lunes, 19 de diciembre de 2011

Tancredi - La democracia de la mediocridad


La democracia de la mediocridad


En días pasados Denise Maerker hizo una referencia a las campañas que se están realizando en EE.UU. por los candidatos a la presidencia de ese país. Sobre el particular mencionó esas encuestas telefónicas, en las que se pregunta a las personas que se “ganan la rifa del tigre” al ser cuestionados sobre con cuál de los candidatos se sentarían en un sitio a tomar una cerveza o un café.

Las preguntas a los ciudadanos son básicamente con quién, y por qué, se sentarían con alguno de los candidatos a conversar sobre temas de interés común, que pueden ir desde cuáles tópicos son los que se consideran prioritarios, tanto por el candidato como por el interlocutor, en materia de la administración del Estado, hasta cómo se manejarían algunos asuntos que pudieran implicar riesgos de seguridad en dicho país. En fin, el abanico de posibilidades de conversación es enorme, dependiendo de cada uno de los involucrados. Se sobreentiende que el candidato elegido es alguien con quien el ciudadano se sentiría cómodo y relajado.

Es inevitable, después de esto, recordar la campaña que hicieron W y Al Gore. Hubo una mayoría muy importante que eligió a Bush, como el candidato con el que se sentarían a tomar una cerveza. ¡De no creerse! Los argumentos fueron que era un tipo simpático, ocurrente, dicharachero, sencillo, y divertido. Los argumentos contra Al Gore fueron, y recuerdo uno en particular, que era un tipo demasiado serio, ampuloso, “intelectual”, que hablaba de cosas que la mayoría no entendía, o no le interesaban, como el asunto del calentamiento global. Diosssssss…

El resultado ya lo conocemos: Ganó el simpático y ocurrente, contra el intelectual al que preocupan los asuntos serios y las cuestiones ambientales. También conocemos la gestión fracasada del dicharachero y divertido Bush, que dejó a EE. UU. con una crisis económica y de confianza de proporciones epopéyicas.

Me pregunto, si ese ejercicio se hiciera en México,  y la gente dijera con cuál de los candidatos se sentaría a charlar con una taza de café de por medio, ¿quién de los tres punteros, y por qué, sería el ganador?

Lo único que me puedo responder es que, viendo lo sucedido en Estados Unidos, la única ganadora sería la democracia de los mediocres.

¿Alguien tiene una idea de quién sería el elegido de los dioses de la democracia de la mediocridad en México? , ¿por qué sería ese, precisamente ese, el ganador?

Tancredi

Diciembre de 2011

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