sábado, 24 de mayo de 2014

René Delgado - Los tiempos cambian

La expresión “los tiempos cambian” advierte la necesidad de ajustarse a las nuevas condiciones o la nostalgia por aquello que se echa de menos por irrepetible. Las nuevas condiciones exigen a nuevos y viejos actores políticos ajustar su postura y actitud si quieren posicionarse en la escena actual o garantizar un espacio en ella.

En el curso de las próximas semanas tendrán que percibirse esos ajustes o, bien, asumir que el impulso de la inercia no es interminable.
 
***
 
 
 
 
Consejeros y comisionados. A excepción del Coneval y la CNDH, la integración del colegio rector del Ifetel, el IFAI, la Cofeco y el INE ha concluido y, tan pronto como inmediatamente, comisionados y consejeros han sentido las presiones de sus padrinos o patrocinadores. Si, en verdad, esos funcionarios pretenden servir al Estado y no plegarse al gobierno, los partidos o los grupos de interés, no estaría de más que confirmaran en conjunto su autonomía e independencia.
Por separado, cada uno de esos órganos constituye una isla de poder; en conjunto, un archipiélago. Un acercamiento entre ellos consolidaría, articularía y acreditaría el poder que en conjunto integran, un poder libre y distinto al que representan los Poderes de la Unión así como los grupos interés. Un acercamiento en el que, sin desconocer el campo especializado y limitado de su actuación, se reivindique su común denominador: autonomía e independencia.
 
El establecimiento de puentes de comunicación -en este caso, de solidaridad- entre ellos podría reducir y resistir la presión que por separado reciben.
 
***
 
Partidos de oposición. Reelecto Gustavo Madero en Acción Nacional, el chihuahuense se consolida en la presidencia de su partido. El dirigente ya no se debe a la interlocución con el gobierno ni a su integración al Pacto por México; se debe, ahora, fundamentalmente a su partido. Aun con el error de solapar la corrupción de más de uno de sus operadores, Madero jugó con inteligencia. Ahora, está obligado a cambiar los términos de la interlocución con el gobierno y la operación al interior de su partido. Sin duda, va a elevar el costo de la negociación política y a marcar diferencia con el gobierno y a verse tentado por la idea de perfilarse como un posible precandidato presidencial. Del otro lado, si el calderonismo residual insiste en ignorar el signo de los tiempos, no le resta más que escribir su epitafio. Va de derrota en derrota, creyendo que ese es el camino de su reivindicación.
 
El grupo hegemónico en el perredismo, encarnado por Los Chuchos, está frente a un apuro. Viene su turno en la renovación de la dirección y las corrientes contrarias a ese grupo van a radicalizar su postura. Si Los Chuchos ven la consulta popular de la reforma energética como el puerto de abrigo de su postura, se equivocan. Está tan lejos ese ejercicio y es tan remota la posibilidad de influir en la reforma que su actitud y conducta frente al gobierno y la derecha en las próximas semanas serán determinantes en su porvenir.
 
Ambas oposiciones, por lo demás, encaran otro desafío. Todo indica que, tan pronto como el mes entrante, los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, Encuentro Social y Frente Humanista obtendrán su registro y, en el mercado de los votos, su parte la tomarán principalmente de la derecha y la izquierda, no del centro.
 
***
 
El partido en el poder. El costo de las reformas estructurales recae sobre el Revolucionario Institucional y éste aumentará si la economía sigue por donde va. El presunto efecto benéfico de las reformas tardará, pero no el deterioro económico en los bolsillos de la gente. La factura se depositará en las urnas el año entrante. La disciplina y la obediencia del dirigente César Camacho frente al dictado del gobierno puede resultarle meritorio en lo personal, pero no en lo partidista. Si el mexiquense no ensancha su margen de maniobra frente al gobierno, no podrá poner cara de susto ante el descalabro electoral del año entrante.
 
***
 
Poder Legislativo. Pueden reconocerlo o no, pero los legisladores acumulan fracasos o resbalones. Errores que, curiosamente, les endosa el desgaste político derivado de la reglamentación de las reformas constitucionales y, lo peor, no acaban de concluir su trabajo legislativo.
 
El fracaso del dictamen de la ley reglamentaria de telecomunicaciones con el que el senador Javier Lozano pretendía posicionarse como un candidato natural al gobierno de Puebla y la valiente irrupción del cineasta Alfonso Cuarón en el debate privado de la reforma energética les movió el cuadro a las cúpulas del gobierno y los partidos. Ahora, el procesamiento legislativo de esa reforma se ve más complicado.
 
La torpeza de incluir de contrabando “el haber de retiro” de los magistrados electorales puso en evidencia varias cuestiones: el hartazgo social frente a la voracidad con que los tres Poderes despilfarran los recursos públicos, la ligereza y la docilidad con que los legisladores aprueban lo que les ponen en frente y, además algo delicado, el creciente costo de la democracia. Por lo visto, la democracia cada vez le resulta más cara a la ciudadanía, cara por querida y cara por costosa.
El Poder Legislativo salió debilitado del anterior periodo ordinario y del primer extraordinario, sus propios errores atraen la atención sobre él. Le falta reglamentar las reformas de telecomunicaciones y la energética. De seguir negociando en cuartos cerrados en vez de sesiones abiertas, privatizando el debate público, dictaminando de prisa, a escondidas y sobre las rodillas, el resbalón puede resultar caída.
 
***
 
Poder Ejecutivo. Si bien fue una virtud guardarse y evitar el protagonismo en este primer cuarto del sexenio, ahora el presidente de la República está obligado a defender lo que pretende sin llevar más allá de lo necesario su presencia. Toda virtud exagerada tiende a convertirse en vicio.
 
***
 
El calendario no deja de tirar hojas. A fines de junio o, si se quiere, al término de los periodos extraordinarios, viejos y nuevos actores tendrán que demostrar si saben ajustarse a los nuevos tiempos o si se limitan a mirar con nostalgia lo que quisieron y se aleja.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.