“Lo único que nos salva de la burocracia es su ineficiencia”.
Eugene McCarthy
Como muchos otros mexicanos primero compré una calcomanía de IAVE para pasar con mayor rapidez las casetas de pago de las autopistas. Con los segundos pisos y la supervía poniente, se anunció que un mismo dispositivo serviría para éstos y para las autopistas, pero no fue cierto. Había que traer la calcomanía para las carreteras y el tag para las autopistas urbanas. Hace unos cuantos meses adquirí un nuevo tag, una cajita con el logotipo de IAVE y en pequeño el de otra empresa, I+D México, que tenía la ventaja de servir tanto para las carreteras como para las vías rápidas urbanas. Poco tiempo duró el gusto.
Este viernes 1o. de agosto, en plena temporada vacacional, Capufe descontinuó los dispositivos IAVE que ya existían para reemplazarlos por otros de una nueva empresa. El cambio se convirtió en pesadilla. El viernes y el domingo que crucé las casetas de la autopista México-Cuernavaca los empleados solamente recibían pagos en efectivo. Ni las tarjetas anteriores, como la que yo tengo, ni las nuevas funcionaban. Los carriles de acceso exclusivo para IAVE estaban cerrados. El tiempo de paso se multiplicó.
Una vez más una organización gubernamental demuestra su incapacidad para realizar un cambio relativamente sencillo. Lo curioso es que Capufe ha sido hasta ahora una paraestatal relativamente eficiente, quizá porque su trabajo ha sido cobrar peajes que no es una tarea complicada. De hecho, los sistemas electrónicos de cobro, que son el futuro, los han manejado otras empresas con mayor capacidad tecnológica y administrativa.
Capufe, sin embargo, decidió retirar el contrato de las tarjetas IAVE a I+D México. Hizo una nueva licitación, en la que no participó este proveedor, y el contrato se le dio a Telepeaje Dinámico, propiedad de un empresario, Roberto Alcántara, operador de autobuses y dueño de VivaAerobús que siempre ha dado apoyo a las movilizaciones del PRI. La fecha del cambio era el 1o. de agosto y ese día dejaron de operar los dispositivos de I+D, sólo que los de Telepeaje Dinámico no estaban todavía listos ni había la interoperabilidad necesaria entre los dos sistemas.
Capufe ha mantenido silencio sobre lo ocurrido. El viernes temprano entrevisté en radio al director jurídico, Jorge Jiménez Zárate, quien en un momento en que ya había reportes de problemas en las casetas afirmaba que nada estaba ocurriendo. A lo largo del día las aglomeraciones se fueron incrementando. El domingo a la medianoche todavía estaban saturadas las casetas de ingreso a la Ciudad de México.
No conozco las razones técnicas del problema. Capufe ha divulgado un anuncio de I+D México señalando que el 10 de agosto se normalizaría el uso de sus dispositivos en las carreteras de Capufe. No entiendo por qué, sin embargo, se adoptó un sistema que no estaba todavía listo para operar.
Supongo que parte del problema es la toma de decisiones en Capufe. Quizá porque ha sido relativamente fácil de manejar, la empresa se ha convertido en un refugio para allegados políticos o personales de los presidentes sin importar su experiencia.
El actual director general de Capufe es Benito Neme, hijo del ex gobernador de Tabasco Salvador Neme. La información disponible sobre él no muestra ninguna experiencia en labores administrativas o en administración de carreteras. Pero eso sí, ha sido abogado del PRI en procesos electorales y es compadre del presidente Enrique Peña Nieto.
Quizá haya llegado ya el momento en que los cargos públicos, incluyendo los fáciles, no deben entregarse a compadres. No se ha aclarado qué falló en Capufe con la adopción del nuevo sistema de telepeaje. Pero sin duda habrían sido menores los problemas si la paraestatal hubiera estado a cargo de un profesional y no del compadre del Presidente.
La que dialoga
Una vez más la sección 22 bloquea el aeropuerto de Oaxaca. Una vez más el gobernador Gabino Cué, el mismo que calificó a la CNTE como una organización política “que dialoga”, se esconde y se niega a intervenir.
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