Cuando tirios y troyanos están descontentos por igual, algo anda mal. La reforma hacendaria —o miscelánea, como sería mejor nombrarla— no ha visto camino fácil desde su presentación. Los tres grupos firmantes al Pacto por México quieren cosas distintas, lo único en que coinciden es en un acuerdo mediante el cual puedan generar un diálogo para la discusión de la reforma, aunque con la ausencia de los panistas no es posible, éstos piden que se replanteé por completo la propuesta que se presentó bajo el manto de la Secretaría de Hacienda, y no bajo el Pacto como las anteriores.
En el esquema de los panistas no se debería buscar más recaudación, sino más contribuyentes. Sin embargo, también dentro del grupo de legisladores blanquiazules habrá quienes están en desacuerdo con esto último, porque ahora las flechas de la recaudación apuntan al sector empresarial. Y los del PRD están, también, empeñados en buscar que algunos puntos de los presentados en la iniciativa no lleguen a la comisión que se discuta en San Lázaro, ellos quieren más recaudación porque igualmente le apuestan a un mayor gasto.
A los priistas —incluido el gobierno federal— no les debe estar siendo fácil aceptar que la propuesta de reforma hacendaria esté teniendo un camino mucho más complicado que el de las reformas ya aprobadas. Por algo han aceptado que se vayan eliminando puntos escritos en ella: impuestos a colegiaturas o a las hipotecas inmobiliarias. Omisiones que no son las únicas, pues ayer mismo se anunciaba en voz del presidente nacional del Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz, que serán cerca de 25 cambios los que se hagan a la eforma presentada.
El punto está en la vía de obtención de los recursos que el gobierno esperar recaudar. Una de las críticas más fuertes, acaso la más recurrente, que se le ha hecho a la lectura de la iniciativa presentada por Luis Videgaray, es que no cambia el esquema de recaudación y apunta otro golpe a quien ha sido el sostén del fisco nacional por tantos años: la clase media.
“Quien tiene más y gane más, que pague más...”, es la idea que se busca ahora, según me decía ayer CamachoQuiroz en Cadenatres Noticias. Aunque lo que se desea que suceda, en la discusión que comenzó ayer en San Lázaro, es que se insista en que se amplíen las vías para hacer más grande la base de contribuyentes y no la de recaudación. O sea, que sean más quienes paguen y no que sea más lo que se pague.
La propuesta de reforma hacendaria y sus complicaciones vienen de la mano con otro tema que debe tomarse mucho en cuenta: el crecimiento económico de México en 2013 está casi dos puntos abajo a lo que se esperaba. El FMI anunció, hace un par de días, que su previsión de crecimiento económico para nuestro país sería de 1.2%, y no de 2.9% como se había previsto inicialmente.
En la Cámara de Diputados tienen planeado concluir los dictámenes de la reforma hacendaria, y hasta la Ley de Ingresos 2014, para el 16 de octubre, esperan que su aprobación no pase del día 20. O sea, a partir de hoy, tienen diez días para su cometido. Prueba de fuego para la voluntad política de cada grupo aunque sobre todo para los priistas, a quienes les corresponde más el papel de negociadores, pues son quienes tienen que convencer sobre lo presentado por el gobierno federal. Por la cantidad de cambios que anunciaron, parecen haber entendido que, una vez más, la miscelánea fiscal termina de rehén de las agendas partidistas. Y la verdadera “reforma hacendaria” seguirá como el gran tema pendiente en el país... Hasta el nuevo “va de nuez”.
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