miércoles, 14 de mayo de 2014

Eduardo López Betancourt - La patética reforma electoral y sus candidatos independientes


Una de las tantas algazaras del gobierno actual, ha sido la tan traída y llevada Reforma Electoral, siendo uno de sus puntos, las denominadas candidaturas independientes, donde quien aspira a un puesto público, no necesariamente debe estar dentro de los infectos partidos políticos. Una idea bastante buena, aunque tiene sus bemoles. Veamos, los partidos políticos gozan de impresionantes subsidios, mismos que manejan de manera sumamente arbitraria e ilícita, al extremo, que muchos partidos sólo se han creado para captar los impactantes montos económicos que da el Estado, dinero que obviamente es del pueblo. Diáfanas muestras de lo aquí señalado, son el Partido Verde Ecologista, el cual es propiedad de una familia, y Nueva Alianza que le pertenece a la maestra Gordillo.

Es en verdad escandalosa, la forma en que proceden los partidos políticos en el renglón de los subsidios. Para el caso de que un particular pretenda alcanzar cierto cargo, de inicio, no tendrá beneficios económicos, tampoco tiempos en radio ni televisión, mucho menos autorización para hacer sorteos, entre muchas otras cosas; esto es, deberá subsidiar su campaña el mismo; por ende es innegable, sólo podrán ser candidatos independientes, aquellos que posean enormes cantidades de dinero.






Otro aspecto importante a analizarse, es de dónde provendrían los fondos de un candidato independiente para su campaña, ya que bien podría ser una puerta para el lavado, hecho que implicaría un apoyo indirecto al llamado crimen organizado.


Al margen de todo, hay una resistencia absoluta de los venales partidos políticos para con las candidaturas independientes, por ello se han puesto infinidad de trabas; una difícil de salvar, es inscribir en las boletas electorales las candidaturas independientes; los postulantes a cargos de elección popular que no estén inmersos en las mafias de los partidos, deberán recabar firmas de los electores; así por ejemplo, para que haya un candidato a la Presidencia de la República sin partido, se obliga a mostrar firmas de apoyo que equivalgan a 1 por ciento de la lista nominal de votantes, de por lo menos 17 estados, lo que se traduce en tener cerca de 800 mil firmas.

Por lo que hace a los aspirantes a senadores, ellos necesitan contar con el respaldo de 2 por ciento de los ciudadanos, de al menos la mitad de los distritos del Estado por el cual pretendan competir. En análoga situación, se encuentran los candidatos independientes a diputados federales.

Aunado a todo lo anterior, los actuales partidos, particularmente PRI, PAN y PRD, precisan que los candidatos independientes no podrán hacer campañas por radio, ni televisión para conseguir firmas, y por supuesto, tampoco tendrán financiamiento público hasta que obtengan el registro.
Hay que dejar muy en claro, los dueños de las elecciones son los partidos políticos, y no desean competencia; de este modo continuarán monopolizando el proceso electoral.

En síntesis, todo indica que seguiremos sufriendo el despreciable, corrupto e ilícito tejemaneje de los comicios por parte de impresentables partidos políticos, ya que es evidente, actualmente el PRI maneja todo a su antojo.
 

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