Collie era su nombre y protagonizó una historia de fidelidad y lealtad inigualable. Este perro permaneció durante nueve años al lado de la tumba de su amo en el cementerio argentino de La Piedad. Tras haber sido internado en una clínica veterinaria, falleció el pasado jueves por la mañana.
Su muerte parecía inevitable. El pasado jueves un grupo de proteccionistas empleó las redes sociales para solicitar ayuda debido a su estado de salud, ya que el animal no paraba de aullar por el dolor y en ese estado se lo encontraron en el citado camposanto.
El especialista Federico Bonino llegó hasta el lugar y, de inmediato, decidió internarlo. "Estaba en muy mal estado, deshidratado", recuerda. No pudieron hacer nada por su vida, ya que tenía una insuficiencia renal grave que evidentemente fue avanzando con el paso de los meses sin ser detectada a tiempo. "Al menos pudimos hidratarlo y compensarlo, por lo que tuvo una muerte con dignidad", matizó Bonino.
Los veterinarios calculan que Collie tenía entre 12 y 14 años. El can llegó al cementerio de La Piedad hace unos nueve años, el mismo día en que enterraron a su dueño. Esa misma noche se quedó junto a la tumba y al día siguiente, cuando los familiares fueron por él, no hubo forma de llevarlo.
La historia es emotiva y refleja la pasión que tenía el perro por su amo ya que siempre volvía al lado de su tumba cuando se lo llevaban. Algunos medios publicaron que al dueño lo incineraron posteriormente y que eso lo desorientó, pero Collie seguía yendo al sector donde se encontraba la tumba y el resto del tiempo se quedaba cerca de las oficinas de entrada del cementerio.
Hachiko
2009
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