lunes, 19 de agosto de 2013

Leo Zuckermann - Reformas sí, pero también que el Estado recupere territorios

En este asunto de los grupos de autodefensa, policías comunitarias o paramilitares, creo que hay "de chile, dulce y manteca". Están los que legítimamente se han organizado para defender a sus comunidades ante la falta de una policía que lo haga. Están los que más bien trabajan para proteger los intereses del crimen organizado. Incluso están grupos guerrilleros que piensan que México necesita una Revolución maoísta.

Estamos hablando de cosas muy diferentes. Pero todas tienen una característica común: son hijas de la debilidad del Estado.





Hay partes en Michoacán y Guerrero donde el Estado mexicano no está presente. Y cuando en un territorio no existe el monopolio legítimo de la violencia física, otros se apropian de ese papel.

Puede ser la misma comunidad que se arma para defenderse de otras comunidades o grupos delincuenciales. Pueden ser las mafias que, como bien dice Diego Gambetta en su magnífico libro The Sicilian Mafia: The Business of Private Protection, son el principal competidor del Estado para proveer seguridad (en Sicilia, por ejemplo, la famosa mafia creció debido a que el aparato estatal italiano llegó muy tarde a la isla). También pueden ser grupos de revolucionarios que pretenden convertirse en el monopolio legítimo de la violencia. Sea cual sea, el factor común en todos estos casos es que el Estado no está ahí presente: ni provee seguridad ni cobra impuestos. Son otros los que lo hacen.

Lo cual resulta un tanto paradójico ahora que el nuevo gobierno pretende sacar adelante una serie de reformas para modernizar la economía del país. Mientras estamos hablando de cuál es la mejor manera jurídica de abrir el sector petrolero a la inversión privada --concesiones, contratos de participación compartida o de utilidad compartida-- hay territorios enteros en México donde el Estado ni siquiera está presente.

No son, desde luego, lugares donde se esté explorando o explotando el petróleo. Pero el hecho de que existan grupos armados en territorios de esta República, no ayuda en nada para vender la idea de que somos un "país moderno" con estabilidad política. ¿Con ese Estado, que no puede controlar varias municipalidades, es con el que se van a asociar las empresas privadas para sacar más hidrocarburos?

Es posible, pero, en la medida en que la incertidumbre política sea mayor, pues van a pedir una mayor utilidad (la regla del capitalismo es que, a mayor riesgo, mayor la rentabilidad). Los empresarios, en sus cálculos económicos, tendrán que tomar en cuenta la posibilidad de que alguno de estos grupos armados de repente les tome un pozo de lutitas que estén explotando, por ejemplo. O que tengan que pagar "derecho de piso" a algún grupo armado para poder transportar sus equipos. O, incluso, que tengan que contratar a paramilitares para que no secuestren a su personal.

No es hipotético lo que estoy diciendo. En Colombia, por ejemplo, algunos contratistas de ECOPETROL durante mucho tiempo pagaron dinero (en buen español, extorsiones) a grupos del crimen organizado o de guerrilleros para operar sus negocios. Los grupos armados, que crecieron por la debilidad del Estado colombiano, a menudo volaban pozos y oleoductos para que sus amenazas fueran creíbles. Esto incrementó los costos de extracción y transportación de hidrocarburos en aquel país.

Tampoco es hipotético en el caso de México. En Michoacán sabemos que sectores económicos como los ganaderos, aguacateros y limoneros le pagan cuota al crimen organizado para poder seguir operando. Esto ya ocurre en México por la debilidad del Estado. ¿Por qué no pensar, entonces, que, en la medida en que se debilite más el Estado en México, estos grupos procedan a cobrar impuestos y "vender protección" a empresas más rentables como la petrolera?

Si el gobierno de Peña Nieto va en serio en su deseo de modernizar al país, no sólo debe trabajar para que se aprueben las reformas; también tiene que recuperar los diversos territorios de Michoacán y Guerrero donde el Estado mexicano ha dejado de estar presente. Al mismo de tiempo de debatir la posibilidad de concesiones o contratos de riesgo para que los privados entren al sector petrolero, el gobierno debe enseñarle a la comunidad internacional que en México sólo hay un monopolio legítimo de la violencia.
 
Twitter: @leozuckermann


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