Ahora resulta que nadie se hace cargo del alcalde de Iguala y se da por descontado que el gobernador guerrerense no tiene responsabilidad en la masacre de estudiantes. Claro que la tiene, al menos por omisión, desidia y abandono de sus deberes.
López Obrador hace malabares retóricos para generalizar: pide que no haya impunidad, y luego urge a “cambiar este régimen caduco, corrupto e inhumano”.
De acuerdo, cambiemos lo que hay de caduco, corrupto e inhumano en él, pero en la matanza de Iguala hay responsables con nombre y apellidos. Y esos responsables son sus aliados políticos.
Hace más de una semana que ocurrió la matanza de jóvenes, el alcalde ya se fugó y el gobernador Aguirre Rivero tardó 72 horas en hacerse presente para investigar los hechos.
Y es la hora en que López Obrador no se deslinda de Aguirre Rivero ni del alcalde, a quienes apoyó para que llegaran al poder.
A él, que tanto le gusta acusar por “deducciones” (caso Grupo México) e inferencias, no se le ocurre pintar una raya clara y contundente con Ángel Aguirre. ¿En verdad no se le ha ocurrido? ¿O no puede?
El alcalde José Luis Abarca llegó al poder del tercer municipio más importante de Guerrero abanderado por PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Fue candidato a alcalde por la coalición Unidos por Iguala, y con esa misma coalición hizo campaña por López Obrador para la presidencia.
José Luis Abarca fue impulsado para ganar la candidatura de la coalición PRD-PT-MC en Iguala, por el empresario Lázaro Mazón, actual secretario de Salud del gobierno de Guerrero.
Recientemente López Obrador anunció que Lázaro Mazón sería el candidato de Morena al gobierno del estado.
¿Y qué relación tiene todo lo anterior con la desaparición de estudiantes y las fosas con cadáveres halladas en Iguala?
El presidente municipal prófugo, José Luis Abarca, ahijado político de Lázaro Mazón, es cuñado del líder del grupo criminal Guerreros Unidos, una de las fracciones en que se desprendió el cártel de los Beltrán Leyva.
Jorge Fernández Menéndez publicó en su columna de Excélsior que José Luis Abarca fue uno de los principales financieros de la campaña de Aguirre Rivero.
El narco y la política, en Guerrero, también van de la mano.
Sucede lo mismo que en Michoacán, donde las autoridades estatales priistas estaban en estrecha relación con el cartel de Los Caballeros Templarios, o se encontraban a su servicio.
Esas autoridades michoacanas hoy están presas, y no ocurre lo mismo en Guerrero.
Aguirre Rivero hizo campaña con López Obrador del brazo y collares de flores al pecho. Las fotos están a disposición de todos en los archivos de los diarios y en las redes sociales http://pic.twitter.com/8IBELpq1/V;
Aguirre y López Obrador eran políticamente una misma cosa. AMLO tiene parte de responsabilidad de que Aguirre Rivero llegara a gobernar Guerrero.
Se trata de una responsabilidad política que ameritaba, cuando menos, un deslinde personal. No lo ha hecho porque no quiere, o porque sus compromisos no se lo permiten.
Estelas La defensa de la profesora Elba Esther Gordillo pidió la comparecencia del líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre, para que testificara en su favor. La noticia es que el líder magisterial no va a acudir al llamado de la maestra.
Twitter: @PabloHiriart
Leído en http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/amlo-y-el-gobernador-de-guerrero.HTML
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