sábado, 20 de abril de 2013

Gerardo Hernández - Cátedra de Savater


Si los políticos escucharan a los sabios que hoy les hablan, el mundo sería mejor, aunque muchos de aquellos terminarían su carrera por ignorantes. En su visita a la Universidad Regiomontana, el martes pasado, el filósofo, activista y escritor español Fernando Savater habló de un nutriente cuyo déficit explica la crisis de muchas actividades humanas: la ética, materia que quizá por molesta dejó de llevarse en las escuelas, a un costo demasiado elevado. El ganador del Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz dio una cátedra justamente a maestros, alumnos y padres de familia.

En tiempos en los que el aplauso se busca como la mayor recompensa —mientras más fácil mejor, así sea efímero—, el autor de “Ética para Amador”, con puntería de rayo láser fue a la raíz de uno de los problemas que tienen a México en el atraso: la educación. Otro es el deseo de querer agradar a todo el mundo.






Al contrario —dijo en la UR— “Todos tenemos que caer antipáticos. Esos padres que siempre quieren ser colegas o simpatizantes de sus hijos, esos educadores que quieren ser como unos niños más dentro de la clase, ésos son los malos educadores”. (“El Norte”, 17-4-13)

Savater abundó: “El educador no es un animador cultural o un conductor de televisión, muchas veces está para traer la mala noticia de la realidad, para decir la verdad a los jóvenes y ayudarlos a tomar decisiones. (...) Sería muy ingenuo creer que porque nuestros instrumentos técnicos se han desarrollado y vivimos una vida más cómoda y los medios de comunicación son más eficaces, los seres humanos no somos capaces de hacer el mal.

“Todo lo contrario: han aumentado nuestras posibilidades de hacer daño y no han disminuido nuestras ganas de hacerlo. (...) La ética es la reflexión sobre los motivos que nos hacen ser mejores, pero no se hace sola, se hace con los otros. Solos podemos ser animales, pero hasta que estamos con otros debemos ser humanos”.

Existe un problema adicional que explica nuestras discapacidades culturales e intelectuales: la falta de afición por la lectura. Sobre el tema, Savater recuerda que “Leer sirve para multiplicar el alma. El alma se enriquece con la literatura, con la aportación de grandes mentes como la de Shakespeare, de Cervantes, de Goethe. Definitivamente, sin lectura, seríamos menos humanos y más primitivos”.

A propósito de los atentados en Boston, el autor de “La Hermandad de la Buena Suerte”, novela que le valió justamente el Premio Octavio Paz 2012, advierte de que si bien la violencia no atañe directamente a la ética, sino a la política y a las decisiones de los gobiernos, un elemento importante para hacer más humanos y más reflexivos a los jóvenes es la literatura.

Por eso la importancia de que la reforma educativa se convierta en un instrumento de cambio real y sirva para que los maestros y alumnos desarrollen el máximo de sus capacidades. La receta la han aplicado con éxito países que hasta hace pocos estaban sumidos en la pobreza. Sin embargo, en México tal aspiración no será asequible mientras los sindicatos sigan anclados en el pasado.

gerardo.espacio4@gmail.com

Leìdo en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/catedra-de-savater-1366443565

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