miércoles, 14 de mayo de 2014

Sergio Sarmiento - Déficit petrolero


"No me preocupa el défi cit. Es sufi cientemente grande
para que se resuelva por sí solo".

Ronald Reagan

Era sólo cuestión de tiempo. En el primer trimestre de 2014 México registró el primer déficit en su balanza comercial petrolera con Estados Unidos. Por primera vez importamos más hidrocarburos y sus derivados de los que vendimos a nuestros vecinos. Mientras que Estados Unidos regresa cada vez más a ser un país petrolero, nosotros perdemos terreno de manera gradual pero sistemática.

En el primer trimestre de este 2014 México compró 8,799 millones de dólares de productos petroleros estadounidenses. Las exportaciones petroleras mexicanas a la Unión Americana ascendieron, en el mismo periodo, a 8,248 millones de dólares. El déficit trimestral fue de 551 millones de dólares (El Financiero, Banxico).








No podemos decir que estamos sorprendidos. La tendencia empezó hace años. No sólo nos venden los estadounidenses cada vez más gasolina y gas natural, sino que nos compran menos petróleo crudo.

¿Por qué está disminuyendo Estados Unidos sus compras de petróleo? Porque es el país que más está aumentando su producción interna. La economía estadounidense se beneficia de una política de inversión intensa en todas las ramas de la industria durante décadas; nosotros, en cambio, seguimos teniendo restricciones a la inversión productiva.

Hay quien piensa que esto es lo mejor que nos podía pasar. La industria petrolera es sucia. La fractura hidráulica puede contaminar los mantos de agua. Las perforaciones de aguas profundas generan derrames como el del pozo Deepwater Horizon de BP. Mejor que sean los gringos los que produzcan petróleo en su territorio y nos vendan después los energéticos. De hecho, según muchos de nuestros políticos y activistas es mejor para la soberanía nacional importar productos que permitir que haya inversión privada en la industria petrolera de nuestro país.

Todavía la balanza petrolera general de México es positiva. El déficit se concentra hasta este momento en nuestro intercambio con Estados Unidos. Pero la tendencia es innegable. El superávit petrolero general está cayendo con rapidez. Pasó de 2,309 millones de dólares en el primer trimestre de 2013 a 1,214 en los tres primeros meses de 2014. Se trata de una baja de 47.44 por ciento en un año. Es sólo cuestión de tiempo para que se convierta en déficit.

El deterioro del superávit petrolero es producto del descenso de nuestras ventas, 10.83 por ciento en el primer trimestre de 2013. Las de crudo cayeron 12 por ciento. Del otro lado de la balanza, las importaciones de gas natural se elevaron 97.68 por ciento al pasar de 674 millones de dólares en el primer trimestre de 2013 a 1,332 en 2014. Tanto la Comisión Federal de Electricidad como nuestra industria manufacturera necesitan gas para su operación. Pero como aquí no permitimos inversiones privadas ni fracking tenemos que importarlo de Estados Unidos.

México puede, por supuesto, simplemente abandonar la idea de ser un país petrolero y convertirse en un importador neto de hidrocarburos. Al paso que vamos esto ocurriría en unos cuantos años. No es un pecado. Otros países, como Japón, han logrado construir una enorme prosperidad sin tener hidrocarburos gracias a su habilidad en el comercio internacional. Claro que si Japón tuviera una fracción del petróleo o el gas que nosotros tenemos, habría hecho ya todas las inversiones necesarias para ser una potencia petrolera internacional.

¿De dónde vamos a sacar dinero para seguir importando productos petroleros de Estados Unidos? Podemos usar las remesas que mandan los mexicanos que se van a trabajar allá porque no encuentran empleo aquí. Otra opción es subir nuevamente los impuestos y con ellos comprar todo lo que necesitamos del exterior. El único problema es que para que los mexicanos puedan pagar más impuestos deben tener algún empleo en qué trabajar.

Bloqueos
Ayer hubo bloqueos de tránsito en Insurgentes, Reforma, Patriotismo, Eje 1 Poniente y varios más. Trasladarse en la Ciudad de México es cada vez más una aventura. Las calles ya no son para circular.
 



Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=236810

 



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