentas!; con
reformas "aquimichú" que no son las que necesita el país; con la amenaza
antidemocrática de la restauración del viejo régimen; bajo el miedo,
entre la incertidumbre y la desazón.
México humillado.