miércoles, 2 de noviembre de 2011

A confesión de parte, relevo de patrañas Carlos Marín


Aunque le hagan al Tío Lolo y cacareen algunos que la estrategia federal es “equivocada”, los gobernadores y el jefe de Gobierno del DF saben muy bien lo absurdo que resulta prescindir hoy de las fuerzas armadas en el combate a la narcoviolencia.
Situado en la hipótesis de que gane la Presidencia, Marcelo Ebrard no pudo ayer esquivar este planteamiento de Ciro Gómez Leyva:
–Es muy fácil decir que hay que regresar al Ejército a los cuarteles, pero llega un gobernador y te dice “¡sálvame!...”.
Respuesta textual:
–Por eso tienes que crear esas policías, precisamente para poderlos retirar. Me parece a mí que la decisión de involucrar al Ejército a gran escala no es nada más que tú decidas ‘voy a utilizar a las fuerzas armadas’. Si no se ha hecho, porque hay un vacío muy grande; hay entidades federativas, hubo una tradición en México de que no hubiese policías estatales poderosas armadas”.
Lo cual va para largo, como quedó evidenciado antier en la confesión de incapacidad de los mandatarios locales para crear esas nuevas corporaciones.

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