"Los que consideran que la política se divide entre izquierda y derecha están atrasados. La verdadera contradicción ahora es entre los de arriba y los de abajo".
Ollanta Humala
En contraste con la reforma energética de México, la ley peruana es una verdadera privatización: el gobierno va a vender acciones de Petroperú que son patrimonio público. La colocación de 5 por ciento de las acciones entre ciudadanos peruanos es, por otra parte, una verdadera "nacionalización" parcial de una empresa que hasta ahora es simplemente gubernamental.
En Perú, como en México y en la mayoría de los países, el petróleo o el gas debajo de la tierra siguen siendo propiedad de la nación. Las dos excepciones más notables a esta regla son Estados Unidos, donde los recursos del subsuelo son propiedad de los dueños de los terrenos de superficie, y Canadá, donde los dueños son los habitantes de la provincia pero no del país.
Perú, sin embargo, ha sido un país más progresista que México en materia petrolera desde hace algún tiempo ya que Petroperú no tiene un monopolio en la industria petrolera sino que compite con Repsol, una empresa española privada.
En México la "privatización" del petróleo o de Pemex sólo existe en la imaginación de unos o en la retórica de otros que quieren "hacer batalla" con "desaforados gigantes" que no son otra cosa que simples molinos de viento. La reforma energética mexicana deja la propiedad del petróleo en manos de la "nación" mientras que Pemex tampoco se privatiza: no se vende un solo fierro de la empresa. De hecho, habría que dar dinero para que alguien se llevara una compañía con un patrimonio negativo de 271 mil millones de pesos a fines del 2012.
El que el presidente Humala haya decidido apoyar la privatización parcial de Petroperú a pesar de su reputación de nacionalista e izquierdista asombrará a la izquierda mexicana, que es sumamente retrógrada, pero no a la de otros países. También el socialista Felipe González privatizó la industria petrolera española en su momento, acción de la cual surgió Repsol. El socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso privatizó la brasileña Petrobras mientras que los laboristas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff han ratificado esta decisión. Petrobras no sólo dejó de ser un monopolio en 1997, sino que tiene un 52 por ciento de capital privado, aun cuando el gobierno brasileño mantiene una mayoría de control en las acciones con derecho a voto.
Me parece interesante la decisión del presidente Humala de reservar un 5 por ciento de acciones para los ciudadanos que podrán adquirirlas en Bolsa. Esto representa, como he señalado, una verdadera nacionalización, aunque limitada, de Petroperú, que contrasta con la "estatización" que en México ha entregado el control de un monopolio al gobierno.
Curiosamente, un movimiento encabezado por el ex director general de Petroperú Juan Castillo More busca derogar la nueva ley, pero no para mantener la situación actual sino para aumentar a 20 por ciento la participación ciudadana en Petroperú, porque "el dólar de un ciudadano vale lo mismo que el de un empresario y así le damos el derecho a la gente de a pie de ser parte de Petroperú". Ésta es una verdadera izquierda y no la nuestra que sigue defendiendo posiciones reaccionarias.
COSTO REAL
Al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, le está tocando pagar el costo político de un alza en el pasaje del Metro que sus predecesores debieron hacer gradualmente pero no se atrevieron. El costo real del pasaje en 2014 será de 11.16 pesos. Aun con el boleto a 5 pesos, el subsidio es enorme.
www.sergiosarmiento.com
Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=209995
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