viernes, 21 de septiembre de 2012

Sergio Sarmiento - Morir en Prisión

Sergio Sarmiento 
Cuando se dio a conocer el fallecimiento de Rubén Zuno Arce, el cuñado del ex presidente Luis Echeverría, en una cárcel de Florida, Estados Unidos, leí un comentario en la página electrónica de un diario que decía: “Una rata menos”. 

El veredicto popular de culpabilidad parece firme, pero la información disponible sugiere lo contrario. Zuno parece haber sido víctima de una venganza de la Drug Enforcement Agency, la DEA, contra el gobierno de México sin tener nada que ver con los crímenes que se le atribuyeron. 

Zuno fue acusado de haber participado en los homicidios de Enrique Camarena, un agente de la DEA, y de un piloto mexicano, Alfredo Zavala. Las principales pruebas eran declaraciones de tres testigos protegidos, todos ex policías mexicanos, los cuales fueron aleccionados y pagados para presentar las declaraciones que quería la dependencia. 




La otra prueba era el supuesto hecho de que el rancho en que fueron hallados los cuerpos era propiedad de Zuno. De nada sirvió que éste presentara documentos que demostraban que había vendido el predio con anterioridad y que no tenía control sobre él cuando ocurrieron los hechos. La posición del fiscal estadounidense, que el jurado aceptó sin cuestionar, fue que México era un país tan corrupto que cualquiera podía obtener documentos falsos. No hubo ningún intento de la autoridad por saber si realmente los registros que demostraban la venta del predio eran verdaderos. 

Uno de los testigos, el ex policía federal Héctor Cervantes, se retractó posteriormente de su testimonio ante notario público. Afirmó que el fiscal del caso, Manuel Medrano, lo había presionado para declarar en contra de Zuno. Esta retractación no fue tomada en cuenta por las autoridades estadounidenses.

Los testigos no sólo incriminaron a Zuno sino también a los ex presidentes Miguel de la Madrid y José López Portillo, así como al ex secretario de la Defensa, Juan Arévalo Gardoqui y al ex secretario de Gobernación, Manuel Bartlett. Los testimonios hablaban de una supuesta reunión, inspirada en escenas de El Padrino, en la que estos personajes tomaban decisiones como capos del narco. La historia, inverosímil desde un principio, demostró ser falsa porque era físicamente imposible que estos personajes hubiesen participado en tal encuentro. Ninguno de esos altos funcionarios fue acusado formalmente, pero nadie se preocupó por las mismas falsedades en el caso de Zuno. 

Además de Zuno también fue procesado por el homicidio de Camarena el médico Humberto Álvarez Machain. De hecho, éste fue secuestrado en Guadalajara y trasladado ilegalmente a Los Ángeles, en los Estados Unidos, para ser consignado, según se afirmó, por haber aplicado drogas a Camarena durante su tortura. Los tribunales, sin embargo, lo dejaron en libertad al encontrar que las acusaciones no tenían sustento. 

Para la DEA el tema de Camarena se hizo “personal” más que jurídico. Poco importaba que no hubiera pruebas en contra de Zuno o de otros acusados. Muchos agentes de la DEA estaban convencidos de que el gobierno mexicano estaba involucrado no sólo en el homicidio sino en el negocio del narcotráfico. Zuno era así un símbolo: Un hombre que, por ser cuñado de un ex presidente, representaba a un sistema político corrupto. 

No se necesitaba más. Por eso Zuno permaneció 23 años en la cárcel y murió en ella este 19 de septiembre. El proceso nunca tuvo que ver con los actos de los que se le acusaba. Era una simple venganza contra el sistema político mexicano. 

APLAUSOS

El presidente Calderón hizo un reconocimiento ayer al jefe de gobierno electo del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, lo cual provocó un nutrido aplauso en la comida de la Cumbre de la Comunicación. Lejos han quedado los tiempos en que los políticos de izquierda evitaban al presidente Calderón. La mayor ovación, sin embargo, fue para Luis Fernando Tena, el técnico de la selección olímpica.
Twitter: @sergiosarmient4

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/morir-en-prision

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