“Ahora tendremos cargas fiscales mayores, que restarán competitividad, y la gente tendrá que
pagar más con menos”.
Francisco Vega
Al nuevo gobernador de Baja California, Francisco (Kiko) Vega de Lamadrid, le ha tocado asumir su responsabilidad en un momento complicado. La reforma hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto es un golpe muy fuerte contra la economía de todo el país, pero para la frontera, y para Baja California, su impacto será mucho mayor. Además del alza generalizada de impuestos a empresas, personas físicas, prestaciones laborales y productos pecaminosos, a la frontera el gobierno federal le pega golpes adicionales con el alza del IVA de 11 a 16 por ciento y un aumento de impuestos y trámites burocráticos para la industria maquiladora.
Nadie sabe realmente cuál será el impacto total. El aumento al IVA será un golpe directo e inmediato. Más de la mitad de los productos y servicios que pagan los consumidores de la frontera tendrán un incremento de 45 por ciento en el IVA. El Colegio de la Frontera Norte ha calculado un golpe inflacionario de 25 por ciento y una caída del Producto Interno Bruto regional de 2 por ciento. En una frontera tan permeable como la de Baja California es previsible un incremento importante en el contrabando tanto hormiga como profesional.
Los nuevos golpes para las maquiladoras, de las que depende buena parte del empleo en la frontera, pueden ser brutales. Las mayores maquiladoras no tendrá ya que pagar IVA en sus importaciones temporales como pretendía el gobierno, pero otras sí tendrán que hacerlo y pedir devoluciones que pueden tardar meses. Todas sufrirán un incremento en los trámites burocráticos. El esquema de shelters o albergues, que permite a firmas internacionales contratar todos sus servicios de empresas en México, se limitará a tres años, lo cual puede obligar a las empresas pequeñas y medianas a buscar refugio en otros países, como China, que no restringen el esquema. La limitación de las deducciones a las prestaciones laborales tendrá un impacto muy grande para una actividad en que la mano de obra es el insumo más importante.
La industria maquiladora advierte que están en riesgo sus 2.3 millones de empleos directos. Los políticos que han aprobado la miscelánea fiscal se burlan y dicen que ni uno se perderá. Habrá que ver la realidad en los próximos meses y años. Si bien no desaparecerá toda la industria, parecería iluso pensar que el alza de impuestos no tendrá un impacto en una actividad tan globalizada. Ya hemos visto en el pasado que las maquiladoras tienen la capacidad de levantar anclas en unos cuantos meses cuando cambian las circunstancias económicas.
No todo es pesimismo en la frontera, sin embargo. Los comerciantes del lado estadounidense están de plácemes y hacen planes para recibir una afluencia renovada de compradores mexicanos. La diferencia del IVA de 16 por ciento en Tijuana y 8 por ciento de San Diego es suficiente para asegurar un aumento en las compras de los mexicanos. El gerente de un banco californiano me dice, por otra parte, que los mexicanos están incrementando sus ahorros en Estados Unidos en previsión de una nueva devaluación del peso como consecuencia del aumento en el déficit de presupuesto mexicano. La memoria de quienes viven en la frontera es larga. Todos recuerdan las crisis provocadas por gobiernos mexicanos irresponsables.
El nuevo gobernador bajacaliforniano, Kiko Vega, ha mostrado su preocupación y ha anunciado una reducción de 5 por ciento en el gasto de su administración. El ajuste, sin embargo, palidece ante las condiciones creadas por el gobierno federal. Si algo han sabido siempre los bajacalifornianos es que, independientemente de su trabajo, la clase política en la Ciudad de México puede destruir su economía de un solo golpe.
Perdón
Al gobierno de Cuba el presidente Enrique Peña Nieto le perdona casi 500 millones de dólares de deuda. A los mexicanos no les perdona el gasolinazo de cada mes.
www.sergiosarmiento.com
Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=201423
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