martes, 30 de julio de 2013

Federico Reyes Heroles - El señor del portafolios

O P I N I Ó N
F E D E R I C O   R E Y E S   H E R O L E S
El señor del portafolio

Agradezco a Excélsior su hospitalidad. Aquí nos encontraremos. Oportunidades para jóvenes y ancianos. No a la "...eutanasia escondida, cultural, contra los viejos". No darles la espalda, son un eslabón de la vida. Que hablen y actúen, que el envejecimiento sea digno. Almuerzo con cinco jóvenes, uno de ellos mexicano. El tema central los llamados "ninis". Es muy fácil caer en los vicios, en la venta de droga e incluso en las redes del crimen organizado, es la advertencia. Confesión a otros cinco jóvenes como momento de máxima intimidad, todos, incluido él, requieren confesarse, afirma. Se da tiempo para un encuentro con reclusos. La condición de los presos en el mundo –salvo honrosas excepciones- es una de las mayores vergüenzas de la humanidad.



El mundo padece de hambre, enfatiza, los jóvenes han perdido la confianza en las instituciones políticas pero también en la religión, en su iglesia, lo acepta, ello debido a las incoherencias de los cristianos y de los ministros de culto. "Ven egoísmo y corrupción...". Nadie se salva, en casi cada intervención se alude a la crisis de la fe y la doctrina. Razones para la indignación sobran. "Que me perdonen los obispos y los curas si los jóvenes les arman lío, pero la Iglesia tiene que salir a la calle". Claro y radical. Igual para los Obispos, no son príncipes, salgan a la calle.

Desde una favela de las llamadas "pacificadas": "Ningún esfuerzo de pacificación será duradero para una sociedad que ignora, margina y abandona en la periferia a una parte de sí misma". Progresista sin concesiones, justiciero, "La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que se trata a quien está más necesitado, quien no tiene más que su pobreza". Aquí veíamos al patán que en Tabasco maltrataba, humillaba -al grado de llevarlo al llanto- a "Manuelito" Díaz, el niño tzotzil cuya única falta era ser pobre y querer ganarse un pan. Ese llanto deberá ser recordatorio emblemático de la vileza en el trato hacia los pobres en nuestro País. El Gobernador Núñez reaccionó con sensibilidad, esa vergüenza no debe caer en el olvido.

Si el cristianismo nació de la persecución religiosa, su doctrina siempre deberá estar vinculada a la defensa de los perseguidos por causa de su fe. En México la intolerancia religiosa es una realidad cotidiana. No hay que ir a Chiapas para encontrarla, está en todas partes, en Ixmiquilpan y en la capital. Ojalá los intolerantes de todos los bandos hayan escuchado el mensaje. Pero el cristianismo nació también para luchar contra la injusticia, y por eso llamó a los ricos y a todos a esa lucha. "Que cada uno según sus posibilidades y responsabilidades, ofrezca su contribución para poner fin a tantas injusticias sociales". Incluyente pero exigente, los dos a la vez y sin ofender. Privados, autoridades, todos, pero su iglesia deberá ser ejemplo.

"Hubiera querido llamar a cada puerta, decir buenos días, pedir un vaso de agua fresca, tomar un cafezinho, ¡no un poco de cachaza!...". El humor no está reñido con la doctrina, el discurso es terrenal, humano. "¡Pero Brasil es tan grande! Así que decidí venir aquí...", a una de las zonas más pobres y violentas del país. Los aparatos de seguridad se abren un poco, pero aún así, según reporta El País hubo vallas. "Me da pena que estén enjaulados, yo por momentos siento también lo feo que es estar enjaulado... Recen por mí, lo necesito". Pero hay mucho más que buena retórica y sensibilidad. Allá en Roma se vive un sismo, el ex jefe contable de la Santa Sede es investigado, el titular del banco del Vaticano sustituido por un profesional, denunciantes de la pederastia protegida son incorporados a la cercanía papal, la ostentación y el lujo mudan a la sencillez, palabra utilizada con frecuencia, del oro a la plata y la madera, de los grandes espacios a la fotografía pública del aposento papal de total sobriedad.

Alguien podría alegar que es cuestión de estilos, que la transformación de Copacabana, la mítica playa de la frivolidad y los cuerpos bellos, en una de las mayores concentraciones religiosas de la historia –varios millones- es resultado de ese nuevo estilo. Pero los cambios de fondo, doctrinales, son asombrosos: "...el desafío ético aparece hoy como un desafío histórico sin precedentes". Es Francisco el que habla y remata. "La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del estado, que sin asumir ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad". Esto, dicho por el Papa, es una revolución. No soy creyente, pero esa simple declaración es un acto civilizatorio de gran alcance. Fomenta la tolerancia, la paz, ahorrará muertes producto de la persecución, muertes que son vergonzosas e inaceptables en el Siglo 21.

Bergoglio llega en un momento de intolerancia, polarización, injusticias. Francisco tiene todo para convertirse en un nuevo referente a nivel global. En un mundo ayuno de ética sus definiciones son una noticia muy esperanzadora. Por cierto al bajar del avión no dejó que le cargaran el portafolio. ¿Estilo?, no, fondo.

Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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