sábado, 30 de noviembre de 2013

Raymundo Riva Palacio - ¿Waterloo a la vista?

PRIMER TIEMPO: Ouuuuch, qué dolor. El termómetro político tiene al mercurio a punto de desbordarse. Más de una docena de organizaciones sociales y grupos de choque alistan sus estrategias para que este domingo, cuando celebre Enrique Peña Nieto su primer año en la Presidencia, se lancen a las calles para protestar en su contra. El jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, tendrá a su cargo la primera línea de contención para la violencia que esperan. El secretario de Seguridad Pública capitalino, Jesús Rodríguez, infiltró a los grupos más radicales para saber sus estrategias, algunas de las cuales se pueden apreciar en las redes sociales, a través de las que se comunican. Habrá barreras y muros de contención en las calles del Centro Histórico de la ciudad de México para reducir los daños colaterales por los desmanes a los cuales la sociedad defeña se acostumbra cada vez más. 





Como en otros momentos paradigmáticos, los problemas no tienen un origen en la ciudad de México. De hecho, el 70% de ellos, aproximadamente, son foráneos. Que los gobiernos hagan su trabajo y que los resuelvan en casa, para evitar estos problemas, ha pedido Mancera. Pero los gobernadores no pueden hacer mucho. Aunque orgullosamente federalistas, siguen siendo centralmente subordinados. Desde la Secretaría de Gobernación que encabeza Miguel Ángel Osorio Chong, las instrucciones han salido de manera tajante. ¿Que se tomó una presidencia municipal en Chiapas? Cuidadito, señor gobernador Manuel Velasco, con meter a la fuerza pública para recuperarla. ¿Que padres de familia y maestros de la Sección 22 se trenzan a golpes y cocteles Molotov en Oaxaca? Atento señor gobernador,Gabino Cué, para que no intervenga la policía. ¿Que los grupos de autodefensa civil continúan en la toma de municipios en Michoacán? Tranquilos, que con prudencia se les está persuadiendo que la seguridad no debe estar en sus manos sino en la autoridad. La turbulencia social alcanzó la realidad del 1 de diciembre, y el capital de la política interna trae un barco sumamente meneado. Pero para Osorio Chong, los problemas no se limitan a la agitación social, que se mezcla con la política y la economía. En el cierre del año se le juntaron los temas, los problemas, y la violencia. La duda es si puede aún controlar el barco.

- SEGUNDO TIEMPO: Le dijeron que era suya, y ¿qué pasó? Radical en el discurso, indignado en la actitud, el líder del PRD, Jesús Zambrano, encabezó la ruptura del partido con el Pacto por México, la caldera en donde se han cocinado las grandes reformas cuyos cimientos puede presumir el presidente Enrique Peña Nieto. Ese pacto se convirtió en el mecanismo instrumental para desatorar la agenda legislativa y que desde la cúpula de la sociedad política se giraran las instrucciones sobre el qué hacer y cómo hacerle en el Congreso y el Senado. Se firmaron 95 compromisos que deberían de estar concluidos, por calendario, en septiembre de 2014, aunque desde un principio se pensó que la fecha de caducidad llegaría antes, porque la Reforma Energética sería intransitable para la izquierda, ante la inevitable propuesta de cambios constitucionales para abrir la industria al sector privado. La antesala a ese conflicto era la Reforma Política, en donde el negociador en jefe del gobierno en el Pacto por México, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, fue hecho a un lado. La instrucción presidencial era que la parte política era responsabilidad del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. A principio de la semana el horizonte de la aprobación de esa reforma no iba más allá del viernes. Tan seguros estaban que se programó para este sábado el inicio del debate de la Reforma Energética en el Senado. Pero la madrugada del jueves, el castillo de naipes colapsó. Zambrano reclamó que al dictamen de la Reforma Política se le metió edulcorante y que las cosas que el PRD quería dejar dentro de la ley, fueron expurgadas del documento. Hacerla de comparsas del PRI y del PAN, a sabiendas que si dejaban que les bailaran encima en la Política enterrarían su dignidad y capacidad de actuar en la Energética, no era como se pensaban en el Pacto y decidieron mejor estallar la crisis. Osorio Chong tendió inmediatamente los puentes para que el Pacto por México tuviera una reunión de emergencia la noche del jueves en sus oficinas alternas, y rescatar lo rescatable. Fracasó. Zambrano les repitió lo que había declarado horas antes a la prensa y reiteró que o cambiaban las condiciones, o no regresarían al Pacto. Siguieron las pláticas informales, pero de traición velada contra el PRD, no los sacaron.

- TERCER TIEMPO: Aún antes de explotar todo, al quite. Eso de haberse quedado con todo, ya problematizó su diseño. Miguel Ángel Osorio Chong debe recordar, quien sabe con qué humor, cuando el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, le dijo que no cometiera el error en el que incurrió él cuando separó a la policía de Bucareli. Se quedó sin dientes, decía, es lo que necesitaba el jefe de la política interna. Osorio Chong absorbió lo que antes era la Secretaría de Seguridad Pública, que, con perdón de la redundancia, lo absorbió casi completamente. Dos monstruos burocráticos para él solo. El político, la crisis del Pacto por México, que conlleva una pérdida de legitimidad en los acuerdos de las reformas, se ahonda. En el de seguridad, Michoacán se ha convertido en el pantano donde entre más se mueve más se hunde, por lo que es mejor no moverse mucho para no hundirse más. En esta dialéctica del desastre, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, viajó a Michoacán para anunciar una inyección de recursos multimillonaria para el estado que, afirmó como si fuera el titular de la Gobernación, está en gran riesgo de perder el Estado de Derecho. Un hacendario metido a declarar de política, provocó lo único que podía desatar: especulación. El político por designación, insistía en que con aquellos que han tomado el Estado de Derecho en sus manos, los grupos de autodefensa civil, seguían persuadiéndolos de que dejaran las armas. Al día siguiente, fue el presidente Enrique Peña Nieto quien salió a abogar por el Pacto por México y a lanzar línea política a su gobierno sobre cómo, pese a escuchar todas las voces, la más importante de ellas es la de la mayoría. Algo no debe haber explicado bien el secretario de Gobernación al PRD la noche del jueves, porque dos días después de haber estallado la crisis política, mantuvieron la vida pública en zozobra. Y las reformas, en impasse.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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 @rivapa


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