martes, 14 de enero de 2014

Leo Zuckermann - Las peleas estériles del PAN

Madero quiere reelegirse. Como único candidato con posibilidades de ganarle está el senador Ernesto Cordero.


Ayer, en este espacio, argumentaba el buen panorama político que se veía para el gobierno priista (sin tomar en cuenta la crisis de gobernabilidad que debe resolver con urgencia en Michoacán). Una vez aprobadas las reformas constitucionales, la política se le facilitará al Presidente. Ya no necesita tanto del apoyo legislativo del PAN o del PRD como el año pasado. El gobierno —con una alianza del PRI, PVEM y Panal más tres senadores— puede prescindir del apoyo de los panistas y perredistas para aprobar las legislaciones secundarias. No se ve, por tanto, un año muy promisorio para el PAN y PRD. A esto hay que agregar que en ambos partidos habrá elecciones para renovar a su dirigencia nacional. En este contexto, ayer hice un análisis sobre el panorama de la izquierda para 2014. Hoy toca el del PAN.
Acción Nacional no ha digerido la tremenda derrota de 2012. Para ningún partido es fácil perder el poder y, peor aún, irse hasta el tercer lugar. Fue un knockoutcontundente. Desde entonces, el PAN continúa atolondrado. Noqueados, los panistas se han dedicado a pelear entre ellos. No debe sorprendernos. Es lo que naturalmente le sucede a un partido cuando pierde de esa forma. En el “vestidor”, enchilados, todos se echan la culpa de la derrota.




En este contexto de pleitos internos, Gustavo Madero se ha fortalecido. El actual dirigente nacional del PAN, que muchos daban por muerto, se ha consolidado como el líder indiscutible del partido gracias a una estrategia de malabarismo político. En primer lugar se acercó con el gobierno priista para pasar reformas estructurales importantes que son parte de la agenda panista. A cambio de esta cooperación, Peña lo convirtió en su interlocutor otorgándole un inigualable poder de negociación. PeroMadero no renunció a “competir con el partido en el gobierno” para “ganar elecciones”. Y le fue relativamente bien en las de julio pasado. Además, mientras el dirigente panista negociaba en Los Pinos, denunciaba a los gobiernos priistas que, según él, hacían trampas electorales. Para Madero, “colaborar, competir y denunciar” no eran “acciones excluyentes sino complementarias”.
Le funcionó. El problema es que las circunstancias de 2014 han cambiado y, por tanto, la estrategia ya no puede ser la misma. En primer lugar porque, como mencioné, los votos del PAN en el Congreso no son tan importantes para el gobierno como en 2013. En segundo lugar porque se acercan las elecciones intermedias de 2015 donde el PAN tendrá que demostrar que es una oposición creíble al proyecto del PRI de Peña. En este sentido, tendrá que competir y denunciar cada vez más. Y en tercer lugar porque está la renovación de la dirigencia nacional este año.
Madero quiere reelegirse. Como único candidato con posibilidades de ganarle está el senador Ernesto Cordero. Pero Madero tiene la ventaja de controlar el dinero y las estructuras partidistas. Además, seguramente contará con el apoyo que pueda procurarle el Presidente (a Peña le conviene que se quede Madero con quien tiene una mejor interlocución que con Cordero).
Así que Madero tiene todas las de ganar, pero sus adversarios dentro del PAN no dejarán que se la lleve tan fácil. Ya están saliendo algunos trapitos sucios de varios personajes relacionados con el dirigente nacional comoLuis Alberto Villarreal, líder de los diputados, quien, según información de Reforma, dirige una “red de mochesa cambio de asignaciones presupuestales” para los alcaldes de ese partido. El propio Cordero, en una grabación publicada por El Universal, reconoce estas “rapillerías”: “Estos cabrones han abusado. La unidad del partido es entre gente honesta —y no consiste— en dejarle pasar a estos pinches ladrones, todo lo que están haciendo”. De ahí que proponga “hundir” a Villarreal yMadero.
Y apenas comienza esto. Vamos a ver hasta dónde están dispuestos los panistas a pelearse para que al finalMadero se quede otra vez con la dirigencia.
Juan Ignacio Zavala, uno de los panistas más críticos deMadero, dice que “se trata de una elección, francamente, sin sentido. El ganador apenas tendrá un año para armar al partido con miras a la elección de 2015. El tiempo es mínimo. Más valdría dejar al atolondrado de Madero y negociar composición de la dirigencia y candidaturas”. Tiene razón: eso sería lo mejor para el PAN: dejar aMadero. Pero, como el propio Zavala reconoce: “Nadie da su brazo a torcer”. En este sentido, en 2014 me parece que seguiremos viendo las peleas estériles del PAN.
                Twitter: @leozuckermann


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.