miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ricardo Alemán - De Juan Camilo a Lujambio

Ricardo Alemán
Como pocos, el de Felipe Calderón ha sido un gobierno marcado por la tragedia. La muerte se llevó a tres secretarios de Estado de su administración, todos del primer círculo afectivo del Presidente y, sin duda, los tres fuertemente vinculados a la sucesión presidencial.

De hecho, no es exagerado decir que –cada una en su momento–, las tres muertes cambiaron de manera radical el destino de la gestión de Calderón y, por consecuencia, de la sucesión presidencial, la designación del aspirante del PAN a Los Pinos y el resultado de la elección de 2012.

Hoy nadie sabe –y nadie lo sabrá– cuál habría sido el resultado de una hipotética contienda presidencial que postulara como candidato del PAN a Juan Camilo Mouriño. De la misma forma, es imposible saber cuál habría sido el resultado de esa contienda si el aspirante hubiese sido el recién fallecido Alonso Lujambio.




Y tampoco sabremos cuál habría sido el destino de esa misma contienda si el coordinador de campaña de la señora Josefina Vázquez Mota hubiese sido, por ejemplo, el señor Francisco Blake Mora.

Sin embargo, lo que sí sabemos es que al construir su gabinete con algunos de sus más entrañables amigos, el Presidente vio desmoronarse buena parte de su proyecto transexenal, una vez que la tragedia y/o la enfermedad se llevaron a sus amigos y alfiles políticos.

Y es que no es ninguna novedad que desde el arranque de la gestión de Calderón, el hombre predestinado a la candidatura presidencial del PAN –y sucesor del segundo presidente azul–, era Juan Camilo Mouriño, no sólo uno de los mejores amigos del Presidente, sino una suerte de álter ego.

Según distintas versiones –de políticos cercanos al PAN– Mouriño sería algo así como el primer aspirante presidencial de diseño –algo muy parecido a lo que pretendió hacer Salinas con Colosio–, ya que Calderón primero lo hizo secretario particular del Presidente, luego secretario de Gobernación, luego sería enviado a contender por el Gobierno de Campeche, de donde saldría para presidir el PAN y, al final, buscar la candidatura presidencial azul.

Y era tan poderoso su sino, que ese animal político llamado Andrés Manuel López Obrador lo convirtió en el primer blanco de sus ataques y persecuciones. Y es que el “lopezobradorismo” lo vio como el adversario más potente de AMLO, al grado que días después de que asumió el cargo de titular de Gobernación, empezó la demolición de su imagen, por parte de AMLO. Al final, como todos saben, el 4 de noviembre de 2008 una tragedia aérea se llevó a Mouriño, junto con José Luis Santiago Vasconcelos.

Casualmente –y por una paradoja del poder–, Alonso Lujambio llegó a la titularidad de la SEP –el 6 de abril de 2009–, como resultado de los cambios, enroques y desplazamientos que provocaron la muerte de Mouriño y los reacomodos rumbo a la sucesión presidencial. Por eso, desde el momento de su llegada a la SEP, Lujambio fue considerado como un potencial precandidato presidencial del PAN.

Y en efecto, el 17 de abril de 2011 anuncia que suma a la extensa lista de precandidatos, para declinar en agosto de ese mismo año. Su periplo presidencial fue limitado a causa de los primeros estragos de una enfermedad que lo llevó a renunciar a la SEP el 16 de noviembre de ese mismo 2011. De esa manera, una enfermedad alejó de la contienda presidencial a la segunda carta que tenía preparada el presidente Calderón para meterse de lleno a la sucesión, dentro de su partido.

Días antes de que Lujambio dejara la SEP para iniciar un tratamiento contra el cáncer, en un nuevo accidente aéreo –ocurrido el 11 de noviembre de 2011–, falleció Francisco Blake Mora, el cuarto secretario de Gobernación en la gestión de Calderón, y quien también era uno de los entrañables amigos del Presidente. En ese accidente, también perdió la vida otro de los grandes amigos de Calderón, el entonces subsecretario de Gobernación, Felipe Zamora Castro, hijo de uno de los constructores del PAN en el noroeste del país, Esteban Zamora.

Las mismas versiones vinculadas al PAN señalan que la tarea política que tenía destinada para Francisco Blake, el huésped de Los Pinos, era la de coordinador de la campaña presidencial. En efecto, aún no se sabía quién resultaría triunfador en la contienda presidencial interna del PAN, sin embargo, Felipe Calderón veía a uno de sus más cercanos al lado de quien al final resultara ungido como el candidato de los azules a sucederlo. La tragedia también acabó con esos planes.

EN EL CAMINO

A pesar del circo, las izquierdas verán buena parte de sus propuestas en la nueva ley laboral. Al tiempo.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/de-juan-camilo-a-lujambio

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