lunes, 12 de enero de 2015

Salvador García Soto - Peña y la teoría de la rana


A Enrique Peña Nieto y a su equipo de gobierno les ocurre lo mismo que
a la rana de aquella teoría en la que el anfibio, insensible al aumento
gradual de la temperatura, no detecta que el agua del recipiente donde
nada se está calentando de más y, para cuando intenta reaccionar, es
demasiado tarde y acaba muerta y cocinada. El Presidente, que enfrentó
en el último trimestre una severa crisis de gobernabilidad y
credibilidad por diversos sucesos que tocaron directamente su
confiabilidad y la capacidad de su gobierno, pretende empezar 2015 como
si no pasara nada, sin un solo ajuste en su gabinete, ni en su discurso
y mucho menos en la conducción de su gobierno.



Es como si a Peña y sus colaboradores les afectara el mismo síndrome de
aquella rana que cuando es depositada en una olla de agua hirviendo
puede reaccionar y de un salto logra salvarse, pero cuando a la misma
rana se le coloca en la olla con el agua tibia y se comienza a subir
gradualmente la temperatura, el batracio es incapaz de sentir que su
ambiente está cambiando y por lo tanto no reacciona hasta que su entorno
se vuelve tan hostil que le provoca la muerte.

Pretender que nada sucedió en los últimos meses de 2014 y que la
confianza en el gobierno peñanietista no se vio mermada por denuncias
como las de la casa blanca de Las Lomas o la de Malinalco, o que la
movilización social y la activación de grupos radicales por casos como
la matanza de Tlatlaya o la desaparición de los 43 normalistas de
Ayotzinapa, no impactaron la estabilidad y la gobernabilidad de amplias
regiones del país, ni dañaron dentro pero sobre todo fuera del país la
imagen y la credibilidad del Presidente.

Tal actitud sólo puede entenderse de dos formas: o un cinismo insultante
que cree que de verdad los mexicanos son idiotas y olvidarán pronto, o
un peligroso autismo y soberbia políticas que se basan en la idea de que
no habrá costos tangibles de toda esa turbulencia y escándalos de
corrupción para el grupo y el partido gobernantes y por tanto no hay por
qué corregir, reconocer o cambiar nada.

A la insensibilidad del Presidente contribuye y la alienta la ausencia
total de los otros poderes del Estado que, coludidos o cómplices, no han
actuado ante hechos tan contundentes como el conflicto de interés y la
posible corrupción en que incurrieron titulares del Poder Ejecutivo por
las mansiones facilitadas o regaladas por contratistas del gobierno. Un
Congreso maniatado por la mayoría priísta que cobija a su jefe político
y una oposición torpe, menor, también corrompida y desarticulada, son la
causa de que hasta ahora un escándalo de impacto mundial para el
gobierno mexicano no tenga ni una sola consecuencia constitucional o
jurídica. Y a eso se suma una Suprema Corte de Justicia mucho más
preocupada y ocupada por sus luchas internas y su total alineamiento
institucional, que por convertirse en un garante real de legalidad y
constitucionalidad para los ciudadanos.

A Peña le han pedido en todos los tonos y desde todos los ámbitos que se
disculpe, que reconozca, que cambie y hasta que renuncie. Pero el
Presidente, está claro, no hará ninguna de esas cosas. Porque siente,
junto con varios miembros cuestionados de su equipo, que siguen nadando
muy a gusto en el agua tibia. Pero la temperatura ya subió y puede
llegar a punto de ebullición, aunque en Los Pinos sean incapaces de
sentirlo.

*NOTAS INDISCRETAS…* Dos temas han retrasado la definición de las
candidaturas a gobernador en el PRI: los cálculos electorales con base
en las últimas encuestas y el tema de género en la selección de los
candidatos. Aun cuando hay estados que se veían claramente definidos por
los sondeos desde diciembre pasado, entre Los Pinos y Bucareli han
dilatado las decisiones por razones de cálculo político. Hoy se espera
que haya una reunión con los aspirantes más perfilados en la que les
podrían ya informar quiénes serán los elegidos y entre el jueves y el
viernes de esta semana se verá en las inscripciones que se realicen en
los nueve estados que renovarán gobernador. Hasta donde se sabe todos
los casos serán candidatos de unidad y hasta anoche seguían firmes
nombres como el de Ernesto Gándara, en Sonora; Ivonne Álvarez, en Nuevo
León; Alejandro Moreno, en Campeche; Roberto Loyola, en Querétaro;
Federico Rangel, en Colima; Encarnación Orihuela, en Michoacán, y Mario
García, en San Luis Potosí. En Baja California se sigue barajando si
será el senador Ricardo Barroso o la alcaldesa de La Paz, Esthela
Damián, mientras que Guerrero seguía hasta anoche trabado ante las
amenazas de boicot a los comicios locales. Todo puede cambiar o todo
puede definirse en cuestión de horas… Los dados vuelven recargados.
Escalera doble para 2015.

sgarciasoto@hotmail.com

Fuente: http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2015/01/110543.php

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