martes, 8 de julio de 2014

Rafael Loret de Mola - Vas bien, Manlio

Aunque el distractor por excelencia, el Mundial de futbol, termina el próximo domingo 13 según lo previsto, los legisladores se toman su tiempo, un break tan extenso como los concedidos a los holandeses durante su encuentro con México el domingo 29 de junio en Fortaleza -de este episodio pocos evaluaron sus efectos como suele ocurrir cuando se quiere tapar el sol con un dedo-, y asegura que en este mes, a como dé lugar -deben darse prisa porque la final en Brasil podemos tocarla con la mano, aunque se trate del balompié-, estarán “acabadas y avaladas” -por el gobierno y sin consensos populares que avalen la soberanía del colectivo-, las reformas en materia de telecomunicaciones y energía, incluyendo claro la gradual privatización del petróleo.

Hace pocos años, Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados priístas, JAMÁS habría accedido a la propuesta peñista y hubiese enfocado sus discursos fervientes a la defensa del subsuelo mexicano; ahora, con la opinión pública entre ofuscada y curiosa por el bombardeo mediático futbolero, su posición es diametralmente opuesta.









 Dicen quienes saben que eso es hacer política y nadie como Beltrones para avalarlo.

Es más, entre los miembros de la clase en el poder se reconoce a éste como quien mejor conoce los vericuetos del sistema e incluso, antes de la definición de la candidatura presidencial de peña nieto, se le señalaba como el contrapeso ideal para el grupo mexiquense ensoberbecido al sopesar la ausencia de contrincantes de calado.

El mismo Manlio nos confesó que deseaba escalar la Presidencia, cuando corría el 2010, porque estaba cierto de la urgencia de implementar más experiencia que carisma ante una situación de emergencia poco entendible para el entonces gobernador imparable del Estado de México; nada le detuvo, ni los escándalos judiciales -el caso Paulette, la represión en Atenco-, porque por encima de sus malquerientes y de cuantos siguieron la crónicas estaba el aval de la Casa Blanca y el imperativo de frenar a la derecha cuyos resultados, a la vista de todos, foráneos y nacionales, eran desastrosos en cada uno de los renglones estratégicas.

El sexenio de los fox se caracterizó por la parálisis; el de calderón, tiene como apellido la violencia. En sendos casos, los números son rojos.

Y Manlio ha sabido esperar, tanto, que ahora quiere suavizar tensiones asegurando que las reformas ya están listas.

Mientras, algunos de los más cercanos aliados de éste divulgan, sin el menor comedimiento, la cada vez más sospechosa enfermedad de peña nieto y señalan a la cerrazón del Estado Mayor Presidencial de donde provino la indicación de NO exhibir el expediente médico del mandatario al considerarlo como asunto relacionado con la seguridad del Estado; esto es, si es de este nivel es porque señala algo tan grave como la posibilidad de un temprano retiro del poder del señor peña.

Para colmo, es claro que pierde peso y control hasta en el círculo más íntimo. La audacia de la llamada “primera dama”, Angélica Rivera Hurtado, para acceder a posar en una revista de modas, “Marie Claire”, retomando funciones propias de la farándula y al lado de su hija, la actriz Sofía Castro Rivera -hija también de José Alberto Castro, hermano de la célebre Verónica-, en una actitud muy parecida a la que siguió la emblemática princesa Diana poco antes de romper, para siempre, con Carlos de Gales.

¿Será pues un mensaje en el sentido de que Angélica quiere volar sola, como gaviota sin mando, por sentirse relegada como mujer? Tal debiera ser, en un país verdaderamente democrático, uno de los temas centrales de la agenda general, no por sus connotaciones personales sino por cuanto influye en las decisiones de alto nivel.

(No se olviden los recientes escándalos en Francia, Italia, incluso en la España de los Borbones y hasta en Estados Unidos, en donde las esposas han salido por sus fueros y han causado severos dolores de cabeza a quienes creen ser omnipotentes hasta que las “muchas faldas”, como las de martita, los ponen en su lugar. Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, pero aún así valen los referentes).

Observo en el comportamiento de los políticos mexicanos, sinuoso y tramposo, un símil indiscutible con el que ya resulta, por muchas razones, el peor Mundial de futbol de la historia.

No sólo ha sido casi imposible la labor de los periodistas, quienes han sorteado obstáculos poniendo en juego sus vidas, sino que el descontento social -poco expuesto por cierto- ha llegado a todos los muros y paredes de las urbes brasileñas y nadie sabe cómo va a terminar la protesta colectiva.

Pero, por si fuera poco, el arbitraje ha sido no sólo tendencioso, vulgar -en cuanto a las indicaciones de la mafia de la FIFA-, sino incluso extremadamente autoritario y ladrón.

Y no sólo puede alegarse que deben darse oportunidad a los silbantes de todo los países involucrados, algunos de ellos poco calificados desde su origen, porque los representantes de las “potencias” también han caído miserablemente en una rotación de conjuras perjudiciales para el tópico del “juego de limpio”. No hay quien se lo crea ya.

Lo más grave es que, como no sucede en ninguna otra interrelación humana, no hay maneras de apelar contra las afrentas políticas -¿cómo es posible que sujetos sin autoridad moral ninguna, se entremezclen en el Legislativo con otros menos señalados y alguno hasta bien intencionado?-, ni contra las decisiones absurdas, torpes, del arbitraje futbolero que, sin duda, ha modificado los derroteros del torneo actual, ensuciándolo e indignando a los aficionados y a cuantos, sin serlo, se interesan en los encuentros mundialistas porque acaso consideran que va con ellos el honor y el prestigio de sus naciones.

Y México, no sólo los jugadores, fue una de sus víctimas. ¿O acaso no hubo desolación general -si se quiere absurda pero real-, tras la derrota ante los holandeses marrulleros, capaces de engañar hasta el mar, ganándoles terrenos sobre los que se asienta ya la mitad de los llamados “países bajos”? No hay diques que nos protejan.

De las favelas olvidadas, de tantos brasileños que sólo ganaron en el Mundial gracias al “turismo sexual”, extendido hasta la ignominia a la vista de las autoridades bajo un gobierno “socialista”, y tantas manifestaciones reprimidas ante los ojos de los visitantes, se habla bien poco porque el propósito es que el gobierno de aquel país, como el nuestro por el sostenimiento de la crisis de la violencia, se abarate para poder extender inversiones, de Europa y los Estados Unidos -que requiere de las mismas para extraer hasta la última gota de sus satélites para enfrentar su propia recesión y su crecimiento negativo, esto es el decrecimiento que para los economistas no tiene sentido-, a cambio de rescatar financieramente a estas sociedades entrampadas por la asfixia de sus deudas y la escasa sensibilidad de sus gobiernos.

Por cierto, ¿la mafiosa Federación Mexicana de Futbol siquiera presentó alguna protesta por las tantas decisiones que perjudicaron a los seleccionados e hirieron a cuantos seguíamos con avidez sus pasos mundialistas? Nada, dejaron correr el balón a costa de la dignidad y la razón.

¿Dos goles anulados sin razón?¿Dos penales jamás marcados? ¿Otro inexistente para guillotinar a los mexicanos? Y, para colmo, dos interrupciones, “cooling break”, para que pudieran refrescarse los holandeses, en cada tiempo, y no sufrir los estragos del calor, una de las ventajas que tenían los mexicanos acostumbrados a las altas temperaturas. Jamás había visto tal nivel de cinismo en torno de un deporte que se ha convertido en sucio en manos de sus dirigentes.

Y, para colmo, el engaño sigue y se revalida cada cuatro años.

Lo mismo, en el México partidista, faccioso, sectario.

Regresamos al priísmo hegemónico, tras doce años de desastres de la derecha, contraviniendo a la historia misma: Esto es pocas veces acaso ninguna, una dictadura ha retornado de manera tan descarada como la del PRI.

Aunque los Borbones en España sean ahora herederos del franquismo, la monarquía tiene sus propios secretos, no límites, en una nación que clama, en su mayoría, por la tercera República pero se espanta al tenor de los recuerdos impregnados con la sangre de sus ancestros... y de algunos que viven para contarlos.

No hay apelaciones posibles... como si los Congresos, y los estadios, fueran perímetros soberanos, sin más ley que la de los silbantes ignorantes y cínicos o la de los legisladores propensos a los chantajes.

Por todo ello, Manlio va bien, esperando, como las aves de rapiña, el momento exacto de asestar el picotazo fatal sobre los cadáveres extendidos de los mexiquenses sin salida.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/vas-bien-manlio-1404713520


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