sábado, 16 de agosto de 2014

Manuel Espino - Los escándalos del PAN rumbo al 2015

La suma de escándalos de los panistas ha dejado claro que las elecciones intermedias del 2015 les serán una piedra de sacrificio. Así como se presentó ahora el video de “los diputables” que desembocó en la defenestración de su coordinador en San Lázaro, más videos y casos vergonzosos habrán de surgir en los próximos meses. Muy probablemente la siguiente bancada de diputados federales del PAN rondará escasamente los 80 legisladores.

La tendencia ya está marcada. Vea usted la lista de manchas para esta institución alguna vez símbolo de honestidad: los panistas arrestados en el mundial de Brasil, los “moches”, los neonazis, la fiesta organizada por Jorge Luis Preciado en instalaciones oficiales (así como su presunta asistencia ebrio a labores parlamentarias), la homofobia en la bancada del Senado y Oceanografía.









Esos son temas de los últimos meses. No entremos en los del sexenio pasado, producto de la escandalosa corrupción de la que César Nava (y su departamento multimillonario) fueron el más claro ejemplo.


Mención aparte merece la red de corrupción tejida por Miguel Ángel Yunes, quien sigue haciendo escuela de malas artes, tal cual quedó claro con el audio en el que se le escucha pactando la transferencia de varios millones de pesos que él disfraza de “documentos”. Se trata, además de un corruptor de la acción política del PAN y un lastre para la salud institucional del Estado mexicano.

Por todo ello vemos a un PAN en riesgo de perder su registro como partido nacional, pues según el Instituto Nacional Electoral únicamente cuenta con 3 mil 320 militantes más de los necesarios para conservar su estatus; tan solo tiene 222 mil 928 afiliados certificados.

El futuro de los azules se adivina negro, pues en sus comités locales y nacionales se encuentran tan fragmentados que no podrán recomponerse de aquí a su siguiente cita con las urnas.

¿Cómo podrían lograrlo, si los lidera un Gustavo Madero incapaz de toda acción política impactante, negado a la interlocución de alto nivel y con severos huecos en materia de estrategia electoral? ¿Cómo, si en su nuevo ADN corre el calderonismo como doctrina ultra pragmática y principio de acción? Ni la pasividad de Madero ni el “haiga sido como haga sido” de Calderón podrán reconciliarlos con la sociedad y darles la credibilidad que necesitan para volver a mirar a los ojos a los mexicanos y pedirles su voto.

 
 


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