martes, 21 de enero de 2014

Fernando Escalante Gonzalbo - La unión de la izquierda

Cada tanto tiempo la izquierda mexicana decide que tiene que unirse, y lanza una cruzada por la unión de la izquierda. Hay asambleas, discursos, muchas reuniones de líderes, donde se toma mucho café, el propósito despierta una gran energía, inspira entusiasmo. La experiencia es tan divertida, que inmediatamente después de unirse están todos buscando motivos para dividirse de nuevo —y así poder organizar la campaña por la unidad de la izquierda del año siguiente.

Tiene otra ventaja, y es que permite ahorrarse ideas, programas, argumentos, porque la unión es lo más importante. Para no incomodar a nadie, todo tiene que ser impreciso y retórico, estatuario. En ésas estamos. El único inconveniente esta vez es pasar bajo las horcas caudinas de MoReNa —y cosas más vergonzosas han hecho todos.






López Obrador tiene que ser optimista, porque necesita convocar gente, ganar afiliados. Tiene que asegurar que MoReNa será la primera fuerza el año que viene. Los números dicen que no. Le ha costado trabajo cumplir con los requisitos de afiliación para obtener el registro, le costará ganar votos en una elección intermedia, sin alianzas. En cualquier caso, tiene claro que su enemigo es el PRD. Es a quien más lastiman sus invectivas, y es a quien puede quitarle votos. Si las cosas le van bien, no tendrá mucho en el norte del país, pero sí es probable que debilite al PRD en el sur, y que quiebre su mayoría en el DF (y así llegaríamos al 2018 con cuatro pequeños partidos que podrían lanzar una divertidísima campaña por la unidad de la izquierda).

En su última arremetida llamó a los dirigentes del PRD alcahuetes y paleros por haber aprobado la reforma fiscal “que significa aumento de impuestos” —cosa que es verdad: dos o tres puntos en el impuesto sobre la renta, al diez por ciento, y al cinco y al uno por ciento de mayores ingresos. La palabra alcahuete resuena, como en un eco. El resto es denunciar que “ya le entregaron las ganancias de PEMEX a los extranjeros”, y decir que en Michoacán “no se puede enfrentar la violencia con la violencia” porque “el mal hay que enfrentarlo con el bien”. Todo un programa.

El PRD volverá a llamar esta semana a la unidad de la izquierda. Y para conseguirla, y conjurar no se sabe qué amenaza catastrófica, adoptará los lemas obradoristas, y pondrá su empeño en la gran consulta para decir NO a todo. Renunciando al poder que sí tiene, a la influencia que sí puede ejercer. Ya han dejado al gobierno federal que decida el terreno en que se juega, que decida los temas que se discuten, y los términos en que se discuten. Ahora deciden que lo suyo es la calle, y que el país no es más que un entenado de PEMEX, y que nada más tiene importancia. Porque es el modo de conseguir la unidad de la izquierda. Después viene el mundial de futbol.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.