La democracia de la mediocridad
En días pasados Denise Maerker hizo una
referencia a las campañas que se están realizando en EE.UU. por los candidatos
a la presidencia de ese país. Sobre el particular mencionó esas encuestas
telefónicas, en las que se pregunta a las personas que se “ganan la rifa del
tigre” al ser cuestionados sobre con cuál de los candidatos se sentarían en un
sitio a tomar una cerveza o un café.
Las preguntas a los ciudadanos son
básicamente con quién, y por qué, se sentarían con alguno de los candidatos a
conversar sobre temas de interés común, que pueden ir desde cuáles tópicos son
los que se consideran prioritarios, tanto por el candidato como por el
interlocutor, en materia de la administración del Estado, hasta cómo se
manejarían algunos asuntos que pudieran implicar riesgos de seguridad en dicho
país. En fin, el abanico de posibilidades de conversación es enorme,
dependiendo de cada uno de los involucrados. Se sobreentiende que el candidato
elegido es alguien con quien el ciudadano se sentiría cómodo y relajado.
Es inevitable, después de esto, recordar
la campaña que hicieron W y Al Gore. Hubo una mayoría muy importante que eligió
a Bush, como el candidato con el que se sentarían a tomar una cerveza. ¡De no
creerse! Los argumentos fueron que era un tipo simpático, ocurrente,
dicharachero, sencillo, y divertido. Los argumentos contra Al Gore fueron, y
recuerdo uno en particular, que era un tipo demasiado serio, ampuloso,
“intelectual”, que hablaba de cosas que la mayoría no entendía, o no le
interesaban, como el asunto del calentamiento global. Diosssssss…
El resultado ya lo conocemos: Ganó el
simpático y ocurrente, contra el intelectual al que preocupan los asuntos
serios y las cuestiones ambientales. También conocemos la gestión fracasada del
dicharachero y divertido Bush, que dejó a EE. UU. con una crisis económica y de
confianza de proporciones epopéyicas.
Me pregunto, si ese ejercicio se hiciera
en México, y la gente dijera con cuál de
los candidatos se sentaría a charlar con una taza de café de por medio, ¿quién
de los tres punteros, y por qué, sería el ganador?
Lo único que me puedo responder es que,
viendo lo sucedido en Estados Unidos, la única ganadora sería la democracia de
los mediocres.
¿Alguien tiene una idea de quién sería el
elegido de los dioses de la democracia de la mediocridad en México? , ¿por qué
sería ese, precisamente ese, el ganador?
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