martes, 11 de marzo de 2014

Martín Moreno - Nazario: aquí lo advertimos; ridículo de FCH

El 15 de febrero de 2011 —hace poco más de tres años—, en las páginas de Excélsior se publicaron los siguientes Archivos del poder, titulados “Nazario está vivo”. Escribí en aquella fecha:

“Nazario Moreno González, El Chayo, El Doctor o El Más Loco, uno de los líderes de La Familia Michoacana y cuya muerte fue anunciada el pasado 10 de diciembre por el gobierno federal, está vivo.

“Fuentes cercanas a la procuración de justicia nacional confirman que Moreno no falleció durante los sangrientos enfrentamientos registrados, durante tres días, en Apatzingán, Michoacán.

“Aún más: hubo un fuerte reclamo desde Los Pinos a la PGR cuando el vocero, Ricardo Nájera, declaró que ‘no había evidencia’ de que Moreno hubiera sido ultimado en la refriega entre sicarios de La Familia con elementos de la Policía Federal, el Ejército y la Marina.




“Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar que el día de ayer (jueves 9 de diciembre) cayó abatido Nazario Moreno González”, declaró en Los Pinos el vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré.

“Un día después, el presidente Calderón ratificó que El Chayo murió durante la batalla de Apatzingán.

“Pero dos declaraciones públicas pusieron en duda esta versión.

“Primero, el procurador de Justicia de Michoacán, Jesús Montejano, aseguró que ‘mientras no tengamos los elementos para hacerlo, no lo podemos confirmar’.

“Segundo, el vocero de la PGR, Ricardo Nájera, aseveró que ‘no hay evidencias’ para confirmar la muerte de Moreno González.

“Esto provocó la furia de Los Pinos. Llegó entonces el reclamo hacia la Procuraduría.

“En la supuesta muerte de El Doctor, hay una contradicción evidente: el vocero Poiré aseguró que en la batalla de Apatzingán, ‘durante la huida de los criminales, éstos han ido recogiendo a los heridos y, presumiblemente, a los fallecidos del propio grupo criminal’.

“Esto se antoja imposible para las mismas fuentes ya que, ante el embate implacable de federales, soldados y marinos, y al calor de la batalla, resultaba muy difícil que los sicarios tuvieran el tiempo suficiente para regresar por sus heridos o muertos.

“¿En qué se basó el gobierno federal para confirmar la muerte de El Más Loco?

“La Familia Michoacana, a través de mantas, dio a conocer el pasado 24 de enero que se disolvía por completo. En nuestra columna del día 25 señalamos que ello ‘suena más a estrategia coyuntural que a decisión definitiva’. La duda es grande sobre la presumible desaparición de este grupo delictivo”.

“El Chayo Moreno no murió en Apatzingán.

“¿Dónde está?”

Hasta aquí nuestra columna de febrero de 2011.

Durante el resto del gobierno de Felipe Calderón, nadie desmintió ni cuestionó públicamente mi columna en la cual, por primera vez en la prensa mexicana, se afirmaba que El Chayo Moreno estaba vivo. Ni siquiera lo manejé entonces como una posibilidad ni mucho menos una insinuación. “El Chayo Moreno está vivo”, lo escribí desde 2011.

Pero nadie movió un dedo.

Ni Calderón ni Poiré ni García Luna reclamaron aquella columna, grave de sí, porque exhibía a un gobierno de la República bajo un calificativo: mentiroso.

Aún más: en una comida, secundado por algunos periodistas genuflexos y cómodos siempre para el poder, Poiré descalificó con ironía la versión publicada en los Archivos del poder sobre que Nazario no había muerto.

¿Quién queda en ridículo hoy, señor Poiré?

¿Quién queda como mentiroso hoy, señor Poiré?

¿Quién queda como embustero hoy, señor Poiré?

Pero vamos más allá.

En octubre de 2011, Mario Buenrostro Quiroz, abogado al servicio de La Familia Michoacana, fue capturado. Parte de su declaración en video fue hecha pública, y en ella reveló:

“A Nazario no lo mataron… Nazario es el jefe de Los Caballeros Templarios”.

Es decir: aun teniendo elementos y testimonios suficientes para investigar sobre lo que realmente había ocurrido con Nazario Moreno, el gobierno de Calderón prefirió cerrar los ojos.

Hoy, Calderón, Poiré y García Luna han sido exhibidos. Quedan en ridículo. No se puede decir de otra manera.

El sábado pasado, Nazario Moreno González, El Chayo, El Doctor o El Más Loco, fue abatido —ahora sí— por elementos de la Marina en un enfrentamiento en Michoacán.

Lo querían vivo, pero Moreno prefirió responder con fusil en las manos y caer en batalla bajo las balas de los marinos.

A diferencia de El Chapo Guzmán, Nazario prefirió morir a ser exhibido como tigre cazado. A El Chayo no lo agarraron en el baño, como a El Chapo. Él sí peleó. Guzmán se entregó.

Hoy —ahora sí— se acabó la leyenda de Nazario Moreno.

Ahora sí.

Fuente http://www.excelsior.com.mx/opinion/martin-moreno/2014/03/11/947985

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