martes, 19 de noviembre de 2013

Martín Moreno - Cuauhtémoc está de regreso

Es decir: Cárdenas perfilado comocandidato de unidad perredista.


Reaparece Cuauhtémoc Cárdenas en el Zócalo y se erige, una vez más, en un factor clave dentro de la izquierda. No sólo es —en el discurso y en el simbolismo histórico—, el puntal indiscutible en contra de la reforma energética, sino que podría convertirse, de modificarse los estatutos, en el próximo presidente del PRD.





Cárdenas llenó la plaza pública el domingo pasado, aglutinó a las cabezas de las tribus amarillas, reunió a los tres gobernadores perredistas —Graco, Núñez Mancera— y fue orador único. Aún más: mostró el discurso de un opositor férreo, sin titubeos. Lúcido. Dijo:
“El que quiere estar sometido, está sometido y se somete. El que es privatizador, quiere privatizar. El que es entreguista, quiere entregar. No podría esperarse otra cosa de este gobierno. No ha sido y no será de otro modo si no actuamos para defender el patrimonio del pueblomexicano”.
Cárdenas regresa a la arena política cuando el PRD está dividido, fracturado. El domingo no asistieron López Obrador ni Marcelo Ebrard. Los ataques de Marcelo en contra de Los Chuchos han sido directos. “Miedosos”, les ha dicho, ante una encuesta en la que Ebrardpresume que 68%, entre población abierta y simpatizantes perredistas, lo prefieren como futuro líder del perredismo.
Así es la política. Los Chuchos hoy crucifican a quien ayer adoraron: aMarcelo Ebrard.
Cuando el falso izquierdista era jefe de Gobierno capitalino,ZambranoOrtega, Navarrete y compañía, lo veneraban de rodillas. Lo idolatraban con tal de llevarle la contra a AMLO, a quienes Los Chuchos no querían como candidato presidencial.
Marcelo como candidato presidencial y yo para la jefatura de Gobierno”, solía decir Carlos Navarrete, hoy rival, precisamente deEbrard rumbo a la presidencia del PRD. Sorpresas te da la vida.
Hoy, Los Chuchos empalan a Marcelo Ebrard. Hoy es su enemigo. “El PRD le permitió a Marcelo ser jefe de Gobierno”, le recuerda Jesús Zambrano.
Es media verdad: si bien la plataforma político-electoral fue el perredismo, Marcelo ganó gracias a la voluntad personal  y a la fuerza política de López Obrador en el DF. Eso es innegable.
Ayer, Ebrard adorado por Los Chuchos.
Hoy, Ebrard acotado por Los Chuchos.
Por eso hay corrientes en el PRD que insisten en que durante el Congreso Nacional, que inicia el jueves próximo, sean reformados los estatutos y se permita que un ex presidente del partido vuelva a ocupar el cargo.
Así se evitaría mayor carnicería dentro del PRD entre Marcelo,Navarrete —el candidato más viable— y un tercero en discordia:Carlos Sotelo.
Es decir: Cárdenas perfilado como candidato de unidad perredista.
Eso se decidirá en el Congreso. Está en el aire.
Pero más allá de que el PRD y Cárdenas decidan o rechacen cambiar estatutos, Cuauhtémoc está de regreso en la plaza pública. En el Zócalo, demostrando que no es territorio exclusivo de AMLO.
Cárdenas y la figura de su padre.
Cárdenas y el petróleo.
Cárdenas y la historia.
Cárdenas se le debe que durante los días de furia tras el fraude electoral que permitió a Salinas de Gortari llegar a Los Pinos, con Zócalo lleno, crispados los ánimos, nacional la indignación por el fraude, dispuestos miles a tomar por asalto el Palacio Nacional en defensa del voto, Cuauhtémoc evitó un baño de sangre en pos de defender su triunfo indiscutible en las urnas.
—¿Se hubiera atrevido a enfrentar al Ejército con la gente?—, preguntó la periodista Martha Anaya en su estupendo libro 1988: el año que calló el sistema, al ex presidente Miguel de la Madrid.
-En caso necesario, sí…
-En el mitin del Zócalo la gente le pidió a Cárdenas que tomaran Palacio Nacional y él se rehusó. ¿Había orden de disparar y no dejar que tomaran Palacio?, punzó Anaya.
-Sí, di esa orden antes del mitin, el Ejército estaba acuartelado y pendiente.
Hasta aquí la cita del libro de Martha.
Había la orden de disparar a la gente si se acercaba a Palacio Nacional, admitió entonces De la Madrid.
Pero Cuauhtémoc Cárdenas evitó la matanza.
Veinticinco años después, Cárdenas —como lo hizo en las campañas presidenciales de 1994 y de 2000—, vuelve al Zócalo y muestra que aún mantiene el músculo político, la presencia histórica, la autoridad moral y que es factor dentro de la izquierda mexicana.
Veinticinco años después, Cárdenas puede aparecer en la plaza pública y ser reconocido.
Veinticinco años después, Carlos Salinas de Gortari, aunque millonario, es detestado y sigue sin ser reconocido. Agazapado en un rincón de la historia. Apestado.

Twitter: @_martinmoreno


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