En nuestra democracia está prohibido que partidos, candidatos, organizaciones y/o ciudadanos compren spots de radio y televisión para hablar de política. Además, están prohibidas las campañas negativas. Muchos creen que estas medidas son adecuadas para tener una democracia equitativa. Yo, en cambio, pienso que son una aberración ya que limitan una verdadera competencia electoral.
Imaginemos, por ejemplo, que dichas restricciones no existieran. En este mismo momento habría spots sobre el dislate que tuvo Peña Nieto en la FIL de Guadalajara. No soy un “creativo” (como llaman en una agencia de publicidad a los que diseñan spots) pero tampoco hay que serlo para imaginar el tipo de anuncio que estaría hoy al aire. Sólo habría que poner las imágenes y el audio de Peña cuando le preguntaron sobre los tres libros que lo han marcado en su vida. Una respuesta lamentable llena de olvidos, confusiones y tartamudeos. Un enredo de pena ajena. Al final de esta escena, en letras grandes aparecería: “¿Este es el tipo de Presidente que queremos? ¿Alguien que nunca ha leído un libro?”
Porque las campañas negativas suelen ser rudas. A lo mejor Peña sí ha leído libros en su vida. Pero su error nos lleva a pensar que no y esto, naturalmente, tendría que ser aprovechado por sus adversarios. El problema es que en México, debido a nuestra ley electoral, nunca vamos a poder ver ese spot.
Se me ocurre otro más. A cuadro sale una gráfica de cómo creció la deuda de Coahuila durante la gestión de Humberto Moreira como gobernador de ese estado. Se intercala con declaraciones burlonas del ex presidente del PRI. Se informa cómo se firmaron documentos falsos para endeudar a los coahuilenses. Más declaraciones chuscas de Moreira. Y el remate: “Este es el PRI que quiere regresar al poder: el viejo PRI, el de las deudas, las trampas y las burlas”. Pero, una vez más, debido a la legislación electoral vigente, no vamos a ver este spot.
Un tercero. Se oyen las respuestas de Peña que no sabe cuánto cuestan ciertos artículos de la canasta básica y su declaración acerca del precio de la tortilla: “No soy la señora de la casa”. A continuación una voz en off informa que así ve el candidato del PRI a las mujeres de México: como “señoras de la casa”. Saldría, luego, una destacada mujer diciendo que eso le preocupa en caso de que gane Peña: que las mujeres regresen a las épocas donde se esperaba que fueran amas de casa. Y el remate: “El PRI de Peña es el viejo PRI, el de los hombres que desgobernaron a México de manera autoritaria”. Efectivamente: no lo vamos a ver gracias a la ley electoral vigente.
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