lunes, 19 de diciembre de 2011

Leo Zuckermann - El spin de Peña



La traducción de spin al español sería la de “giro”. En comunicación se refiere a la capacidad que tiene una persona de aprovechar a su favor algún evento relevante. En política se usa mucho para darle vuelta a errores que cometen gobernantes y candidatos. Dislates como el de Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara donde demostró falta de preparación, carencia de reflejos e ignorancia ante una pregunta predecible y sencilla. No supo contestar cuando le preguntaron cuáles eran los tres libros que lo habían marcado. Ofreció, en cambio, un espectáculo lamentable con una respuesta laberíntica llena de olvidos, confusiones y tartamudeos. El error ha tenido reverberaciones importantes, sobre todo en el Internet y redes sociales. De tonto e ignorante no bajan a Peña. El reto para el candidato es darle la vuelta a este asunto e incluso utilizarlo a su favor. En otras palabras: encontrar un buen spin.

Quizá el mejor ejemplo de un giro comunicativo sea el de Fox con el “hoy, hoy, hoy” de la campaña del 2000. El martes 23 de mayo de aquel año se reunieron frente a todos los medios de comunicación los candidatos a la Presidencia: Francisco Labastida, Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox. Mientras que los primeros querían que se negociara la fecha del debate público televisado, el guanajuatense insistía que fuera ese mismo día. Ante las cámaras insistía “hoy, hoy, hoy”. Fue una jornada negra para Fox: se vio necio e intolerante. Tres días después, ya durante el debate, el candidato de la Alianza por el Cambio le dio un spin positivo a este evento. Se disculpó por haber parecido como un terco el “martes negro” pero, desgraciadamente, él no tenía de otra: para poder ganarle a un régimen que llevaba 71 años gobernando, con un poder avasallador, el candidato opositor tenía que ser duro y necio. Nadie que fuera blando le podía ganar al PRI. Fox argumentó, entonces, que “hoy, hoy, hoy” era el reclamo de la gente para sacar al PRI de Los Pinos. Un magnífico spin que, de hecho, se convirtió en eslogan de la campaña foxista.

Peña Nieto está tratando de hacer lo mismo: reconocer su error, darle la vuelta al asunto e incluso utilizarlo a su favor. Otro ejemplo más de un spin de campaña. El sábado, cuando el PRI lo declaró como precandidato presidencial único de ese partido, Peña afirmó:

“Es cierto, podré no recordar el nombre de algún autor, pero debe quedar muy claro: Lo que no se me olvida es la violencia, la pobreza y la desesperanza que vive México. Lo que no se me olvida es el estancamiento económico, el desempleo y falta de oportunidades que se padecen en nuestro país desde hace más de una década. Lo que no se me olvida es que más de 50 millones de mexicanos viven lamentablemente en pobreza. A mí no se me olvida el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos por el ataque impune de los criminales. A mí no se me olvida la mirada de desesperación de la mujer que mantiene el hogar y no encuentra un empleo; la impotencia que sufre al no poder llevar sustento para sus hijos”. Y remató: lo importante de un gobernante es “escuchar a la gente, asumir sus responsabilidades y cumplir con sus compromisos”.

El mensaje es claro: a mí se me podrán olvidar algunos autores pero no los asuntos importantes del país; yo quizá sea malísimo para las trivias culturales pero yo lo que quiero es gobernar al país para resolver sus problemas. Ahí está, pues, el spin de Peña. Quizá usted le crea, quizá no, pero lo importante es que la campaña del priista está intentando darle la vuelta al resbalón de Guadalajara con un spin de libro de texto.

Un spin funciona cuando es congruente con la estrategia de la campaña. Si algo caracterizó la campaña de Fox en 2000, y sentó las bases de su triunfo, es una estrategia clara que, como toda buena estrategia, se podía resumir en unas cuantas palabras: “Trasmitir la necesidad de un cambio urgente de un régimen que durante 71 años se caracterizó por sus malos resultados económicos, el abuso del poder y la corrupción. Promover la idea del voto útil para que el electorado de oposición no se divida entre Fox y Cárdenas. En los últimos meses, difundir la idea de que Fox ya ganó para inducir el voto de aquellos electores que siempre quieren votar por el ganador”. El spin del “hoy, hoy, hoy” coadyuvaba a la estrategia establecida y, por eso, tuvo tanto éxito.

¿Cuál será, entonces, la estrategia de Peña para ganar en 2012? En el discurso del sábado en el PRI, el candidato lo reiteró: “Vamos a cambiar el miedo por la esperanza”. Si los panistas, comenzando por el presidente Calderón, quieren meterle miedo a la población, como hicieron en 2006, ahora con la idea de que el “nuevo PRI” es en realidad el “viejo PRI” (corrupto y mañoso), además de socio del crimen organizado, los priistas van a vender la idea de que es tiempo de una “reconciliación nacional” para resolver los múltiples problemas del país. Eso es lo que se va delineando de la estrategia peñanietista. Y el spin de su error de Guadalajara es consistente con ella: yo no olvido lo importante y si me eligen voy a resolver problemas, no a leer libros.

Ya decidirá el electorado si le cree o no.

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