martes, 7 de octubre de 2014

Salvador García Soto - El penoso debut de Carlos Navarrete

Carlos Navarrete se estrenó como presidente nacional del PRD de la peor
manera: defendiendo al indefendible Ángel Aguirre Rivero, en momentos en
que hay un fuerte movimiento —tanto desde la opinión pública y la
sociedad guerrerense como desde el poder federal— para lograr la salida
del gobernador de Guerrero ante la violencia y el caos en su estado,
tras el asesinato y desaparición de estudiantes de Ayotzinapa y el
hallazgo de una fosa clandestina en donde se presume fueron enterrados
de los jóvenes asesinados por la Policía de Iguala.

Denise Maerker - Que se joda Guerrero

Martes 07 de octubre de 2014

Por mucho menos de lo que pasó en Iguala el gobierno de Enrique Peña
Nieto intervino este año en otros tres estados de la República. En
Michoacán, en enero, cuando parecía inminente e inevitable un
enfrentamiento armado entre Caballeros Templarios y las autodefensas,
Miguel Ángel Osorio Chong salió a anunciar el envío de tropas y la
creación de la figura del comisionado. En Tamaulipas, en mayo, luego de
las manifestaciones de ciudadanos en Tampico, el gobierno federal
anunció una nueva estrategia para desarticular a las organizaciones
delictivas, sellar las rutas de los tráficos de personas, armas y
sustancias, y depurar a las policías y a la procuraduría para volverlas
“eficientes y confiables”. En el Estado de México, en abril y mayo, y
luego de un inicio de año muy violento con un significativo aumento de
las ejecuciones en la zona conurbada de la ciudad de México (Cuautitlán
Izcalli), se rediseñó desde el centro el gabinete de Eruviel Ávila. En
unos días cambiaron al secretario de Seguridad Pública, al procurador y
al secretario General de Gobierno.

Roberta Garza - No es represión; es lo que sigue

La noche del viernes 26 de septiembre de 2014 los normalistas de Ayotzinapa decidieron robarse, como es su costumbre, un par de camiones, quizá para engrosar la próxima marcha del 2 de octubre. José Luis Abarca, el presidente municipal perredista de Iguala, no se enteró porque estaba festejando el segundo informe de labores de su esposa, la directora del DIF. Tampoco se enteró cuando pasadas las 9 de la noche policías municipales dispararon contra los camiones robados, matando a uno de los normalistas, ni cuando, unas horas después y ya sobre el Periférico de Iguala, más municipales, ahora reforzados por miembros del cártel Guerreros Unidos, atacaron a esos mismos camiones y a uno más que en el lugar y la hora equivocada transportaba a jugadores de futbol del equipo Avispones de Chilpancingo. El saldo fue de seis muertos: un deportista y el chofer de su camión, tres normalistas y una mujer que viajaba en un taxi, alcanzada por una bala perdida. O el saldo hasta entonces, porque 43 de los estudiantes desaparecieron esa noche sin que nadie haya vuelto a saber de ellos.

Ciro Gómez Leyva - El presidente Peña Nieto le perdona la vida a Ángel Aguirre

Por más entrevistas que conceda, hay una secuencia de preguntas que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, no logrará responder:

*¿No estaba enterado de lo que pasaba en la zona de Iguala?

* Si no lo estaba, ¿qué entiende por gobernar un estado?

* Si lo estaba, ¿por qué no desactivó una situación inaceptable que podía explotar, como lo hizo la noche del 26 de septiembre?

La respuesta tiene un nombre: negligencia. O irresponsabilidad, si se prefiere. Aguirre, como otros gobernadores, asume que hay grupos criminales que es mejor no enfrentar. Aplica el criterio complaciente de no golpear el panal para que las avispas no salgan furiosas. Y confía en la suerte. Solo que esta vez la tiranía de la contingencia le jugó una muy fea.







F Bartolomé - Templo Mayor

EL GOBERNADOR Ángel Aguirre Rivero desafía las leyes de la Física, pues cualquier otro en su circunstancia seguramente ya habría caído.

SIN EMBARGO, el gobernador de Guerrero ya advirtió desde su contundente cuenta de Twitter: "Aguirre no se raja".

HABRÁ que aprovechar que -¡por fin!- está en ánimo de ponerse a chambear, para pedirle que explique un detallito del que nomás no ha dicho una palabra.






Federico Reyes Heroles - El riesgoso intervalo

Fue acaso una reacción, un reflejo político. En mangas de camisa, el cuello desabotonado, los brazos extendidos y las manos abiertas, palma al piso, en actitud de calma por favor, esa es la imagen grabada. Rodeado de jóvenes inconformes y exaltados, en los hechos sin protección, el Secretario se expone. ¿Escenificación, puesta en escena? Imposible. Gobernación carga con la fama, bien ganada pero con excepciones, de ser la Secretaría de la represión, del lado oscuro de la política. ¿Realidad o imaginería? De las dos un poco. Ni la Stasi podría con todos los que se creen intervenidos, pero hay. Ver al titular dialogando en público es una señal.

El estudiante reta y el Secretario no se amilana. Lee el pliego petitorio y firma de recibido en la mejor Oficialía de Partes de la que tengamos noticia. ¿Cambio de estilo o estrategia, cálculo? Lo primero es bueno, lo segundo excelente. Tlatlaya está presente cuando el horror de Iguala ya está en el horizonte. El edil perredista prófugo. “Guerreros Unidos” y “Rojos” son los actores ocultos. El Gobernador en ese momento brilla por su ausencia. La penetración parece omnipresente. El último Beltrán Leyva ronda al candidato panista a alcalde de San Miguel Allende. Pero hay mucho más, la pequeña Hong Kong sacude a China por la furia y determinación de los miles de manifestantes, estudiantes en su mayoría, lanzados a la conquista de la democracia. El Dragón tiene una reacción equívoca y reprime. Cancelan el diálogo.






Eduardo Ruiz Healy - Guerrero fallido

Por medio del buscador Google solicito el número de páginas web que contengan la frase “violencia Guerrero”. En 0.37 segundos obtengo el resultado: 6,340,000.

En seguida ingreso la frase “violencia Yucatán” y en 0.47 segundos obtengo la respuesta: 1,620,000 páginas.
Luego la frase “violencia Estado de México” y en 1.76 segundos se que son 5,440,000 páginas.

Después escribo “violencia Michoacán” y en solo 0.41 aparece el resultado: 6,800,000.

Consulto en Inegi las tasas de homicidios para 2012 y 2013, es decir el número de homicidios cometidos por cada 100,000 habitantes. La tasa promedio para todo el país fue de 22 en 2012 y de 19 en 2013.

En 2013, por estados, Guerrero ocupa el primer lugar, con una tasa de 63, seguido por Chihuahua con 59, Sinaloa con 41 y Tamaulipas con 46. En 2012, el primer lugar lo ocupó Chihuahua con 77, en segundo estuvo Guerrero con 76, en tercero Sinaloa con 48 y en cuarto Tamaulipas con 26.








Raymundo Riva Palacio - Tiempo de decir adiós

El cuadro de descomposición en Guerrero va abriendo el camino para la desaparición de poderes en el estado. De manera sistemática, el gobernador Ángel Heladio Aguirre ha mostrado por largo tiempo su ineficacia como gobernante y su incapacidad por conducir un estado que le quedó grande. La puerta para un juicio político que lo destituya o una solicitud de licencia la abrió el caso de los estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa hace casi dos semanas en Iguala, y el descubrimiento de fosas clandestinas en esa comunidad. No hay pruebas científicas aún que vinculen los dos eventos, pero en términos de gobernabilidad, Iguala ya no es el determinante de la viabilidad del gobernador; no es síntoma de descomposición, sino una de sus consecuencias.


Iguala es una vergüenza nacional que debe tener responsables políticos. Y Guerrero, considerado en el gobierno federal como un estado más complejo y violento que Michoacán, por la manera como convergen y se entrecruzan problemas de marginación y descontento centenarios, con la beligerancia y activismo de poderosos grupos de interés, está acéfalo. Sí existe un gobernador, pero no gobierna. Aguirre ha perdido la confianza de los guerrerenses y es cada vez mayor la desconfianza que sobre su capacidad tienen en el gobierno federal. Le dieron apoyo político, económico, le enviaron fuerzas federales a que controlaran la seguridad –este lunes una vez más-, y no deja de naufragar.








Juan Diego Quesada - Camino a la muerte

El Camino Real de Iguala, una vereda de tierra y piedras con casitas humildes a los lados, se estrecha hasta hacer imposible el paso de los coches. A partir de ahí hay que abrirse camino a machetazos; se dice en el lugar que hasta los perros llevan un machete encima. Esta es la senda —una hora a pie monte arriba— que conduce al cerro de Pueblo Viejo, donde las autoridades mexicanas encontraron 28 cadáveres calcinados. Lo que queda de la matanza que tiene en vilo a México es un cinturón, un sombrero de paja colgado en la rama de un árbol, unos pantalones de mujer y algunos restos óseos que el servicio forense parece haberse olvidado. Se trata de un lugar apartado, semiselvático, casi inaccesible: territorio con el sello del narco.
 
 
 
 
 
 
 

Verónica Calderón - Ángel Aguirre, el gobernador orgulloso de ser un cacique

Antes que político, Ángel Aguirre Rivero (Ometepec, 1956), se define como un cacique. Al gobernador de Guerrero, uno de los estados más pobres de México, al sureste del país, le enorgullece el calificativo. Sus más cercanos cuentan que los pobladores de su estado, uno de los más pobres del país, lo ven como un tata: un mote cariñoso indígena para un padre o un abuelo. Un protector. Pero la desaparición de 43 estudiantes de magisterio en Iguala (a 200 kilómetros al sur de la Ciudad de México) y el hallazgo de seis fosas con al menos 17 cuerpos han puesto en entredicho la carrera de un líder regional con una trayectoria política dividida entre dos partidos: más de 30 años en el Partido Revolucionario Institucional (el oficialista PRI) y apenas cuatro en el PRD, que se define como izquierdista. Todos los cargos públicos que ha ocupado (fue incluso gobernador interino entre 1996 y 1999) han sido por el PRI. Excepto el actual. El drástico cambio de tendencia política respondió a su deseo de ocupar, a través de las urnas, la máxima autoridad de su Estado. El PRI designó a otro, a la postre su primo, y Aguirre renunció a su militancia, a su escaño como senador por el PRI y cambió de filas sin chistar en 2010. "Mi candidatura va más allá de los partidos", dijo entonces en un mitin. Ganó en enero de 2011. Su historia es un retrato de la naturaleza camaleónica de muchos líderes regionales mexicanos.








Sergio Sarmiento - Horror en Iguala

El terror es horror, pero también teatro”.

Kirsten Salyer

El homicidio masivo de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa parece una mala novela de terror. Mala, por el exceso gratuito de sangre, pero también porque hasta la fecha no se entiende la motivación de quienes supuestamente ordenaron las ejecuciones.

La información disponible nos dice que el viernes 26 de septiembre, a las nueve de la noche, un grupo de policías se enfrentó con activistas de la Escuela Normal de Ayotzinapa que, como ya es costumbre, habían secuestrado autobuses interurbanos. Los policías han declarado que los estudiantes les lanzaron piedras. No sería la primera vez. Pero en esta ocasión, en lugar de no hacer nada, los policías respondieron con balas. Dos estudiantes quedaron muertos junto a más de una docena de heridos. Uno más fue encontrado sin vida un día después. Otro ataque alrededor de la medianoche a un autobús que transportaba un equipo de futbol dejó otras tres personas muertas.






Haruki Murakami - Conitos

Haruki Murakami
1949
Conitos

Estaba hojeando distraídamente el periódico de la mañana cuando, en una esquina, descubrí el siguiente anuncio: “Famosos Pasteles Conitos. Concurso para la creación de los Nuevos Conitos. Gran sesión informativa”. No tenía ni idea de qué diablos eran aquellos Conitos. Pero lo de “famosos pasteles” hacía suponer que se trataba de algún tipo de dulce. Yo soy un poco quisquilloso en lo que a los dulces se refiere. Y, como no tenía nada que hacer, decidí asomar las narices por la “gran sesión informativa”.

La “gran sesión informativa” se celebra en el salón de un hotel e incluso ofrecían té y pasteles. Los pasteles eran, ¡cómo no!, Conitos.

Probé uno, pero su sabor no me entusiasmó precisamente. Lo encontré empalagoso y la corteza me pareció demasiado reseca. No podía creer que a los jóvenes de mi generación les gustara un dulce semejante.