lunes, 19 de diciembre de 2011

Vicente Fox - Basta de guerra, que llegue la paz


 Estamos en la mejor temporada del año para hacer reflexiones y buenos deseos
sobre la paz. Quizás el valor supremo de una sociedad es, precisamente, la paz.
Sólo en ambientes de paz y armonía el ser humano da su mejor rendimiento,
despliega sus mejores facultades y alcanza sus mayores logros.

Lo que es cierto para una persona, lo es para una comunidad y, más aun, para una
nación.

Es indispensable alcanzar la paz. México no puede más con esta pesada carga que
agobia, asfixia y atemoriza. La guerra ya se ha vuelto una verdadera amenaza
contra la viabilidad como nación y el propósito de desarrollo humano
sustentable. Cada día más ninis y menos oportunidades.

El temor domina el pensamiento de toda la ciudadanía, extendiéndose a familias y
comunidades, a los gobiernos y a los tomadores de decisiones. El temor y el
miedo nunca han sido buenos consejeros. La marcha de la nación, la ruta, está
guiada por estos sentimientos. Urge cambiar.

Hoy la pregunta fuera del país es ¿qué pasa con México; con los mexicanos?;
incluso he oído decir “¿Se volvieron loquitos”?… ¿Están tomando mucho tequila?
La imagen de México ha sufrido gran deterioro. Cada vez más y más mexicanos se
van con todo y familias, llevándose capitales y reduciendo o vendiendo negocios.
Las cifras de inversión, turismo, crecimiento económico, pobreza y reparto
inequitativo de los bienes se deterioran.

Vale entonces la pena decir… basta de guerra, que llegue la paz, sobre todo en
esta época de amor, de recogimiento y reflexión. Queremos un México en paz, sin
guerra, un México en desarrollo y crecimiento. Sólo así cada mexicano
desplegaremos lo mejor de nosotros mismos, sólo así la nación y nuestra economía
caminarán a la par y por delante de quienes nos han rebasado.

“El que quiera paz celeste, que le cueste” … “Nada es de a gratis”. Enfrente
tenemos una gran oportunidad que generosamente nos da nuestra democracia
obtenida a pulso en el año 2000. El proceso electoral que inicia nos abre la
oportunidad de participar, reflexionar, exigir nuevos caminos, nuevas ideas,
nuevas estrategias para salir de esta trampa.

Con la mayor humildad y desde lo más profundo de nuestro ser y sentimiento,
propongo una Gran Cruzada Nacional Ciudadana al grito de “basta de guerra, que
llegue la paz”. Un mensaje que sale del corazón y se hace clamor colectivo:

• A los criminales: Pedimos que diriman sus diferencias y ambiciones de otra
manera, ya que a ellos mismos esta guerra y la violencia les resulta demasiado
cruel y costosa.

• A los jóvenes que por falta de alternativas se han sumado a las filas del
crimen sin que hayan nacido delincuentes, que tienen padres, que no tienen la
criminalidad en los genes: Pedimos que recapaciten, expresen y demanden
oportunidades de una vida provechosa y de bien para ellos y sus familias, en
escuela, trabajo y sociedad.

• A los gobiernos: Pedimos ideas, alternativas, políticas públicas por la paz y
la armonía. Focalizar soluciones en educación, empleo, cultura y esparcimiento,
entendiendo que la juventud involucrada en el crimen organizado está ahí porque
no le estamos ofreciendo las alternativas que ella desea, busca y que está
dispuesta a asumir.

• Al Estado mexicano: Pedimos respeto absoluto y total a los derechos humanos, y
debido proceso jurídico para los maleantes.

• A los partidos políticos: Pedimos el debate democrático, la participación
comprometida, la humildad y la sabiduría en la búsqueda de alternativas; el
desprendimiento de todo interés mezquino; el hacer del sufrimiento ajeno nuestro
propio sufrimiento; el hacer del sentimiento de los demás nuestro sentir; el
hacer de nuestra patria el hogar generoso, pacífico y de oportunidades.

• A los candidatos y candidatas: Pedimos que vean, que escuchen, que entiendan
la verdadera situación y sus graves consecuencias, para que recojan los
sentimientos ciudadanos de temor y angustia de los padres de familia, que su
única demanda al Estado es que sus hijos regresen a casa vivos, sanos y salvos
cada noche.

Pedimos que abran el debate sin limitaciones, sin temor y sin dar por hecho el
pensamiento único. Hay alternativas, hay salidas de la trampa, hay caminos a la
paz y a la concordia. Podemos decir un… basta de guerra, que llegue la paz.

• A los gobiernos que pasarán su última Navidad en funciones y a los que el
próximo año inician: Pedimos que ese sentimiento fraterno los inunde de paz e
inspiración humanista y solidaria para servir con pasión a los demás.

• A los medios: Pedimos que informen a cabalidad y en su totalidad lo que sucede
en nuestro país, para que partiendo de la realidad y no de la ocultación,
actuemos en consecuencia y con determinación. La manera de informar actual y el
acuerdo reciente de los medios de administrar la información, sólo es un fatal
somnífero.

• A la ciudadanía entera: Pedimos hacer del amor, compasión y paz la divisa
nacional que iluminará a todos los actores, a todos los ciudadanos, a todas las
familias y a la nación entera. El camino es hacia la grandeza, hacia la
construcción de una gran nación como propósito colectivo.

El comienzo y el fin es “basta de guerra, que llegue la paz”. ¡Si así lo
deseamos, así sucederá!

Ex presidente de México

Leído en  http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2011/12/56249.php


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