"Cada vez viajan más menores, muchas veces familias enteras con bebés, otras veces niños de hasta seis años acompañados por otros niños sólo un poco mayores...", añade el religioso.
La historia no es nueva. Hace años que muchos menores, sobre todo centroamericanos, huyen de la pobreza y la violencia para unirse a familiares que ya cruzaron a EEUU o para conquistar solos el 'sueño americano'. Cruzan México a lomos del tren carguero 'La Bestia' siempre a merced de los 'narcos' que actúan en complicidad con las autoridades mexicanas, como numerosos estudios mexicanos e internacionales han demostrado. Pero el fenómeno ahora se ha multiplicado hasta unos límites insospechados.
Albergues desbordados
"Lo que estamos viendo desde mayo no tienen ningún precedente", dice el reverendo Robin Hoover, activista estadounidense que acaba de recorrer la frontera suroeste de su país. "Y los niños en peores condiciones son los que están en Texas porque los albergues son más antiguos y están desbordados".Según cifras de esta semana del embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, la policía fronteriza ha detenido a 52.000 migrantes menores no acompañados en los últimos nueve meses, una cantidad que nada tiene que ver con los 15.700 de 2011 ni siquiera con los 38.000 de todo el año pasado. Las autoridades de EEUU temen llegar a los 90.000 este año.
"Notamos el aumento desde enero, pero sobre todo hace un mes y muchísimos hondureños", corrobora desde México la directora del Movimiento Migrante Mesoamericano, Marta Sánchez Soler.
Sobre las razones de esta crisis todo el mundo apunta a dos fenómenos que se unen a la pobreza y las necesidades de la región. Por un lado, el creciente rumor de que los niños y mujeres pueden entrar a EEUU sin problemas, "desinformación" dice Washington, alentada por los 'coyotes' para incrementar uno de los negocios más rentables del crimen organizado: la trata de personas (cobran entre 5.000 y 9.000 dólares por cruzar a un pequeño).
Violencia creciente
El otro motivo es la violencia creciente. El triángulo entre Honduras, El Salvador y Guatemala es la región con la tasa de homicidios mayor del mundo, según la ONU. Los menores huyen para no ser reclutados por las maras, las pandillas que colaboran con la delincuencia transnacional, o porque han tenido problemas con la mara enemiga, aseguran defensores de derechos humanos. Y aunque hubo una tregua entre pandillas en El Salvador, bajaron los homicidios pero no otros delitos y la tregua no cuajó en Honduras."Hace muy poco hablaba con una mujer hondureña que viajaba con tres niños -explica la directora del Movimiento Mesoamericano -. Cuando le pregunté por qué iba con los pequeños, con lo peligroso que era el trayecto, fue contundente: 'ya me mataron a los dos grandes, no voy a esperar a que me maten a estos tres'".
Al norte de la frontera méxico estadounidense, la llegada masiva de menores ha dejado a las autoridades estadounidenses sin capacidad de reacción, pasándose migrantes de unos albergues a otros mientras intentaban dar salida legal a las peticiones de asilo o reunificación familiar de los niños buscando abogados extra para asesorarles.
Y la divulgación de unas fotos por parte del congresista texano Henry Cuellar, en las que se ve a los menores hacinados en los centros de detención e incluso en jaulas calentaron aún más el debate.
'La situación es insostenible'
"La situación es insostenible, inaceptable", aseguró este viernes el vicepresidente Joe Biden en Guatemala, donde se reunió con los presidentes guatemalteco y salvadoreño y con altos cargos de Honduras y México. A todos pidió "responsabilidad compartida", lo mismo que transmitió el presidente Barack Obama a su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, en una conversación teléfonica el jueves.Biden anunció mayores apoyos económicos a la zona y se comprometió a tratar a los menores detenidos en EEUU de forma humana y justa, pero solicitó a los centroamericanos acciones concretas para frenar la salida de migrantes e información clara de que no podrán acogerse a los programas de acogida temporal y que, por lo tanto, su destino es la deportación.
El presidente estadounidense, Barack Obama, calificó la situación como una "crisis humanitaria urgente" y pidió al Congreso un esfuerzo económica extra para hacerla frente. Pero la llegada de menores continúa a un ritmo de unos 300 al día, según el congresista Cuellar.
EEUU ya ha habilitado albergues en tres bases militares en California, Oklahoma y Texas para atender a los niños y ha activado a la Agencia Federal de Emergencias o para coordinar su atención. México, mientras tanto, sigue sin atajar el problema, según denuncian las ONG de migrantes, por la corrupción y la impunidad latente en el país.
Leído en http://www.elmundo.es/internacional/2014/06/20/53a48727268e3edb478b4591.HTML
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