domingo, 27 de julio de 2014

UN POEMA DE:

Gustavo Adolfo Bécquer
1836 - 1870


Rima LXVI 

¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
De los senderos busca;
Las huellas de unos pies ensangrentados
Sobre la roca dura;
Los despojos de un alma hecha jirones
En las zarzas agudas,
Te dirán el camino
Que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
De los páramos cruza,
Valle de eternas nieves y de eternas
Melancólicas brumas;
En donde esté una piedra solitaria
Sin inscripción alguna,
Donde habite el olvido,
Allí estará mi tumba.


Rima LXVIII

No sé lo que he soñado
En la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño
Pues despierto la angustia me duraba.

Noté al incorporarme
Húmeda la almohada,
Y por primera vez sentí, al notarlo,
De un amargo placer henchirse el alma.

Triste cosa es el sueño
Que llanto nos arranca,
Mas tengo en mi tristeza una alegría
¡Sé que aún me quedan lágrimas!


Rima LXXV

¿Será verdad que, cuando toca el sueño,
Con sus dedos de rosa, nuestros ojos,
De la cárcel que habita huye el espíritu
En vuelo presuroso?

¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
De la brisa nocturna al tenue soplo,
Alado sube a la región vacía
A encontrarse con otros?

¿Y allí desnudo de la humana forma,
Allí los lazos terrenales rotos,
Breves horas habita de la idea
El mundo silencioso?

¿Y ríe y llora y aborrece y ama
Y guarda un rastro del dolor y el gozo,
Semejante al que deja cuando cruza
El cielo un meteoro?

Yo no sé si ese mundo de visiones
Vive fuera o va dentro de nosotros.
Pero sé que conozco a muchas gentes
A quienes no conozco. 






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